Ante la llegada del final de su vida útil, el año pasado la mina jachallera presentó a las autoridades de gobierno su plan de cierre de la explotación a cielo abierto y subterránea de oro y plata. El proceso se interrumpió en setiembre pasado, cuando la colombiana Mineros que tenía Gualcamayo, la vendió a los inversores españoles Eris. El grupo invirtió 300 millones de dólares en la compra, con la meta de desarrollar el proyecto de Carbonatos Profundos, que le permitirá a la mina mediante otro proceso extractivo, producir por 20 años más.
Pero ese proyecto implica otra mina nueva, una “segunda Gualcamayo”, a la que están enfocados los inversores con sus trabajos técnicos, y tratando de avanzar en la prefactibilidad.
Lo que ha pasado ahora es que se ha tomado la decisión de parar la producción de mineral nuevo bajo el método tradicional debido al agotamiento de recursos. Se apuntará a partir de ahora, a obtener oro y plata que haya quedado en las pilas de lixiviación. Ese proceso se llama “lavado de pilas” y estima que puede mantener activa la mina durante unos dos años. Eso sí, ya no demanda la misma cantidad de trabajadores que hasta ahora. La empresa no quiso informar cuanto se reducirá el personal, pero la planta de puestos de trabajo se ira achicando a medida que se acomode a los nuevos niveles de producción.
En otras palabras, la compañía va a seguir produciendo todo lo que pueda con mineral remanente, para sostener fuentes de trabajo lo más que se pueda; hasta que surja la «segunda» Gualcamayo.
“Podemos decir que es un proceso de reestructuración de la mina. Ahora Gualcamayo se va a enfocar exclusivamente en carbonatos profundos, por lo tanto. Mientras, sostiene la producción de su yacimiento con el lavado de las pilas de liquidación”, explicó Agulles.
La marcha de Carbonatos Profundos
Mientras declinó el proyecto tradicional de extracción de oro surgió la posibilidad de reflotar el yacimiento de carbonatos y de sulfuros que tienen oro, denominado Carbonatos Profundos, que requiere de otro tipo de tecnología y de infraestructura para producir metales.
“Sin dudas, es el futuro de Gualcamayo”, dijo Agulles, y agregó que el próximo paso será presentar una pre-factibilidad del proyecto. La compañía por lo pronto ya ha terminado un estudio económico preliminar, que se está revisando