Soja: otra crisis para Alberto Fernández aunque el kirchnerismo festeje

El campo se prepara para otra batalla con el Gobierno. Se anticipa una suba de retenciones. El ministro Julián Domínguez había desechado esa opción hace 72 horas. También Martín Guzmán lo negó ante el Congreso. Peligro para el ingreso de divisas en medio del acuerdo con el FMI.

El conflicto que el Gobierno generó desde ayer a la tarde con la suspensión de las exportaciones de harina y aceite de soja, con la perspectiva de que esa decisión derive inmediatamente en una suba de retenciones de 31% a 33% para esos productos, puede complicarle el panorama político a Alberto Fernández con la oposición, justo en la semana en que necesita tranquilidad en el Senado para terminar de convertir en ley la autorización para el endeudamiento que renovará con el FMI.

Ese conflicto aparece de tal dimensión, tomando en cuenta las reacciones que surgieron inmediatamente desde el campo y la oposición, que abrumaba ayer a algunos sectores. Pero al mismo tiempo la pregunta que se denota por estas horas es si esa batalla que el Gobierno está armando con el agro no tiene también como consecuencia un guiño a favor del kirchnerismo más duro, siempre embelesado con apuntar al campo con nuevos impuestos y al mismo tiempo hacerlo responsable de todos los males de la república. En lo inmediato hay un peligro cierto de que se judicialice el mercado de granos en el país, ante las presentaciones que ya prepara el campo.

El kirchnerismo saludó en intimidad anoche la decisión, mientras a otros dirigentes del oficialismo como Omar Perotti no les quedaba otra opción que salir a castigar Alberto Fernández por la decisión: “La suspensión de las exportaciones de harinas y aceite de soja, frenará el ingreso de las divisas que necesita el país”. Para el santafecino, como para Córdoba o Buenos Aires, no hay muchos caminos frente a un conflicto que amenaza con escalar. Es cierto que la crisis con el campo esta vez quizás no llegue a los niveles de la pelea por la Resolución 125, pero solo sería así porque la fuerza de la actual Mesa de Enlace no es comparable con la que se enfrentó a los Kirchner en ese momento. Solo una protesta organizada de los pequeños productores fuera de su representación podría generarle al Gobierno un verdadero dolor de cabeza.

En números, más allá de las teorías nunca efectivas del kirchnerismo sobre como cuidar la “mesa de los argentinos” impidiendo exportación de alimentos, el Gobierno claramente esta en proceso de pegarse nuevamente un tiro en el pie.

La suba de retenciones ha tenido normalmente un efecto colateral que los gobiernos de turno raramente pueden controlar y es que el campo, ante la incertidumbre, intenta liquidar la menor cantidad posible de cosecha. Estamos hablando, en el caso de harina y aceite de soja, de productos que en el 2021 representaron para el país ingresos US$12.105 millones y U$S7.101 millones de dólares, respectivamente. En medio de un programa con financiamiento de emergencia, como es realmente el que el Gobierno firmó con el FMI, no parece acertado complicar la mayor fuente de divisas que tiene la Argentina.

Además de esta realidad, la invasión de Rusia a Ucrania al mismo tiempo que hizo saltar los precios del petróleo (efecto que ayer fue alegado por YPF como la razón para una suba de hasta 11% en sus combustibles), el trigo, maíz y la leche, le genera a la Argentina una oportunidad que el país por su ineficiencia económica y política no puede aprovechar. Ayer, un exfuncionario del área agropecuaria razonaba con amargura en dialogo con MDZ: “Hasta Pepe Mujica en una situación como esta hubiera proclamado en Uruguay: muchachos hay que salir a venderle ahora todo al mundo».

Los precios de los productos que Argentina exporta (y otros que podría como el gas si hubiera mantenido una política energética lógica y desarrollado Vaca Muerta) tienen hoy valores históricos que cuando el conflicto en Ucrania termine, sea cual fuera el resultado, no se mantendrán.

En ese rango de récords hay que poner a la tonelada de trigo que la guerra llevó ahora a US$400, pero que tuvo picos de US$500 hace una semana, el maíz a US$300 o la soja ayer a US$616 la tonelada. Para quienes no tienen memoria vale un dato que refleja la verdadera dimensión de lo que está sucediendo en el mercado agropecuario con los precios: cuando se fue del Gobierno Fernando de la Rúa en diciembre de 2001, la soja cotizaba a US$191 la tonelada. Esa medida sirve para entender lo que el país estará perdiendo desde hoy

RUBÉN RABANAL – MDZ on line