En estos últimos años la labor de los municipios por conservar estos recursos ha sido insuficiente, en una provincia que ha tenido que soportar pérdidas provocadas por terremotos y otras contingencias.
Puesta en vigencia en el año 2001, la Ley 6.801 de Patrimonio Cultural y Natural ha mostrado ya varios años de experiencia en su aplicación, y los distintos funcionarios a cargo de su cumplimiento han respetado la letra del valioso instrumento legal. Pero no ha sido suficiente, porque todavía vemos a lo largo y ancho de la provincia que no se hace nada desde los municipios parta evitar, por ejemplo, destrucciones de antiguas edificaciones con historia que podrían conservarse a la luz de la historia de una provincia que padeció varios terremotos. Paralelamente, con la Ley en vigencia desde el año 2001, se pensó que se acabaría la desaparición de bienes del patrimonio cultural, y también natural. Ya entonces, la Unesco (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura) llamaba la atención en todo el mundo sobre el denominado «saqueo cultural latinoamericano», señalando como uno de los ejemplos «el caso Argentina-Chile». Según la Unesco, se producía el tráfico ilícito tanto desde el Este al Oeste, es decir desde Argentina a Chile, como del Oeste al Este, desde Chile hacia Argentina. Pero se subrayaba más ese tránsito de huaqueros desde Argentina a Chile, por la salida al Pacífico que posibilitaba el robo de elementos del patrimonio de la época prehispánica. Por ello, los departamentos precordilleranos como Iglesia y Calingasta, de manera especial, deben prestar mayor atención a estos ilícitos que lesionan la preservación del patrimonio sanjuanino para que los bienes que lo integran sigan prestando testimonio «a la memoria, el conocimiento y desarrollo cultural, social y económico de las generaciones actuales y futuras de la comunidad de la Provincia», como se ha expresado oficialmente desde la aprobación de la Ley. Y, ¿cuales son esos bienes a proteger que a veces están «a la vuelta de la esquina» y no nos damos cuenta? Todos aquellos que, «material y/o culturalmente, reportan un interés cultural, antropológico, prehistórico, arqueológico, paleontológico, etnológico, histórico, artístico, artesanal, monumental, documental y tecnológico, que significan o pueden significar un aporte relevante para el desarrollo cultural de San Juan, cualquiera fuere su propietario.
No hay que olvidar, y así lo ha destacado DIARIO DE CUYO en muchas ocasiones, el reconocimiento al trabajo de los investigadores de la UNSJ en las áreas paleontológica y arqueológica especialmente, que cumplieron un importante rol de trascendencia, pero no siempre con medios suficientes para el cumplimiento de los instrumentos legales. Hay que tener en cuenta, como también expresa la Ley, que los bienes culturales no descubiertos, integran el Patrimonio Cultural provincial y los que fueran descubiertos en predios de propiedad privada, son propiedad del Estado. Finalmente, la presencia de Gendarmería Nacional en esas lejanías contribuye notablemente en la lucha contra ilícitos de este tipo y protege incluso un museo privado en Jáchal, como el Arqueológico «Prieto», pero las autoridades municipales deben poner más atención en esta tarea