La extensión de Argentina requiere de soluciones logísticas compuestas, con redes troncales de ferrocarril para las grandes distancias y volúmenes.
La producción agroindustrial Argentina crece año a año, tanto por la innovación tecnológica, líder en América Latina, como por la ampliación de la frontera agropecuaria por el aporte de la genética.
Este aumento de la producción no viene acompañado de un programa de logística que apunte a transportar el producto en forma eficiente y a costos competitivos, tanto a las empresas industriales como a las terminales exportadoras.
La extensión de Argentina requiere de soluciones logísticas compuestas, con redes troncales de ferrocarril para las grandes distancias y volúmenes y rutas adecuadas para los trayectos cortos en donde el camión es más eficiente, especialmente en retirar el producto desde el sitio de cosecha, hasta las plantas de acopio.
Por años se ha considerado al ferrocarril como un transporte perimido y esto llevó a que a Frondizi, como presidente, a poner en marcha el plan Larkin, para reducir el déficit de los ferrocarriles. En ese momento Argentina tenía 47 mil kilómetros de vías operativas (década del 60).
Pero, por los vaivenes políticos, que incluyeron la destitución del presidente por un golpe militar, el programa sólo se redujo a la etapa de cierre de ramales, deterioro de infraestructura y material rodante, que ha llevado a que hoy, sólo tengamos 19 mil kilómetros de vías operables, en condiciones críticas.
Esto vino asociado por la idea de que el camión es más barato y rápido de implementar porque en este costo no se cuenta, como en el caso de ferrocarril que cuenta la traza ferroviaria, la carretera que las construye el estado para fines generales.
Tampoco se ha avanzado en la construcción de autovías razonables para el tráfico y la modernidad que el parque automotor hoy requiere.
Tanto por la necesidad de diversidad de medios de transporte, por la menor contaminación, por la mayor eficiencia energética y por muchos otros factores más, la apreciación respecto del ferrocarril está cambiando y se comienzan a ver recuperaciones, lentas, pero recuperaciones al fin de algunos ferrocarriles.
En esto se ha dado prioridad al de transporte de personas, especialmente en el gran conglomerado de AMBA, y con menos énfasis en los de transporte de carga donde solo en el Ferrocarril Belgrano se están realizando obras de cierta envergadura.
La falta de un proyecto de país serio, como lo tienen los que se pueden considerar de similares características (Brasil o Australia), hace que en Argentina no haya aún, con la necesidad totalmente demostrada, un programa de logística de transporte multimodal de largo plazo. Aquí los cortos plazos no sirven porque las inversiones son de alto costo y las tareas de gran envergadura.
Pero es momento de pensar, si pretendemos alimentar al mundo como tanto se pregona, en comenzar a proyectar y ejecutar un programa de mejoramiento y crecimiento de los servicios logísticos, especialmente el ferrocarril de cargas y en segundo término el de autovías seguras.
Sólo así podremos avanzar en la generación de riqueza y, ya en lo que podría ser la repoblación del interior de Argentina, despoblado en gran parte por el cierre de ramales ferroviarios y estaciones, en lugares en donde era el único medio de comunicación con las zonas centrales urbanas.
La región de Bahía Blanca no es ajena a este problema. Tiene el puerto más importante en calado, y con la ubicación más estratégica con respecto a los centros de producción de granos y de energía, pero con un aporte logístico totalmente insuficiente, en donde un solo ferrocarril tiene presencia real, Ferroexpreso, en el movimiento de cargas. Los restantes, patagónicos, aún en retroceso, y las rutas en estado lamentable.
Como ejemplo de programa de desarrollo, podemos decir que China, que comenzó su etapa a finales del siglo XX, ocupa hoy el primer puesto mundial en volumen de transporte por ferrocarril. Se estima que mueve el 25% de la carga de trabajo en vías férreas de todo el mundo.
Algunas ventajas del ferrocarril:
–Gran capacidad: permite el transporte de grandes cantidades de mercancías en largos recorridos.
–Los costos de la operación son, por lo general, bastante bajos.
–Flexibilidad: es posible transportar variedades de mercancías.
–Baja siniestralidad.
–Poco contaminante.
Igualmente, Argentina aún está entre los primeros 8 países en extensión de redes ferroviarias.
– La Nueva Provincia