YPF Agro, ¿la llave para estabilizar los precios del campo y generar ingreso de dólares?

Un cambio en la conducción podría ubicar a YPF Agro como protagonista en el comercio exterior del productos agropecuarios y en la definición de los precios internos de las materias primas de alimentos.

En un contexto global que arroja una situación crítica y cuando el pronóstico de los principales bancos de inversión del planeta es que se avecina una crisis alimentaria que podría derivar en secuencias de desesperación social a lo largo y ancho del planeta, los 100 años de YPF en la Argentina llegan con algunos interrogantes. Uno de ellos, al margen de la celebración de este primer centenario para la empresa de bandera, es qué grado de compromiso puede asumir la compañía, no sólo para impulsar la política energética soberana, sino también para intervenir con éxito en el mercado de las materias primas y los alimentos.

La novedad es que muchos de esos cuestionamientos van a dar de frente con algunas curiosidades que, como mínimo, merecen mención. Uno de esos hallazgos es por qué existen funcionarios pertenecientes al gobierno macrista en áreas de YPF que resultan estratégicas y que, de alguna manera, podrían dar a entender cierta desprolijidad o falta de cohesión en el rumbo general de la compañía.

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El caso paradigmático es el de YPF Agro. Aún no existe una explicación cabal y contundente sobre por qué la firma, de enorme peso en el mercado, no toma las riendas de la comercialización de granos y las exportaciones de productos del campo, con la finalidad de intervenir en el mercado local y estabilizar los precios de los alimentos de todos los argentinos. Sería algo similar a lo que imaginó un sector del Gobierno cuando se anunció (y luego se echó atrás) la estatización de Vicentin.

Las preguntas llevan a una misma respuesta: Nicolás Winschel, el actual gerente de Negocio de YPF Agro, nombrado por Mauricio Macri en octubre de 2018, con casi nueve años de experiencia previa en Monsanto y mucho trato directo con grandes multinacionales del sector.

Tal como la petrolera YPF controla hoy el 55% del mercado de los combustibles, la unidad YPF Agro puede convertirse en un actor relevante de la actividad agropecuaria. Como han planteado otros analistas e incluso periodistas como es el caso de Alfredo Zaiat, YPF Agro puede asumir el desafío de una gravitación estatal eficaz y eficiente en el comercio exterior de granos y en cierta actividad testimonial que funcione como una especie de parametrización de sus precios para toda la cadena productiva y para el consumo interno.

¿Cómo lo haría? El primer paso es tener una conducción profesional, pero fundamentalmente comprometida políticamente con un proyecto de desarrollo nacional. El regsitro de los años macristas en la gestión de YPF podría abrir numerosas dudas de que esto haya sido así en el pasado. Así, la compañía podría contar con una dirección en línea con la actual fuerza política en el Gobierno, y con la de YPF en general.

En segundo lugar, YPF Agro se debería proponer ser protagonista en el comercio exterior y en la definición de los precios internos de las materias primas de alimentos. Esto implicaría ingresar en un escenario de tensión con poderosas agroexportadoras locales y multinacionales, además de con el resto de la cadena agroalimentaria. Sin embargo, en ámbitos gubernamentales creen que valdría mucho la pena.

Es más, hasta el presidente Alberto Fernández ya había deslizado la posibilidad de relanzar a YPF Agro haciéndose cargo de Vicentin, en medio del fallido plan de rescate. “La mejor opción es que YPF Agro se convirtiera en una sociedad autónoma, desarrolle su operación como lo venía haciendo y nos permita lograr el mismo objetivo, que es tener una empresa de referencia del Estado en el sector cerealero”, afirmó el mandatario.

Para convencer a los reticentes de la intervención en Vicentín, Fernández detalló en aquel momento que YPF Agro era el enclave perfecto para hacerse cargo de la cerealera, porque es una unidad de negocios de YPF que vende fertilizantes y combustibles a los productores agropecuarios, que los pagan con cereales, que luego se venden a las exportadoras. «La idea era que YPF se hiciera cargo del manejo de Vicentin con todo el saber que ya tiene», deslizó luego del malogrado intento de sostener a la empresa santafesina. El control en manos de YPF Agro se pensó con un fondo fiduciario con los activos y pasivos de Vicentin, que sería administrado por las autoridades de YPF Agro.

Actualmente YPF Agro ofrece servicios de protección y nutrición de cultivos, semillas, bolsas para silo y lubricantes y combustibles para el universo del campo. También tiene participación en Y-TEC, la unidad de investigación científica y tecnológica de YPF y en Profertil, asociada con los canadienses de Nutrien Ag Solutions. Y-TEC y Profertil son dos compañías de nivel y reconocimiento internacional, que impulsan la innovación en varias áreas, pero fundamentalmente en el agro. Según dijo el apuntado Winschel los planes son crecer hasta 5% su participación en agroquímicos y hasta un 20% en el sector de fertilizantes. Además, prevén duplicar el volumen de canje de granos en los próximos cuatro años. «Llegamos a 22.000 productores que cubren el 70% del área agrícola, tanto en cultivos intensivos como extensivos», confesó el gerente nombrado por Cambiemos.

En el Gobierno hoy muchos reflexionan: si con Winschel llegamos a 7 de cada 10 parcelas agrícolas, imagínate lo que haríamos con una conducción alineada a los intereses nacionales y populares.

YPF Agro podría aliviar a pequeños y medianos productores porque la compañía estatal estaría en condiciones de ofrecer una mejora sostenida en el precio de compra, al transparentar los valores de la cadena comercial agroexportadora. Pero como no todo es gratis, hay que aclarar que con una decisión de este calibre disminuiría el poder de compra de las multinacionales, que hoy es dominante, e impulsaría a mejorar la oferta de precios a los productores, condición que a los dueños del campo puede molestar. Y mucho.

Otra bonanza de la gravitación de YPF Agro en el mercado cerealero es que se podría fortalecer el stock de divisas que genera la producción agropecuaria porque aseguraría la liquidación inmediata de los dólares de exportación, dejando en offside la inmensa bicicleta que hacen las compañías con las Declaraciones Juradas de Ventas al Exterior, uno de los problemas más relevantes que enfrenta la administración nacional.

Con voluntad política y cambios en el liderazgo, YPF Agro podría ingresar de la mano del Estado como participante activo en el núcleo del negocio de mayor rentabilidad de la Argentina: los granos, la agroexportación y el ingreso de dólares genuinos.

Con la dificultad que hoy representa aplicar más retenciones o controles de precios en las bocas de expendio de alimentos que vienen del campo, tomar las riendas de YPF Agro permitiría disputar la construcción de un proyecto de país de desarrollo nacional con inclusión social superadora de medidas puntuales. La última palabra la tiene el presidente Alberto Fernández

Por Julián Guarino – Ámbito