Edgardo Phiellip: «La reactivación de Vaca Muerta ya permitió recuperar 10.000 empleos»

Edgardo Phiellip, secretario de la Federación de Cámaras de Energía de Neuquén (Fecene), detalló la situación actual de empresas proveedoras de bienes y servicios para el desarrollo de Vaca Muerta y destacó la elaboración de la nueva Ley de Hidrocarburos. «Plantea 20 años de duración, o sea, otorga previsibilidad y estabilidad», celebró.

Más allá de la ley nacional, el reconocido dirigente empresario reveló qué falta para incrementar la explotación de hidrocarburos en Vaca Muerta y reclamó la sanción de una nueva normativa de Compre Neuquino para potenciar a las firmas locales. “Desde el punto de vista de lo producido y lo que quedó en la cadena de valor, queremos evitar que con Vaca Muerta pase lo mismo que con el gas de Loma La Lata”, afirmó.

Periodista: ¿Cuál es la situación hoy de las pymes en Vaca Muerta?

Consumo eléctrico volvió a los niveles de prepandemia
Edgardo Phiellip: Desde el punto de vista macro la reactivación es realmente importante. El crecimiento de los niveles de producción de petróleo y gas, sobre todo el shale, es muy relevante, incluso se superó el récord histórico. Neuquén se ha convertido en la primera productora de gas y petróleo. Sin embargo, vemos que el impacto sobre la cadena de valor local no tiene la misma magnitud.

P.: ¿El nivel de empleo volvió a la época de la prepandemia?

E.P.: Distinguir toda la cadena de valor implica llegar a toda la actividad comercial, por cuestiones de derrame. En pandemia se perdieron unos 15.000 empleos, casi un 10% de toda la fuerza de trabajo privado de la provincia. Ahora se han recuperado unos 10.000 puestos. La reactivación es muy importante frente al nivel anterior a la pandemia. El resto está en proceso de incorporación.

P.: ¿Hay algo que detenga esa reincorporación?

E.P.: Los problemas de nivel de actividad económica en el resto del país, en lo que hace a los grandes centros urbanos de la provincia de Buenos Aires, Santa Fe y Córdoba. Esto implica un trabajo con costos y precios marginales muy diferentes y eso ocasiona una demora en la reactivación local.

P.: ¿Impacta la escalada del dólar en esa situación?

E.P.: Eso está relacionado con la mano de obra, el costo laboral, que incluye lo salarial y lo no salarial. Los insumos al estar dolarizados, evidentemente generan crecimiento de costos. Pero al estar vinculados con una actividad que tiene sus productos finales en dólares, en alguna medida se neutraliza. Sin embargo, el congelamiento del combustible, que es un consumo importante a nivel interno, introduce algunas distorsiones en la relación costos y precios.

P.: ¿La empresas siguen con menor nivel de actividad que antes de la pandemia?

E.P.: Siguen por debajo. La actividad no se desarrolla en Neuquén, sino que son insumos que se traen de otras localizaciones o con mano de obra que no está radicada acá. El derrame es muy inferior y esto afecta a las empresas locales. La pandemia provocó problemas serios en muchas empresas. El valor del petróleo cayó prácticamente a cero y eso motivó que parte de la industria disminuyera los precios de manera unilateral, además de demoras en el financiamiento. Los problemas son en las empresas más pequeñas. La demanda se dirige a otras empresas, que a su vez, subcontratan a las locales.

P.: ¿Detectaron importantes cierres de empresas en este año y medio?

E.P.: No las tenemos cuantificadas. La pandemia generó desde el punto de vista financiero y la continuidad un impasse legal, aunque no implica que no hubo empresas con serias dificultades o con niveles de actividad muy bajos, o sin actividad, que se han consumido los ahorros. Tenemos claro la existencia de estos problemas en muchos sectores.

P.: ¿Cuál fue el destino de la ley de Compre Neuquino?

