Más producción y menos conflictos, la hoja de ruta para la agroindustria

En un panel del precoloquio de IDEA se intercambiaron miradas desde lo político, lo empresarial y el comercio internacional.

“Nuestra dirigencia política no entiende al campo, pero el mundo reconoce lo que Argentina produce”. La frase de Julián Dominguez, el primer ministro de Agricultura de los gobiernos kirchneristas, fue expresada en la mitad de una charla del precoloquio de IDEA que se realizó este martes desde Rosario, pero funciona como disparador y también conclusión del debate sobre “una hoja de ruta para el sector agroindustrial”.

El panel coordinado por Pilu Giraudo, productora, ex presidenta de Aapresid y miembro de la Red de Mujeres Rurales, también estuvo integrado por Gustavo Idígoras, presidente de la Cámara de la Industria Aceitera de República Argentina y del Centro de Exportadores de Cereales (CIARA-CEC) y por Ivo Sarjanovic, consultor y profesor universitario argentino radicado en Suiza.

Dominguez aseguró que “el campo es constitutivo de la identidad nacional, pero no por dicho está claro que no hay proyecto político posible en la Argentina si no incorpora al campo, que no sólo implica un aporte fiscal y de innovación tecnológica, sino también como impulsor de la demanda, por ejemplo de las pickups que impulsan a la industria automotriz”.

Al respecto, ponderó al Consejo Agroindustrial Argentino (CAA) como articulador de toda la cadena. Idígoras señaló que se formó entre distintas entidades, hoy son 63, que “no sabíamos cómo llegar pero sí qué queríamos: políticas de estado sustentables a largo plazo. Y optamos por no quejarnos, sino proponer, para aprovechar la oportunidad que ofrece el mundo sin dejar de asumir la responsabilidad del abastecimiento interno”.

Desde su perspectiva global, Sarjanovic planteó que la demanda de productos agropecuarios hoy tiene dos fundamentos: la recuperación de las compras forrajeras de China y el incentivo al diésel renovable en Estados Unidos, que está traccionando el precio de los aceites, y puede ofrecer oportunidades para Argentina no sólo en soja sino también en girasol y colza. La oferta, consideró, está marcada por la evolución del clima.

El especialista planteó un concepto que fue bien recibido por sus interlocutores: “Comoditizar la sustentabilidad”, como símbolo de los avances productivos en general, más allá de los logros particulares, hacia el objetivo de consolidar una marca país. Giraudo enfatizó en el mismo sentido sobre la agrobioindustria e Idígoras destacó todo lo que se está haciendo sobre bioeconomía sustentable, por ejemplo en relación a la huella de carbono, que incluye hasta la trazabilidad de los panificados.

En las conclusiones, Sarjanovic advirtió que “la relación con China es clave y tenemos que encontrar la forma de negociar por los dos productos que más exportamos y no nos compran: la harina de soja y el maíz”.

Dominguez propuso tener en cuenta a Africa Subsahariana y abogó por institucionalizar al CAA, ojalá que con una ley del Congreso que establezca reglas claras a 10 años.

Giraudo marcó las “capacidades naturales y humanas y la diversidad que nos distingue, para proyectar un plan de país para todos, no sólo para la agroindustria”.

E Idígoras instó a impulsar la producción, el empleo y las exportaciones en un escenario de menos agresiones internas”

Mauricio Bártoli – Clarín