Salta. “La inestabilidad macro económica del país es un limitante” Flavia Royón, secretaria de Minería de la Provincia

Las perspectivas del desarrollo minero de Salta son alentadoras por el giro hacia las energías limpias que impulsan las potencias mundiales. En ese contexto, la provincia está en una situación privilegiada por sus grandes reservas de litio y cobre, minerales bases para la tecnología “verde”. Pero no todo es color de rosas.

FLAVIA ROYÓN, SECRETARIA DE MINERÍA Y ENERGÍA DE SALTA. / P.Yapura

La crisis económica del país y, fundamentalmente, la política cambiaria son un palo en la rueda para que las inversiones en la Puna salteña se concreten con mayor velocidad. Así lo explicó a El Tribuno la secretaria de Minería de la Provincia, Flavia Royón.

¿Cuál es el proyecto minero que más la entusiasma?
Hay muchos, nos entusiasman todos, porque todos tienen potencial, es una cuestión de diferencias cronológicas. Trabajamos con el mismo entusiasmo tanto por el minero chico como por el grande. Por supuesto, uno espera ver los proyectos en etapa comercial y producción. En ese sentido el primero que llegó y que hoy está en esa etapa comercial es el proyecto de oro Lindero, de Mansfield. Es un proyecto que debe tener en Salta alrededor de 20 años de trabajo. Es el primer proyecto que nos entusiasma en este sentido. Después el proyecto de la empresa Posco, de litio, también está avanzando al igual que el de Ganfeng. Hay varios proyectos de litio, de hecho somos la provincia que más tiene en escala piloto o en exploración avanzada. Los que mencionaba son los que están más cerca de entrar a la etapa de construcción y en fase comercial. Después tenemos el proyecto cuprífero Taca Taca, que es muy relevante por lo grande que es.

En el caso de Ganfeng (empresa de capitales chinos) ya adquirió un predio en el parque industrial de Güemes para montar su planta. Esto suma valor agregado y más empleo para Salta…
Así es, de hecho el proyecto Posco (surcoreano) también tendrá su planta. Los dos proyectos tienen una parte de upstream (extracción del mineral) que se va a dar en los salares y una parte de downstream (procesamiento) en los parques industriales. Esto es relevante porque los proyectos de litio no son meramente de una minería extractiva, en el sentido de que se hace un pozo y se levanta el carbonato de litio. Los proyectos de litio se parecen más a una industria porque hay un proceso para poder obtener el litio, primero de evaporación, luego de resina y después se sigue purificando mediante procesos químicos. Otra forma de obtener el litio puede ser el caso de Australia, donde se obtiene a partir de roca y lo que exporta ese país no es carbonato de litio sino un mineral que se refina en China. En cambio, desde Argentina el objetivo de exportación es el carbonato de litio grado batería o un cloruro o fosfato que ya tendría grado batería. Entonces hay un agregado de valor importante en la etapa de purificación en los parques industriales.

¿Qué tan lejos está Salta de producir baterías de litio?
Hay que ser realista en el sentido de que tenemos las plantas en estado piloto. Hoy en la Argentina hay dos plantas que producen, una en Jujuy y otra en Catamarca, pero con otra escala. Primero tenemos que poner el foco en obtener el carbonato de litio grado batería para empezar a discutir el tema de la fabricación de las baterías. Como segundo punto, las baterías tienen de litio entre el 4 y 10 por ciento. Es decir que la batería necesita de muchos otros componentes y tecnología que hoy no está en el país. Hay que importar y hay otros minerales que intervienen en el proceso que Argentina no tiene. Entonces, puede ser una línea de investigación que se está trabajando, de hecho lo que se le pide al Estado nacional es una ley de incentivo para las inversiones tecnológicas, que es el objetivo de la ley de electromovilidad, para empezar a pensar en desarrollar baterías de litio, pero teniendo claro que para que el negocio realmente sea un avance para nuestro país el desarrollo de estas baterías tiene que venir de la mano de otros desarrollos y que realmente no terminemos importando más de lo que producimos. El litio termina siendo poco relevante en peso dentro de una batería. Creo que hay que tener una mirada más amplia, pensando que no solo para sacarle provecho a la minería de litio tenemos que poner una fábrica de baterías y después una fábrica de autos eléctricos, porque estamos entrando en industrias diferentes. El agregado de valor se puede ver como un encadenamiento productivo hacia adelante, pero también hay que ver el desarrollo más amplio, con el desarrollo de todo una industria química de base, que es la que puede proveer a la industria del litio. Son una serie de componentes, como por ejemplo ácido fosfórico que se deberá importar. El litio también tiene que volcar al desarrollo y al bienestar de la población con infraestructura que mejore la calidad de vida de todos y en esa línea se tienen que sumar otros sectores económicos paralelos. En la Puna deberíamos ver el desarrollo del turismo con la infraestructura que va a generar la minería, por ejemplo, o también desarrollar la actividad agroganadera con el tema de fibra de camélido. Es decir, se debe tener una visión más amplia de todo lo que puede traernos la industria del litio, no tan solo si producimos batería o no.

