Los subsidios a la energía crecieron 43% en dólares

En lo que va del año, ascendieron a u$s 4600 millones por mayores costos de importación y el retraso de las tarifas de luz y gas.

La declinación de la producción doméstica de gas, la crisis hídrica que afecta a las principales hidroeléctricas del país y el retraso de las tarifas se tradujeron en un fuerte incremento de los subsidios energéticos. Entre enero y julio de este año, los desembolsos del Estado para cubrir el suministro de energías ascendieron a 4600 millones de dólares, un 43% más con respecto a igual periodo de 2020, y una cifra similar a lo que se gastó en 2019.

“Este dinamismo se debe al congelamiento de tarifas y a los costos que crecen al ritmo de la inflación, en algunos casos por encima; y por otro lado, a la caída de la producción de gas superior a la demanda y el crecimiento de las importaciones de gas a un precio mayor que el año pasado, en particular el GNL”, indicó a +e el economista Julián Rojo, del Instituto Argentino de la Energía (IAE) General Mosconi.

Este año se licitaron 52 cargamentos de GNL para las terminales regasificadoras de Escobar y Bahía Blanca, a precios de entre 6,87 y 10,86 dólares el millón de BTU. Durante 2020, producto de la caída de los precios por la pandemia, Argentina importó gas mediante barcos por un promedio de 2,91 dólares el millón de BTU, la cotización más baja en más de una década. En junio pasado se compraron 30 MMm3/d de GNL, un récord histórico para un mes.

Si se toma la cuenta de los últimos 12 meses a julio, los subsidios energéticos ascendieron a u$s 7434 millones y crecieron 39% en dólares. El IAE General Mosconi prevé que 2021 cerrarán con un total de u$s 10.000 millones. “También hay cuestiones menores como la Ley de Zonas Frías que va a impactar más adelante y los subsidios del Plan Gas que todavía no están reflejados del todo, pero en algún momento del año se van a devengar y a aumentar la cuenta”, agrega Rojo. A julio, las ejecuciones del Plan Gas.Ar son aún muy bajas (3,26% del presupuestado).

Más allá del incremento de los costos de importación, la masa de subsidios se fue acrecentando en los últimos meses por el congelamiento tarifario que duró dos años, y que tuvo una corrección menor a fines de abril.

La salida a ese congelamiento dispuesto por el gobierno de Mauricio Macri y sostenido durante 2020 por la actual administración ante la crisis económica agravada por la pandemia, generó tensiones en la Casa Rosada.

La producción de energía eléctrica en la Argentina costó el año pasado u$s 7439 millones, de los cuales el 54% fue cubierto por la demanda y el 46% por el Estado, según información recogida por El Cronista.

La discusión interna en el gobierno de Alberto Fernández en relación a la política tarifaria que tuvo cómo punto álgido el enfrentamiento entre el ministro de Economía, Martín Guzmán, y el subsecretario de Energía Eléctrica, Federico Basualdo, tenía como eje principal la creciente masa de subsidios.

Guzmán buscaba un incremento tarifario cercano a las dos cifras (35%) para mantener los subsidios energéticos en torno a 1,7 puntos del PBI. Mientras que el ala del gobierno vinculada al kirchnerismo más puro sostenía que, en el contexto de una profunda crisis económica, los incrementos a luz y el gas agravarían la pérdida de poder adquisitivo de los trabajadores.

Finalmente se impuso la segunda visión y los incrementos tarifarios fueron del 9% para Edenor y Edesur y del 7% para el gas para recomponer una parte del negocio de la distribución.

La cobertura de subsidios del costo de la energía pasó del el 32% en abril 2019, a superar el 60% en abril de 2021, según indica un informe realizado por Alejandro Einstoss y Julián Rojo. Los economistas estiman que, para finales de este año, los subsidios cubrirán el 70% del costo de generar energía lo que demandará partidas presupuestarias adicionales no previstas en el presupuesto del orden de los $140.000 millones.

