¿La hora del cobre?

EDITORIAL EL ANCASTI
La importancia del litio como mineral estratégico ha desplazado a otros productos del foco de atención de la actividad minera. El cobre, por ejemplo. Catamarca fue la provincia donde se puso en marcha el primer mega emprendimiento Bajo de la Alumbrera- que tenía como mineral estrella al cobre, aunque también se extrajo, durante las dos décadas que duró la explotación, oro y molibdeno, en menores cantidades.
Catamarca aún tiene grandes reservas de cobre, igual que otras provincias. A comienzos de este mes, junto con Salta y San Juan conformaron la Mesa del Cobre, recreando la experiencia de la Mesa del Litio, que Catamarca conforma con Jujuy y Salta, para impulsar una serie de proyectos que se encuentran todavía en etapas previas a la explotación y que podrían aportar exportaciones por US$ 10.000 millones a finales de la década y desarrollar cadenas de valor, generar empleo e inversiones.

Este mineral también es considerado un recurso estratégico por su demanda global. Tiene múltiples usos, entre ellos la electromovilidad, las energías renovables y la industria electrónica.

Hace casi seis años, desde el cierre de Bajo de la Alumbrera, que Argentina no produce cobre, pese a tener reservas similares a países como Perú y Chile, países de la región que entre ambos son responsables del 35% de la producción y el 50% de las exportaciones mundiales del mineral.

En nuestra provincia el proyecto Minera Agua Rica Alumbrera (Mara), avanzó a la etapa de prefactibilidad, pero el desarrollo del emprendimiento depende de factores que exceden lo estrictamente financiero y económico. Requiere de una licencia social que aún no logra. Lo mismo sucede con proyectos radicados en San Juan y Salta.

La licencia social de la minería es el consenso que la actividad logra como herramienta de crecimiento y desarrollo en la comunidad local, es decir, donde están radicado el o los emprendimientos.

La experiencia de Bajo de la Alumbrera no es un aporte que pueda considerarse positivo en la construcción de la licencia social en el oeste catamarqueño. Cuestionamientos de índole ambiental y en lo relacionado con el impacto económico funcionan como argumentos para la desconfianza. Particularmente el segundo de los aspectos, porque las denuncias sobre contaminación no tuvieron la contundencia que esperaban las organizaciones ecologistas. Pero las expectativas de crecimiento y desarrollo que generó el proceso en sus inicios fueron, luego de dos décadas, defraudadas, un poco por el escaso rédito en regalías y en impacto económico directo e indirecto que obtuvo la provincia y otro poco por la mala gestión de los recursos por autoridades locales.

Resolver el tema de la licencia social de la minería es clave en la Argentina, particularmente en proyectos a cielo abierto. Reforzar los controles ambientales y garantizar beneficios directos e indirectos para la alicaída economía local son presupuestos claves para avanzar en ese camino

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