La formación geológica de Vaca Muerta, que desde hace unos años, alimenta de gas y petróleo a la Argentina y países del mundo, guarda también sobre la superficie otros tesoros guardados en lo profundo de sus placas tectónicas. En ese subsuelo rico en hidrocarburos, se halla la información más importante sobre el pasado de esa región neuquina. La vida hace millones de años en Vaca Muerta, está a disposición de quienes se acerquen a la localidad de Añelo.
Uno de los atractivos más importantes de esa ciudad es el Museo del Desierto Patagónico, un recorrido imperdible para los visitantes que permite conocer los hallazgos geológicos y paleontológicos de la zona.
La directora del museo, Doménica Santos, señaló que “Añelo no solo tiene un museo increíble, sino también atractivos naturales únicos, desde la flora y la fauna exclusiva, hasta estructuras geológicas como los pilares de Tratayén” y destacó que “el turismo aquí abarca desde lo geológico y paleontológico hasta el turismo de hidrocarburos”.
Santos explicó que «en 2018, la Municipalidad de Añelo y la Universidad Nacional de Comahue se unieron para dar vida a nuestro museo. Durante la pandemia creamos un museo virtual que resonó en todo el mundo y hoy -con un año abierto al público- recibimos visitantes de todas partes del mundo”.
«Aquí se explora la geología, los hidrocarburos, y la paleontología. La sala paleontológica es interactiva con videomapping y un dinosaurio en 3D para que los visitantes manipulen con joystick, pero también mostramos materiales originales de nuestras excavaciones», precisó la directora del Museo.
El museo, además, cuenta con una importante área de investigación. “En nuestro laboratorio, destacamos entre otros fósiles un fémur de uno de los cinco gigantes del mundo. Rescatamos recientemente un saurópodo, un herbívoro gigante, y aunque todavía no tiene nombre, lo llamamos transitoriamente ‘el gigante de Añelo”, agregó.
El museo abre sus puertas todos los días de 9 a 17, “es una experiencia única para sumergirse en la paleontología de manera tecnológica”, recomendó Doménica Santos, que trabaja junto al paleontólogo Juan Porfiris y otros asistentes.
