El incendio que comenzó en cercanías del arroyo «El Centinela» sobre la parte alta de la cordillera chubutense se extendió hasta superar los límites del Parque Nacional Los Alerces, lo que transformó al siniestro en «interjurisdiccional», para cuyo ataque se conformó un comando unificado con participación de actores nacionales y provinciales.
«Al primero de febrero, el incendio continúa activo en todos sus flancos, con dirección de avance sudeste hacia la laguna Trafipan, lleva afectadas unas 2.500 hectáreas. Se continúa trabajando en el terreno con 250 personas aproximadamente, en líneas de contención con herramientas manuales y línea de agua», indicó, por su parte, el intendente del Parque Nacional Los Alerces, Danilo Hernández Otaño.
En declaraciones a Télam Radio, el funcionario precisó que hay «un total de 330 personas afectadas al operativo, contando el personal de logística, de control de acceso y de tareas de apoyo con presencia de medios aéreos, dos aviones hidrantes, un avión de observación. Se suma hoy un avión anfibio con capacidad de cargar agua en vuelo rasante sobre el lago Futalaufquen y tres helicópteros que ya están operando con helibalde».
El miércoles comenzó un desplazamiento de bomberos voluntarios de distintas localidades chubutenses hacia la zona del combate a las llamas, aunque «para hacer una tarea solo preventiva», explicó el presidente de la Asociación de Bomberos de esta provincia, Rubén Oliva.
Oliva reveló que «los que están preparados para esta actividad son los brigadistas, pero los bomberos fueron convocados para custodiar las viviendas y localizaciones que los pobladores tienen en la zona, aunque por ahora lejos».
Pobladores de parajes como Alto Río Percy manifestaron públicamente la preocupación por el avance de las llamas que por ahora no produjeron víctimas personales ni afectaron a establecimientos rurales.
«Una cosa es ver el humo de día y otra muy distinta es durante la noche, cuando las llamas se ven en la oscuridad y se escucha en el silencio el crujido de los árboles que se caen produciendo un paisaje dantesco que llena de preocupación a los pobladores», describió Oliva.
El dispositivo de apoyo aéreo está integrado por medios del Servicio Nacional de Manejo del Fuego (SNMF), con la operación de 3 helicópteros, 3 aviones (dos hidrantes y otro de observación), a los que se suma la flota de maquinaria vial y drones para observar los puntos calientes.
El «trabajo pesado» es ejecutado por motoniveladoras y topadoras que abren surcos cortafuegos y despejan material combustible.
Se espera además que este jueves arribe un avión anfibio tipo Fireboss que operará cargando agua directamente del Lago Futalaufquen, por lo que se establecerá una restricción total para las actividades náuticas en ese espejo de agua, en tanto que también se prevé el arribo de más brigadistas de Córdoba.
Según indicó Hernández Otaño, el Parque Nacional «está abierto, los servicios funcionan normalmente y no se puede hacer fuego en los fogones de las áreas libres», pero aclaró que «se encuentran cerrados los senderos de montaña y de largo recorrido o de alta dificultad, ya que el personal de auxilio o asistencia está afectado al combate del incendio».
Finalmente, recordó a quienes transiten dentro del Parque Nacional que lo hagan «con extrema precaución sobre la ruta provincial 71, ya que hay circulación de vehículos de emergencia afectados al operativo y personal de control sobre la calzada».
Unas 330 personas trabajan en el operativo, de las cuales 219 se despliegan en el terreno dedicadas específicamente al combate y logística de las cuadrillas.
Los servicios turísticos habilitados funcionan normalmente y se recomienda conducir con extrema precaución en el tramo de la Ruta Provincial 71 que atraviesa el Parque Nacional, debido a la alta circulación de los vehículos afectados a la logística del operativo, que tienen prioridad de paso en todo el camino