En Rojas se inauguró un Centro de Desarrollo Tecnológico que innovará en semillas, productos y tecnologías para la protección de los cultivos y soluciones digitales.
En 1913 un ingeniero químico de la compañía alemana BASF llamado Carl Bosch perfeccionó la técnica para la síntesis de fertilizantes que permitió comenzar a producir amoníaco por toneladas, un avance clave para la agricultura y la humanidad que le valdría un premio Nobel en química. Más de cien años más tarde, esa empresa destina una suma superior a los 900 millones de euros -3 millones de euros diarios- a la investigación y desarrollo en agricultura, y una parte de esa enorme inversión se pudo observar de forma concreta esta semana en la localidad bonaerense de Rojas, donde la compañía inauguró un nuevo Centro de Desarrollo Tecnológico.
El Centro, que se dedica a innovar en semillas, productos y tecnologías para la protección de los cultivos y soluciones digitales, se suma a una red global que solo en Latinoamérica suma más de 30 nodos. En Argentina es el quinto centro de innovación de BASF, se agrega a los de Tucumán, Presidencia Roque Sáenz Peña en Chaco, Tandil en provincia de Buenos Aires y San Jerónimo en provincia de Santa Fe. Su instalación requirió una inversión de 188 millones de pesos sobre un campo de 65 hectáreas, con oficinas de 1.100 metros cuadrados, y un laboratorio con los más altos estándares en medidas de bioseguridad para la investigación y el desarrollo de semillas y fitosanitarios.
BASF inauguró este martes un nuevo Centro de Desarrollo Tecnológico en Rojas, provincia de Buenos Aires.
BASF inauguró este martes un nuevo Centro de Desarrollo Tecnológico en Rojas, provincia de Buenos Aires.
“La apertura de este nuevo Centro demuestra el compromiso de BASF en Argentina, un país estratégico para la producción de alimentos en el mundo, y consecuentemente para nosotros por la relevancia de su industria agrícola y la capacidad de innovación de sus productores. Estamos reforzando nuestra presencia con una inversión que nos permitirá llevar adelante proyectos de investigación y desarrollo de soluciones conectadas a las necesidades del productor, aportando el conocimiento local, regional y global conjuntamente con la experiencia del agricultor», afirmó en diálogo con Clarín Rural Gustavo Portis, director de la división Soluciones para la Agricultura de BASF.
El Centro de Rojas, que en realidad ya lleva un año funcionando pero por la pandemia no había sido inaugurado oficialmente, es la primera estación de la firma en el mundo que ya nace integrada para conectar las soluciones al productor en todos los eslabones de sus sistemas de producción a lo largo de la campaña. “Desde el inicio, fue pensado y diseñado para que las semillas y fitosanitarios, las maquinarias y las soluciones digitales, los proyectos de investigación y el uso de los recursos del campo estén conectados entre sí. Tiene la particularidad de que todas las soluciones se investigan y desarrollan a la vez y en forma conjunta”, explica Gustavo Portis.
De esta manera la empresa busca agregar valor al productor identificando combinaciones de productos y servicios de su portafolio o de terceros, que resulten en una mejor solución de acuerdo a las necesidades de cada ambiente y agricultor.
En palabras de Portis, la nueva incorporación de la compañía es una perla en un collar global que suma e integra el conocimiento de todo el mundo, y su ubicación geográfica además tiene la ventaja de que por estar en contraestación con Estados Unidos permite alcanzar un avance más rápido de las investigaciones. “En el invierno de ellos trabajamos con los cultivos en el verano de aquí y con eso ganamos tiempo y experiencia, años de trabajo”, explica.
De cara a los próximos años, el líder local de BASF afirma que la compañía alemana aspira a duplicar la cantidad de productos disponibles en el mercado y que además sean productos de un perfil toxicológico y de huella de carbono mucho mejor que los productos actuales
– Clarín Rural