La variación del tipo de cambio, la evolución de la demanda y la velocidad de recuperación de la producción local de gas natural son las variables clave que determinarán la evolución de los subsidios hacia fin de año.

La segmentación de tarifas para subsidiar a quien realmente lo necesite es otro punto clave que aún no tiene definiciones por parte del gobierno, pese a que había consenso en avanzar en esa dirección. Según Guzmán hoy los subsidios generalizados a la energía son ineficientes y “pro ricos”. La decisión no es sencilla de aplicar y hay quienes sostienen que lo más aconsejable es apostar al régimen de tarifa social como mecanismo para focalizar el universo de usuarios vulnerables.

“La realidad es que la pandemia genera una crisis económica, quizás la más grande de la historia argentina, deja más de la mitad de la población pobre e indigente y por lo tanto los subsidios son más necesarios que nunca. Pero tiene que estar focalizados en los hogares vulnerables y no seguir pasos como la reciente Ley de Zonas Frías que subsidia casas en Cariló, por ejemplo”, dijo Einstoss.

El ministro de Economía de Argentina, Martín Guzmán, hace gestos durante una conferencia. Foto de archivo 5 feb 2020. REUTERS/Remo Casilli – RC2FUE9DV64W/File Photo
El ministro de Economía de Argentina, Martín Guzmán, hace gestos durante una conferencia. Foto de archivo 5 feb 2020. REUTERS/Remo Casilli – RC2FUE9DV64W/File Photo

> Guzmán: “Tenemos un sistema de subsidios que es pro rico”
En plenas negociaciones con el FMI por la deuda heredada del gobierno anterior, el ministro de Economía, Martín Guzmán, logró una importante reducción del déficit fiscal, pero el crecimiento de los subsidios a la energía generan un escollo importante para las cuentas públicas.

A principios de mayo, y luego de no poder imponer su postura de incrementar las tarifas en torno a un 35% tras dos años de congelamiento, Guzmán explicitó su visión del asunto. “Hoy tenemos un sistema de subsidios energéticos que es pro rico. En un país con 57% de pobreza infantil, estamos gastando en subsidiar el consumo de luz y de gas en una parte de nuestra población que hoy no es prioritario que reciba esos subsidios, barrios en donde vive gente de altos ingresos, cuando esos recursos tienen que ser utilizados para aquellos que más necesitan”, subrayó.

La idea por la focalización de los subsidios se viene planteando desde que la Secretaría de Energía, a cargo de Darío Martínez, bajo el concepto de segmentación tarifaria que permitiría identificar a los sectores de la población que podrían pagar una tarifa plena, pero aún no hay definiciones.

> El gran desafío es cómo descongelar las tarifas
Revisión tarifaria. Las tarifas eléctricas se encontraban congeladas desde abril de 2019 y hubo un aumento menor en mayo de este año. El gobierno ordenó una renegociación de la Revisión Tarifaria Integral (RTI).
Suba contenida. El ENRE inició el proceso para establecer un “régimen tarifario de transición” para los próximos 2 años. El 30 de abril autorizó una suba del 9% en las tarifas.
Retraso en tarifas y costos. Las subas que hubo en luz y gas no reducen subsidios, ya que solo recomponen márgenes de las distribuidoras cuyas tarifas estuvieron dos años congeladas.
Presupuesto. Las erogaciones correspondientes a subsidios energéticos incluidas en el Presupuesto 2021 representan el 1,7% del PBI, igual que en 2020. Pero para mantener este nivel las tarifas deberían aumentar entre 35% y 40%.
Evolución. En 2020, los subsidios energéticos representaban el 1,4% del PBI, pero en 2014 esa relación se había duplicado (2,8%). Cayeron al 1,1% en 2019 y el año pasado fueron del 1,7% del PBI

Por Cristian Navazo – La Mañana de Neuquén / Más Energía