En Santa Fe estiman que las pérdidas por sequía llegarían a 3.500 millones de dólares.
El impacto de la sequía es crítico. Aún existen algunas esperanzas si es que llegan las esperadas lluvias y logran salvar algo más de soja y maíz, pero el escenario es complejo. Durante la charla “El impacto de la sequía en la economía de Santa Fe y del país” -organizada por la Sociedad Rural de Rosario (SRR) en Expoagro- el ingeniero agrónomo Luis Villa subrayó que “el sector agropecuario va a terminar representando 4,3 o 4% del PBI lo cual es un hecho absolutamente inédito en la histórica económica de la Argentina”. Un número bastante alejado de las cifras habituales alrededor del 6%.
En su presentación el “Daño económico para la economía argentina, según la metodología de la FAO”, Villa explicó que “el año va a cerrar con una caída de la facturación del 35% respecto del año anterior”. En ese sentido, precisó que “el resultado que va a tener el productor va a generar una diferencia de entre 8.000 y 9.000 millones de dólares” y dijo que “la expectativa de resultados positivos es de aproximadamente 3.000 millones, y posiblemente termine en 4.000 millones”.
“Todo esto va a llevar a que el sector agropecuario va a terminar representando 4,3 o 4% del PBI lo cual es un hecho absolutamente inédito en la histórica económica de la Argentina. Es tan difícil y tan inédita la situación que va a requerir un accionar acorde y sobre todo decisiones racionales que se tomen en tiempo y forma”, subrayó.
Además, aportó que en una campaña habitual, el capital de trabajo es de 25 mil millones de dólares pero señaló que en el próximo ciclo “va a estar en un tercio de esa cifra”. En rigor, planteó: “Es evidente que hay que replantear toda la campaña 2023/24”, dijo y aclaró: “Cuando digo replantear la situación en lo primero que pienso es en el Estado, que sigue cobrando anticipo de Ganancias, en los derechos de exportación, y en todo el ecosistema como proveedores de bienes de capital, de insumos, el sistema financiero”.
A su turno, Eduardo Borri, presidente de la Cámara Argentina Fabricantes de Maquinaria Agrícola (Cafma), presentó el “Impacto de la sequía en la industria de la maquinaria agrícola» entre las 1.200 empresas que integran la entidad, especialmente firmas de Santa Fe, Córdoba y Buenos Aires.
El dirigente recordó que el sector en los últimos 3 años pasaron de unos 27 mil puestos de trabajo a 40 mil. Es decir, aumentaron un 40% la dotación de trabajadores. Pero advirtió que desde junio de 2022 “empezó a verse el doble impacto de la sequía y del aumento de las tasas de interés”.
Borri también dijo que existieron varios factores para que eso ocurriera. En primer lugar, la maquinaria era un refugio de valor y como el productor no sabía que hacer con los pesos trataba de colocar en la maquinaria agrícola su excedente. Por otro lado, “el acceso a tasas a interés razonable motorizaron mucho las ventas”, dijo, pero también agregó que “desde julio se empezó a agotar eso y empieza a haber reducción de horas extras”.
Como un tema crítico resaltó que el sector tiene dificultades para conseguir insumos pero “ingresan por Aduana productos terminados”. Por eso consideró que es momento “de ser un poco más egoístas” para cuidar a la producción nacional, al empleo del sector y “no congraciarse con un país vecino que puede estar produciendo maquinaria”.
Respecto al financiamiento dijo que “es un problema poder vender sin tasas razonables” y mencionó que en el segundo día de la muestra se agotó el cupo de 45 mil millones de pesos que había disponibilizado el Banco Nación con tasa subsidiada.
Raúl Milano, gerente ejecutivo del Rosgan, se enfocó en el sector ganadero y para dar cuenta del impacto de la sequía contó que en el remate que se estaba realizando en ese mismo momento en Expoagro se pusieron a la venta 23.000 animales, una cifra que marcó “una oferta infernal”.
Dijo que a pesar de la oferta abundante -que refleja el impacto de la sequía debido a que el productor agotado sus campos necesita vender su hacienda- los precios mostraron buenos valores. “La gente no puede pagar, quiere mandar su hacienda, quiere vender”, dijo.
El directivo precisó que “entre 15 a 20 mil millones de dólares va a dejar de percibir la producción”. Resaltó que hay 21,5 millones de cabezas fuertemente complicadas.
Con esta sequía “que pocas veces se ha visto”, que se expresa en el aumento de la hacienda que sale a la venta, tanto en invernada como la que maneja el Rosgan y “no hay manera de arreglar lo que ya perdió el productor”, dijo.
“Hay una baja condición corporal y el nivel de preñez cae. Hay 800 mil terneros menos”, dijo y agregó: “Estamos teniendo hacienda que sale muy chica, de 150 kilos porque la gente la tiene que sacar”, precisó Milano y apuntó que “hay una descapitalización terrible del sector” y recordó que la situación casi se asemeja a la de 2008/9.
En tanto, el ingeniero agrónomo Eduardo García Maritano puso el foco en la lechería, un actividad que no puede suspenderse en ningún momento y que enfrenta “un perfil totalmente agotado de agua”.
“Nos encontramos con un sector lechero que, mientras que en el mundo estuvo de fiesta en los últimos 20 años, en Argentina estuvo invitada a los velorios y nunca a la fiesta”, indicó respecto al desacople de precios entre el productor y el precio final, que hace que “Argentina tenga los productos con precios al consumidor más caros de la región con precios al productor más bajos del mundo”.
Sobre la salida para al sector dijo que en el caso de la lechería, “la cadena empieza en el consumidor”, por lo tanto, “no vamos a empujar la haciendo más leche sino consiguiendo más mercado”, agregó.
Santa Fe
El ingeniero agrónomo Guillermo Farbman habló sobre “Impacto de la sequía en la producción de Santa Fe” y estimó que la provincia tendría una pérdida por 3 mil millones de dólares, unos días antes de las últimas lluvias. Pero 15 días después, habiendo llovido, y tras analizar la información pública disponible, la cifra se elevó a 3.500 millones de dólares, refiriéndose exclusivamente a la parte agrícola de los principales cultivos.
“El impacto no es sólo sobre el productor sino sobre la Argentina y aún no está mensurado”, estimó.
Dijo que “se habla de 20 mil millones de dólares pero considero que será más”. Planteó que hay datos que hablan de un rinde promedio de 2,8 toneladas por hectárea de soja, “si lo multiplicamos nos da entre 27 y 30 millones de toneladas”, resaltó y se preguntó porqué no se piensa “en que el mecánico del pueblo no va a tener trabajo, los fletes se reducirán más aún” lo que genera “un impacto que empieza ahora y no termina porque arrastra tres años de sequía”.
Sobre el escenario a futuro recordó 1ue hace tres años que no se crece en soja. “Argentina en los últimos dos años presentó dos nuevos eventos genéticos, Brasil hizo 56”, dijo y también planteó que si no llueve hasta mayo no se va a poder sembrar trigo.