La provincia ejecuta las tareas pero el financiamiento es de Vialidad Nacional. Disminuyó la dinámica y hay solo 20 obreros para no dar la imagen de «obra paralizada». El presupuesto triplica el original.
La obra destinada a modernizar y ensanchar la avenida Bustillo en Bariloche, cuya ejecución comenzó hace casi dos años y desde entonces provoca graves trastornos de tránsito de la localidad, quedó comprometida por incumplimientos del gobierno nacional, al punto de que la empresa contratista podría retirarse y dejar los trabajos inconclusos.
La obra no solo registra notorias demoras relacionadas con la complejidad del proyecto y por avatares meteorológicos en Bariloche, sino que los certificados impagos, que ya acumulan un atraso siete meses, derivaron en una alteración irremediable del cronograma.
Según el gremio Uocra, hoy en la Bustillo trabajan apenas 20 obreros, quienes a pesar de los contratiempos están al día con el cobro de sus quincenas. Pero la compra de materiales e insumos estaría paralizada, lo cual afecta el ritmo de trabajo.
La empresa a cargo es Codistel SA, que fue adjudicada por el gobierno provincial en agosto de 2021, con un presupuesto original de 714 millones de pesos. El inicio de obra fue en octubre de ese año, con un plazo de entrega de 24 meses. El segmento abarcado es el que comprende los primeros cuatro kilómetros de la emblemática avenida que vincula a Bariloche con los barrios del oeste y el financiamiento del proyecto fue asumido por Vialidad Nacional.
El ingeniero jefe de Vialidad Provincial, Alejandro Lezcano, informó a Diario RÍO NEGRO que el último certificado que pagó el organismo nacional corresponde a enero pasado y desde febrero se acumularon atrasos que no pudo cuantificar, pero que serían millonarios.
Admitió que desde entonces la obra se ralentizó y que hoy la contratista se limita a efectuar trabajos de baja envergadura, señalización y mantenimiento de banquinas para asegurar un tránsito fluido, “dentro de lo posible”. Y está visto que lo logra a medias. En el primer kilómetro (donde se concentraron hasta ahora las principales intervenciones) la Bustillo registra un uso intensivo, no solo de vehículos sino de peatones, ya que allí funcionan varios hoteles y un concurrido sanatorio.
El jefe de gabinete provincial, Pablo Zúcaro, dijo que “los pagos de Vialidad Nacional venían bien hasta el año pasado, y desde entonces se complicó”. La gestión operativa de la obra por parte de la provincia estuvo a cargo en un principio del Ente Cordillera, cuya referente era Lauta Totonelli, actual candidata a concejal por JSRN.
Totonelli dijo que ya quedó relevada de esa intermediación y también de la “comunicación” de la obra, que desde un principio fue asumido como un tema sensible. Hoy esas responsabilidades corresponden a Vialidad Provincial.
El ingeniero Lezcano confirmó que el contacto diario con Codistel nunca se perdió y que la empresa tiene “muy buena predisposición, para mantener los puntos de obra en los que se puede trabajar”. Días atrás Lezcano le había informado a este medio que -aun con la incertidumbre presupuestaria- existe una reformulación del proyecto pendiente de aprobación por parte de Vialidad Nacional, que estiraría los plazos de ejecución hasta fines de 2024.
Ahora, sin embargo, la urgencia no estaría puesta en esos cambios de ingeniería sino en destrabar los pagos para evitar una caída del contrato, que generaría una parálisis de plazo incierto, con la obligación de llamar a otra licitación.
Evitar la imagen de “obra parada”
Según Lezcano el acuerdo con la empresa es mantener un ritmo “hasta donde se pueda”, pero hay avances que resultan imposibles porque la falta de pago impide avanzar con compras y subcontrataciones que serían indispensables. “Aceptamos una disminución en la dinámica de obra en función de que no esté parada -explicó-. Pero en estas condiciones no se le pueden plantear exigencias a la empresa, más de que mantenga la señalización, la seguridad, en algunos casos con colaboración de la provincia”.
