Reactivación: buscan hacer las paces con el ambientalismo

El ministro Matías Kulfas recibió por primera vez a las organizaciones ambientales. Piden ampliar el financiamiento al plan de desarrollo productivo verde, de $10 mil millones.
Reactivación: buscan hacer las paces con el ambientalismo

Por primera vez, el Ministerio de Desarrollo Productivo le abrió las puertas a las organizaciones ambientales, que fueron recibidas por el mismo ministro, Matías Kulfas. El Gobierno busca reconciliarse con el ambientalismo, en medio de una escalada de tensiones, para buscar que la agenda económica para la reactivación pospandemia no choque con la agenda ambiental.

Acordaron profundizar la transición hacia energías limpias, en el marco del Plan de Desarrollo Productivo Verde, para el cual el Estado destinará $10 mil millones. De hecho, hoy se lanzarán créditos para la producción nacional de bicicletas eléctricas. De todos modos, las ONG admiten que hay tensiones “irreconciliables”.

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Kulfas, sentado frente a reconocidas ONG como Jóvenes por el Clima o Ecohouse, que movilizan a cientos de jóvenes en redes sociales, planteó el objetivo de la reunión: “Queremos trazar canales de diálogo y escuchar para construir una agenda de trabajo profunda, y no bajar un plan todo terminado. Me interesa escuchar las preocupaciones y visiones que tienen”.

El Gobierno toma en cuenta a la agenda ambiental por “convicción y necesidad”. Kulfas planteó que puede ser un sector productivo que cree nuevos puestos de trabajo, como la electromovilidad, las energías renovables, el hidrógeno verde o la economía circular. Pero, además, porque el mundo va hacia regulaciones ambientales más fuertes, y los países que no se adapten, van a tener más dificultades, explicó.

La reunión, realizada en la sede del Ministerio en el centro porteño, duró casi 3 horas, donde hubo puntos de acuerdo, pero también momentos tensos. “Celebramos esta instancia de diálogo, porque desde el ambientalismo reclamábamos que Argentina en el mundo firma acuerdos para reducir el efecto invernadero, y en el plano local no había ningún plan. Estamos abiertos a trabajar en conjunto, para pasar del debate de Twitter en muy malos términos a un trabajo serio”, aseguró a Ámbito Nicolás Gallardo, miembro de Jóvenes por el Clima.

Mesas federales
Uno de los pedidos que realizaron desde las organizaciones ambientales es que el plan contemple mesas federales, donde tenga lugar el Gobierno, las ONG, pero también las comunidades. “Si no involucran a las comunidades, no van a lograr legitimación social ni tener éxito en la implementación de políticas”, explicó Gallardo. Desde el Ministerio se mostraron a favor de este punto.

Otro de los reclamos es el presupuesto asignado, de $10 mil millones. “Este es un plan verde light en el contexto de crisis climática, 100 millones de dólares no alcanzan para la transición que queremos hacer”, aseguró a Ámbito Máximo Mazzocco, miembro de Ecohouse, quien agregó que se destinan más recursos para la explotación de no convencionales en Vaca Muerta. Durante la reunión, Kulfas les contestó que la cifra “es importante, no suficiente, pero para empezar es más que relevante”.

Los puntos del Plan de Desarrollo Productivo Verde más celebrados desde el ambientalismo son el impulso a las energías renovables, con aportes de la industria nacional, junto con el apartado de la economía circular. Sin embargo, en el debate entre ambientalismo y desarrollismo, hay puntos insalvables, admiten desde las organizaciones.

“Tenemos un no terminante en cuanto a seguir ampliando los proyectos de combustibles fósiles, como la exploración petrolífera en el mar. Sabemos que la matriz energética no cambia de un día para el otro y no somos un país europeo que tiene todas las herramientas. Por eso queremos formar parte de la planificación de políticas, y no solo de fiscalizar, no somos un escollo para el desarrollo, sabemos que un país más pobre tiene más degradación ambiental”, aseguró Gallardo.

“La tensión va a estar y va a seguir porque partimos de dos cosmovisiones distintas. Lo que el gobierno entiende como desarrollo está alineado con un progreso retrógrado que llamamos mal desarrollo”, opinó Mazzocco. De todos modos, admiten que se puede alcanzar un punto medio: “Es posible si hay buen acceso a la información, participación ciudadana y justicia”

Por Florencia Barragan – Ámbito