La nueva versión de la Ley Ómnibus confirma la eliminación del esquema de precios diferenciales para zonas frías. El impacto en las boletas de la Patagonia será mayor que en el resto del país, por el nivel de consumo.
Canasta básica energética
Fuentes oficiales indicaron que la idea es que el nuevo esquema de subsidios de canasta básica energética tenga en cuenta el factor climático de las diversas regiones del país. No sólo para zonas frías, sino para las cálidas que sufren de un mayor consumo eléctrico.
No obstante, la expectativa es que apenas llegue a cubrir una pequeña parte de lo que hacía el sistema anterior. “Será sumamente crítico para los usuarios patagónicos, la incidencia dependerá del alcance y gradualidad de la canasta básica. Se corre el riesgo de pasar del sinsentido de la ampliación del Régimen al guadañazo de raíz de todo subsidio energético (en un contexto social crítico)”, afirmó el consultor de Paspartú, Juan José Carbajales.
El desafío es que, con sueldos en un promedio histórico muy bajo, es muy factible que la amplia mayoría de los usuarios patagónicos gaste muy por encima del límite del 10% de los ingresos que suele fijarse como referencia internacional para catalogar a los “pobres energéticos”.
El cálculo que surge de la información presentada en la audiencia pública marca que un usuario promedio pasaría de pagar $4.000 de gas por mes a $25.000, según destacó Carbajales.
Sin embargo, la diferencia de consumo entre las provincias patagónicas con el resto del país hace que esa cuenta sea mucho más abultada en las “zonas frías” por la mayor necesidad de calefacción.
De acuerdo a los registros del Enargas, el promedio del consumo mensual residencial en la Ciudad de Buenos Aires es de 55 m3, en todo el país la cifra sube a 94 m3, en Río Negro (Departamento Roca) es de 260 m3, en Neuquén (Departamento Confluencia) 274 m3, en Santa Cruz (Río Gallegos) 607 m3 y en Tierra del Fuego 623 m3.
Es decir que en las provincias patagónicas se consume entre 5 y 11 veces más que en Buenos Aires por mes, con el agravante de que esta cuenta no discrimina las variaciones por estación y por lo tanto no tiene en cuenta el efecto invernal sino apenas un promedio mensual de todo el año.
