Luz amarilla: los insumos se disparan en dólares y los granos pierden poder adquisitivo

Los fertilizantes subieron hasta 88% en dólares en el último año.

Aunque los precios de los principales granos que se cultivan en Argentina subieron con fuerza en el último año, hay insumos que aumentaron mucho más, y por eso el bolsillo de los productores agrícolas está sintiendo el mismo efecto que el de los asalariados: una pérdida de poder adquisitivo.

Así lo muestran sendos informes difundidos en las últimas horas por la Bolsa de Cereales de Córdoba y por la Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de Argentina (Fada).

De acuerdo con la entidad bursátil, la soja subió 68 dólares por tonelada el último año (25%), el maíz 34 dólares (21%) y el trigo 32 dólares (16%).

Sin embargo, este viento de cola para las commodities se encontró con una tormenta en los precios de algunos de los principales insumos agrícolas. Por ejemplo, entre los fertilizantes, el superfosfato triple aumentó 88%; el fosfato monoamónico, 87%; el fosfato diamónico, 84%, y la urea, 50%.

Párrafo aparte merece un insumo clave como el glifosato, que se incrementó 76 por ciento, pasando de 330 dólares por cada 100 litros a 580 dólares en la actualidad. Si bien la escalada ocurrió en junio pasado y ahora el valor se estabilizó, es el máximo precio en al menos la última década.

CULTIVOS
Trigo. Es el que se ve más afectado, porque es uno de los cultivos que más fertilización demanda y, a su vez, es el que menos aumentó en el último año.

En general, la relación insumo-producto para este cereal, según la Bolsa cordobesa, se redujo 24 %. Pero en el caso puntual del fosfato diamónico, por ejemplo, hoy se necesita 58% más trigo que hace un año para comprar la misma cantidad de este fertilizante. Lo mismo ocurre con el glifosato y la urea que, en relación con septiembre de 2020, se encarecieron en un 51% y 29%, respectivamente.

Solo la semilla se abarató en relación a 12 meses atrás, un 14%. “Si bien hay otros insumos que mejoraron su relación respecto al precio del cereal, la urea y el fosfato son los dos componentes más importantes dentro de los gastos para el cultivo”, aclaró la Bolsa.

Maíz. Observa una caída en el poder de compra promedio del 7,6%. Los insumos que más se abarataron en términos relativos fueron la semilla (19,5%) y la atrazina (11,1%). Los que más se encarecieron fueron fosfato monoamónico (54,5%), glifosato (45,1%) y la urea (23,8%).

Soja. Para la oleaginosa, el fosfato y el glifosato están 49,9% y 40,4% más caros; mientras que la semilla y el gasoil están 20,1% y 0,4% más baratos, respectivamente.

MENOS RENTA

Por su parte, Fada hizo foco en la suba de costos como uno de los aspectos principales que explican un nuevo incremento en la participación del Estado en la renta agrícola.

“En términos de costos hay algunas luces amarillas. En el último año los precios de los fertilizantes han aumentado hasta un 50% en dólares, y los precios de los fitosanitarios han tenido incrementos que superan el 50% en dólares en algunos casos, el gasoil ha sufrido aumentos de precios superiores al 70%, los costos de labores se han incrementado en un 70% y los fletes muestran aumentos cercanos al 85%”, sostuvo el economista jefe de Fada, David Miazzo.

En este marco, explicó: “¿Por qué una suba de costos hace incrementar la participación del Estado? Porque los mayores costos hacen reducir la renta, pero los impuestos no se reducen en la misma proporción. Esto pasa porque el principal impuesto son los derechos de exportación que se calculan sobre el precio de los productos y no sobre las ganancias que genera la producción”.

DECISIÓN. La campaña de granos gruesos arranca con mayores costos, interrogantes con el clima y menores precios respecto a la cosecha pasada. (Gentileza Bayer)
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Para Miazzo, otro factor a tener en cuenta es que en una hectárea de soja, el 53 por ciento de los costos (productivos, sin tener en cuenta el valor de la tierra) están dolarizados, mientras que en el maíz esa proporción, por el mayor uso de fertilizantes, trepa al 58 por ciento.

Un problema al respecto, además de la suba de los valores en dólares, es que el tipo de cambio argentino se retrasó con respecto a la inflación doméstica.

“En las actividades exportadoras, como la producción de granos, es muy importante el tipo de cambio real porque hace a su competitividad. En los últimos 12 meses el tipo de cambio real ha caído, porque la inflación ha sido mayor a la suba del tipo de cambio oficial. Mientras que la inflación fue del 51,8% el dólar oficial subió un 30%. Esto es lo mismo que decir que el dólar se atrasa respecto a la inflación. En la producción de granos, el efecto que genera es que sube los costos en dólares de fletes y labores”, subrayó Miazzo

– La Voz del Interior