Un modelo de ciudad para «su gente»

Repensada en «una ciudad de 15 minutos», la gente puede acceder a pie a todos los lugares que necesite. Es posible vivir en una ciudad diferente, solo se trata de proponerlo, trabajar y ejecutar un plan. Un ejemplo de que todo puede ser distinto.


Por:  Semanario de Junín

Mientras Petrecca sonríe para la foto por el camión hormigonero que desparrama un poco de cemento sobre lo que será la ciclovía entre la ruta 7 y el balneario local, haciendo gala de ‘dar un espacio para los ciclistas’ nada dice acerca de haber bajado definitivamente las banderas que esgrimía no hace mucho, de una ciudad sustentable, que iba a tener “una red de ciclovías que contribuiría a bajar accidentes, disminuir el tránsito, ayudar con la movilidad y cambiar el paradigma de la conectividad en muchos de los puntos de la ciudad”.

De haberse concretado, y si se hubiera avanzado con un plan concreto de desarrollo de sus ciclovías, Junín podría tener otra realidad. Incluso se podría haber hecho mucho más, al contar con una Dirección de Movilidad, que quedó reducida a pintar algunas dobles líneas amarillas de modo equivocado y a complicar el tránsito vehicular por las medidas que tomó ‘para aliviar’ el nuevo movimiento que empezó a provocar la obra del bajo nivel de calle Rivadavia y que sigue sin acomodar.

En tren de ideas, hay ciudades que planifican, estudian y debaten cómo cambiar la forma en la que se mueven las personas

EJEMPLOS SUPERADORES

En tren de ideas, hay ciudades que planifican, estudian y debaten cómo cambiar la forma en la que se mueven las personas, las claves para una movilidad sustentable y cómo reducir las emisiones a nivel global. Y no es nada nuevo, de hecho hay una ciudad que lo tiene en su agenda hace más de 20 años.

Considerada como uno de los primeros lugares en peatonalizarse, en Pontevedra, España se dieron las medidas pro peatón y lograron números fascinantes: hoy, apenas registra entre cinco y ocho accidentes de tránsito por año, redujo el tráfico en un 90% y las emisiones en un 70%.

Pontevedra es un ayuntamiento en España, lo que equivaldría en la Argentina a un municipio, porque tiene 118 km² de extensión y en la ciudad, con dimensiones de 5 km², en 1999 había cerca de 100.000 autos circulando por sus calles todos los días. En ese mismo año fue electo Miguel Anxo Fernández Lores, miembro del Bloque Nacionalista Gallego. Alcalde todavía en 2023, llevó adelante una campaña para modificar las calles lerensas y la vida de sus habitantes.

Podría servir para intentar una comparación con Junín, ya que en esa ciudad española, se calcula que hay aproximadamente 65.000 habitantes, y con un número igual de vehículos patentados.

En la “ciudad de los 15 minutos”, los autos casi no se usan, el aire es más limpio y quienes viven allí eligen caminar por sobre otro tipo de transporte

EFECTO INMEDIATO

El cambio ideado comenzó rápido: Apenas un mes después de ser electos por primera vez, los funcionarios de Pontevedra empezaron a trabajar en el proceso de peatonalización. Primero, intervinieron en todo el centro histórico. De un momento para el otro, en esos 300.000 m² que ocupa el casco más antiguo de la ciudad, solo pudieron ingresar con autos los residentes de esa zona y unos pocos vehículos autorizados.

La regla es básica y la aplican en todas las calles del área. Para que los autos puedan circular tiene que haber espacio para que pasen los vehículos, una línea para estacionar y dos veredas de 2,5mts como mínimo cada una. Son circuitos por los que se entra y se sale por el mismo lugar. Es un camino que no sirve para atravesar la ciudad sino para ir a un punto determinado, dentro de esa zona.

Eso evita, por un lado, que se use como “atajo” para evitar el tránsito y, por el otro, que se reduzca “el tráfico de agitación”. Es decir, la gente que da vueltas para estacionar. Lo llamaron aparcamiento de servicios, es un espacio donde puede estacionar cualquiera, en horario comercial, sin pagar pero solo quedándose no más de 15 minutos, estirable a 20 o 25 si es algo ocasional y puntual. Esto generó una drástica reducción del tráfico y de manera notable.

A su vez, está el auto patrulla, bautizado por los locales como “El Multamóvil”, que todavía sin funcionar, y por efecto de disuasión, generó en la población el acatamiento de las reglas.

Todo este paquete de medidas tuvo efecto inmediato a tal punto que incluso antes de que entraran en efectiva vigencia, ya eran acatadas por los habitantes.

En la Argentina algo similar a lo planteado, sólo se da en el interior de los barrios privados, donde la máxima suele ser de 20km/h y en las calles conviven los niños jugando, las personas que hacen deporte o salen a caminar y todo tipo de vehículos, con multas muy estrictas para quienes superan las velocidades permitidas.

No hay discursos ni “Departamentos” creados ‘especialmente’ para hablar de ‘gestión’. Decidieron continuar durante más de 20 años el trabajo en pos del peatón y algunos números los respaldan.

Por ejemplo, el tráfico de vehículos motorizados en el centro histórico de la ciudad se redujo en un 90% y en el resto de la ciudad, entre un 60% y 75% según la zona.

Se cambió la infraestructura: los estacionamientos se reconvirtieron y ahora, por ejemplo, son las plazas o patios de los colegios linderos.

Repensada en «una ciudad de 15 minutos», la gente puede acceder a pie a todos los lugares que necesite. En términos de emisiones de CO2 lograron reducirlas un 70% sin fomentar la movilidad eléctrica e incluso bajó notoriamente la contaminación sonora. Y si se habla de seguridad vial, los registros son todavía más destacables: apenas se registran entre cinco y ocho accidentes graves por año (que implican una hospitalización de una sola noche, sin heridas graves), no hubo víctimas fatales por accidentes de tránsito desde 2011 dentro de la ciudad y los incidentes que involucran a bicicletas se mantienen entre 10 y 12 por año.

Pontevedra, podría considerarse una “ciudad de los 15 minutos” dado que solo apelan a comercios de cercanía. Es una ciudad pequeña, con mucho movimiento pero pocos habitantes y donde los locales de marcas más grandes se ubican en las zonas peatonales. Los autos casi no se usan, el aire es más limpio y quienes viven allí eligen caminar por sobre otro tipo de transporte. No tiene incentivos para la movilidad eléctrica y tampoco está en los planes que los haya.

A sus habitantes les gusta y los más jóvenes incluso proyectan una vida a largo plazo en ella. Tiene museos, un casco histórico precioso, iglesias muy bonitas y muy lindo ambiente para los jóvenes. Y accesibilidad total. Creció mucho en estos últimos años, es muy amigable con el peatón y eso la hace muy cómoda, con poca contaminación y con facilidad para llegar muy rápido a cualquier lado.

Es posible vivir en una ciudad diferente, solo se trata de proponerlo, trabajar y ejecutar un plan, donde la accesibilidad sea real y esté al servicio de la calidad de vida de verdad y no sólo en discursos de ocasión

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