¿Cuál es el diálogo que se tiene con las comunidades de la Puna, con respecto a esas posibilidades de desarrollo que usted plantea?
Primero, todas las empresas para tener su habilitación ambiental trabajan con las comunidades. Tienen esa obligación y nosotros en la Secretaría controlamos y acompañamos a través de lo que llamamos mesas sociales, en las que se involucra no tan solo a las comunidades sino también a todos los actores del área de influencia de los proyectos mineros. El diálogo con las comunidades está encausado, hay una relación conducente de ellas con las empresas y la secretaría.

De concretarse el proyecto Taca Taca Salta subiría a otro nivel en cuanto a su participación en la industria minera ¿Qué grado de avance tiene ese proyecto?
Ellos presentaron su primera propuesta del proyecto para tener la habilitación ambiental, estamos en un trabajo en conjunto. Hubo observaciones que ellos están revisando. Estamos en el trabajo de evaluación ambiental del proyecto. Ellos tienen limitantes propias de la macroeconomía de la Argentina, que es el tema del acceso al mercado de cambios, sobre lo que hay una conversación en Nación. Como decís, el proyecto Taca Taca podría ser un salto de desarrollo muy importante para la provincia por la cantidad de actividad y empleo directo e indirecto que podría generar. La inestabilidad macroeconómica que hoy tiene la Argentina es un limitante para la inversión. Ellos plantean el tema del acceso al mercado de cambios como una gran traba y desde otros proyectos también lo ven como un problema. La carga impositiva que tiene la actividad en el país también es un tema que está en conversaciones. Puntualmente el proyecto Taca Taca es de cobre, que tiene poco margen y es sensible a la carga impositiva de Argentina y necesitan garantías de que en la vida útil del proyecto no se cambie ningún tipo de condiciones. Ellos necesitan que la carga impositiva global se acerque para poder hacer viable el proyecto.

¿Esos limitantes de la política cambiaria también afectan a los proyectos de litio?
Sí. No es que para los proyectos de inversión minera piden un crédito en el país. Son dólares que llegan desde el exterior y en general consiguen el financiamiento, luego esos préstamos deben devolverse y para ello no pueden acceder al mercado de cambio oficial. Eso es un punto que observan todas las empresas mineras.

¿Cómo trabaja la Secretaría de Minería sobre el cuidado del ambiente?
Una cosa era la minería de los años 60 o 70 y otra cosa es ahora. Las empresas tienen muy incorporado en su lenguaje y en su saber hacer de negocios el tema del trabajo con las comunidades, sobre la licencia social y del respeto al medioambiente. También por una cuestión tecnológica, la minería tiene muy incorporado el tema del medioambiente. Nosotros trabajamos, por supuesto, desde la Secretaría de Minería siendo la policía, controlando que se respeten los estándares y en la realidad vemos que en los informes sobre la forma de trabajo de las mineras que el cuidado al medioambiente está incorporado, incluso muchísimo más que en otras ramas industriales

– El Tribuno