E.P.: Eso nos tiene preocupados. El proyecto lo envió el Poder Ejecutivo local en diciembre y está en la Legislatura. Esa ley establece las condiciones de acceso y contratación de las empresas regionales a la industria. Es una de las legislaciones más abiertas y todavía no ha pasado al dictamen de comisión. Esa demora nos preocupa, porque si se continúa desarrollando la explotación de Vaca Muerta los contratos que se hagan a mediano y largo plazo las empresas locales y regionales pueden quedar excluidas. Así, se va a perder participación en la cadena de valor y está comprometido el desarrollo económico local.

P.: ¿Qué plantea la ley de Compre Neuquino?

E.P.: El régimen no establece prioridad absoluta, sino igualación. Al mismo precio y calidad de servicio, la adjudicación podría ser para las empresas locales. Además, establece un nivel de porcentaje de contratación de las empresas de la región. La legislación vigente está aceptada, pero tiene determinados problemas que impiden su extensión. En la Federación tenemos unas 1.200 empresas, pero antes del 2019 participaban unas 4.000 en las contrataciones con operadoras en la cuenca neuquina. Hoy certificadas hay unas 100. Las condiciones vigentes no son las adecuadas para incorporar la mayor cantidad de empresas regionales posible y mejorar la cadena de valor local. Queremos llegar a 900 o 1.000 empresas certificadas rápidamente.

P.: ¿Qué consecuencias trae la falta de certificación?

E.P.: Es fundamental para desarrollar la economía regional. Loma La Lata fue el principal yacimiento gasífero del país durante 30 años, fue lo que se utilizó para el desarrollo del polo petroquímico de Bahía Blanca. Si hoy preguntamos qué quedó de Loma La Lata diríamos que no fue significativo, más allá de las regalías durante esos 30 años. Necesitamos el desarrollo de la cadena de valor local para tener una economía sustentable en el tiempo, más allá del recurso, que no son renovables. Cuando se acaba, como se agotó en Loma La Lata, se termina la actividad. Desde el punto de vista de lo producido y lo que quedó en la cadena, queremos evitar que con Vaca Muerta pase lo mismo. Y eso no implica exclusiones, hay un mercado amplio para muchas empresas. Hay que evitar las economías de enclave, como las famosas del oro americano, que se terminan cuando se termina el recurso.

P.: ¿Cree que la nueva Ley de Promoción de Hidrocarburos puede reactivar aún más la actividad en Vaca Muerta?

E.P.: La Secretaría de Energía nos invitó a conocer el proyecto. Nosotros profundizamos mucho en el capítulo de desarrollo de proveedores y economías regionales. Pudimos hacer aportes y estamos de acuerdo con la ley, que es un aporte importante. Establece un nivel de estabilidad, con un plazo a 20 años, y trabajo en el mantenimiento de beneficios y condiciones para el desarrollo y crecimiento regional. En términos generales estamos de acuerdo, esperamos su presentación en el Congreso.

P.: ¿Cuáles son los aspectos más destacables para ustedes?

E.P.: Que establece beneficios para empresas regionales y nacionales. Genera algo parecido al Compre Argentino o Compre Neuquino. Es necesario para lograr beneficios y mantenerlos. Plantea 20 años de duración, o sea, que otorga previsibilidad, que es fundamental estar cubierto en ese tema.

P.: La industria de los hidrocarburos requiere previsibilidad…

E.P.: La ley va por ese camino. La estabilidad es básica, ya que con el nivel de inversiones de esta industria es imposible realizarlas sin un panorama de medio y largo plazo. Son montos de capital absolutamente significativos, desarrollos tecnológicos que necesitan plazos para su amortización. Es una condición esencial. La forma de contratación on call o a demanda conspira contra el desarrollo de la cadena de valor. Si hay que tener las inversiones paralizadas esperando la demanda, sin tener contratos de mediano y largo plazo, se hace muy difícil.

P.: ¿Qué condiciones faltan para desarrollar a Vaca Muerta?

E.P.: Tener en cuenta el mediano y largo plazo. Una sola grúa para una empresa chica o mediana cuesta mucho dinero. Para tenerla parada y trabajar sin largo plazo es imposible. Más allá de la variación del precio internacional de los hidrocarburos, hacen faltan condiciones que permitan recupero de la rentabilidad y acceso al mercado de cambios

Por Sebastián D. Penelli – Ámbito