El freno evidente que registra la obra también preocupa en el municipio, donde recaen las quejas por el caos de tránsito en la neurálgica avenida. El intendente Gustavo Gennuso comentó el malestar por el tema en su último programa de radio.
Lescano dijo que el ministro de Obras Públicas, Carlos Valeri, mantuvo un contacto ayer con el titular de Vialidad Nacional, Gustavo Arrieta, y existe una promesa firme de ese organismo para ofrecer respuestas y destrabar pagos a partir del próximo martes. Esa fecha quedaría entonces como el día “D” para definir el futuro de la obra.
Pero las perspectivas no son buenas porque, según Lezcano, Vialidad Nacional tiene incumplimientos acumulados en todo el país. A nadie escapa además que el contexto electoral también influye y antes del martes están las PASO del próximo domingo.
Los reparos del “eslabón más débil”: la empresa
El titular de la empresa Codistel, Walter Luzzardi, confirmó que existe un atraso de varios meses, que les genera “consecuencias terribles” y que el efecto inevitable fue la ralentización de la obra.
Dijo que los pagos atrasados de mayor antigüedad no son los de febrero último. También tienen reclamos por “certificación de mayores costos” que datan de octubre de 2022 y siguen pendientes de cobro. Atribuyó la responsabilidad primera al gobierno rionegrino.
“No es algo que pueda resolver la empresa por sí sola -afirmó Luzzardi-. No sé lo que ocurre con Nación, para nosotros la contratista es Vialidad Provincial”.
Lezcano dijo que las gestiones ante Vialidad Nacional son constantes y que la empresa está al tanto de cada alternativa y cada respuesta, pero Luzzardi insistió en que la contraparte de Codistel en la obra de Bustillo es el gobierno de la provincia.
Señaló que en las actuales condiciones se complejo mantener un funcionamiento normal de la obra y que a la empresa le cuesta un gran esfuerzo asegurar una mínima continuidad. En los últimos días se observaron trabajos de baja escala a la altura del kilómetro 3,5, donde hubo movimiento de suelos en la banquina norte de la ruta. También en la rotonda del monolito una máquina emprolijó una de las “islas” triangulares, con el aparente propósito de avanzar con la parquización.
Según el responsable de Codistel, el presupuesto inicial de 714 millones ya tuvo varias actualizaciones y al día de hoy el costo acordado ronda los 2.400 millones de pesos. Estimó que los pagos efectuados no superan los 600 millones y que el avance de obra -cuando faltan dos meses para que se cumpla el plazo de contrato- no supera el 30%.
La vocera del Ente Cordillera dijo varias veces que la obra marchaba de acuerdo a lo previsto e incluso hsta febrero llegó a asegurar que estaba “dentro de los plazos”.
Pero ya ese momento generaba mucho enojo la demora con la intervención en el monolito, que se extendió durante varios meses y provocó numerosos embotellamientos.
“Sí, es cierto”, dijo Luzzardi cuando se le preguntó si el vínculo contractual está hoy en un punto crítico. “Si se mantiene esta situación no vemos la viabilidad” para sostener el proyecto, refirió el empresario. Dijo no obstante que están ala búsqueda de “una salida que sea buena para todas las partes”.
Sobre una eventual decisión de Codistel SA de abandonar la obra, Luzzardi dijo que no es una opción en lo inmediato. Explicó que “en una obra pública el que tiene menos derechos es el contratista” y por eso para Codistel busca no desembocar en una rescisión, aunque los motivos sobren. Según argumentó, “las penalidades son muchas y la empresa quedaría inhabilitada para participar en otras obras a futuro”.
El proyecto de obra incluye el soterramiento de todos los servicios, la construcción de dársenas de giro, ensanches donde el espacio lo permite, cordones cuneta, corredores seguros para peatones y ciclistas, alumbrado led, señalización, engavionados laterales y una nueva “carpeta de rodamiento”, que todavía no se ejecutó.