Shell construirá un oleoducto de más de 100 kilómetros para evacuar el crudo de Vaca Muerta

La petrolera Shell avanzará con la construcción de un oleoducto de 105 kilómetros de extensión que vinculará su área de producción de petróleo Sierras Blancas, en la formación neuquina de Vaca Muerta, con la localidad rionegrina de Allen, lo que acompañará sus planes de incremento de producción.

La obra, que demandará una inversión en torno a los US$ 80 millones, se da a conocer a poco de que la compañía puso en funcionamiento su segunda planta de procesamiento en el área Sierras Blancas, con la que llegará a triplicar a fines de este año la producción diaria de petróleo.

El oleoducto tendrá 16 pulgadas de diámetro y una capacidad de transportar hasta 120.000 barriles de petróleo por día con una extensión de 105 kilómetros desde el bloque de Sierras Blancas, en San Patricio del Chañar, hasta Allen.

Santiago Regis, gerente de Operaciones de Shell Argentina, al participar a mediados de la semana pasada en un encuentro sectorial, dijo que la construcción va a demandar una cantidad importante de mano de obra y componentes locales a lo largo de un año y medio de construcción.

Los contratistas encargados de su construcción serán Techint y la neuquina Ingeniería SIMA en asociación, seleccionados a través de licitación como parte de la estrategia de Compre Local y la generación de empleo e impulso de proveedores regionales.

La entrada de operaciones prevista para el último trimestre de 2022 será un aporte al proyecto integral de la compañía angloholandesa en sus operaciones en Sierras Blancas, Cruz de Lorena y Coirón Amargo Sur Oeste, como para terceras operadoras que podrán contractualizar la utilización del mismo.

De esta manera, la obra permitirá aliviar el principal cuello de botella del transporte de petróleo que se produce en la evacuación, al ampliar la red actual.

Recientemente, la compañía planteó que estudia la construcción de una segunda planta de tratamiento -similar a la inaugurada en junio- para completar la primera etapa de desarrollo anunciada ya en 2018 y que surgió demoras por cuestiones del mercado local en 2019 y luego por la pandemia.

De esta manera el desarrollo de nueva infraestructura es consistente con la perforación de nuevos pozos a un ritmo promedio de 30 por año y la construcción de infraestructura para ampliar la capacidad de procesamiento a 42.000 barriles diarios.

En ese marco, para fin de año la compañía tiene previsto haber triplicado la capacidad de procesamiento, duplicado la producción y perforado más de 30 pozos nuevos en esas áreas, además de estar construyendo el nuevo oleoducto

– El Economista