Se relanza el análisis de nuevas obras a partir de la mejora de las principales productoras que rompen récords de producción de gas en la formación neuquina.
El incremento de la producción de gas que vienen evidenciando las operadoras en la formación Vaca Muerta, en particular a partir de los compromisos asumidos en el Plan Gas.Ar, hace retomar el debate sobre la capacidad de evacuación del recurso y la necesidad de redefinir obras que acompañen tanto lo que ocurre en la cuenca como en el desarrollo de la demanda.
Estimaciones de las empresas transportistas indican que la evolución de la oferta local de gas permite una estimación de inyección local para este mes que va a llegar a los 115 Mmm3d, y que va a crecer gradualmente por el plan de incentivos vigente hasta lograr en el invierno 2022 un volumen de 128 MMm3d, a partir de la mayor producción de Vaca Muerta.
De esta manera, se asegura que se podrá alcanzar la máxima capacidad de inyección en el sistema de Transportadora Gas del Norte (TGN) y Transportadora Gas del Sur (TGS) para la cuenca neuquina a un volumen similar a lo que se registró en 2019.
Es que en el marco del plan de incentivo que está vigente desde el 1 de enero, YPF informó esta semana que la producción de gas no convencional registró un crecimiento del 126% entre enero y junio, lo que le permitió pasar de los 5 MMm3d a casi 12 Mmm3d.
En similar sentido, Pampa Energía batió su récord al alcanzar los 6 MMm3d en el yacimiento El Mangrullo, con un incremento del 34% la producción en 2021; mientras que Tecpetrol recuperará en los próximos días su plateau de 17,5 Mmm3d en Fortín de Piedra para también quebrar su mejor desempeño en agosto con 18 Mmm3d, en el área gasífera mas productiva del país.
Tal como declaró recientemente el CEO de TGS, Oscar Sardi, el Plan Gas.Ar, en particular a través este aprovechamiento energético de Vaca Muerta, supone la saturación de los sistemas de transporte de gas, y la infraestructura actual de TGN-TGS que opera desde Neuquén quedará al limite de su capacidad, generando la necesidad de ampliaciones o de instalar un nuevo gasoducto, solución que se considera más recomendable frente al potencial productivo.
El temido cuello de botella se genera, entonces en la capacidad de transporte en el punto de salida hacia los grandes centros de demanda, lo que conlleva a la búsqueda de definiciones para las adecuaciones y ampliaciones necesarias del sistema, atendiendo las características de los distintos tramos.
Daniel Dreizzen, asociado de la consultora Ecolatina y ex secretario de Planeamiento Energético, señaló que el Plan Gas fue una muy buena señal desde el punto de vista de lograr que las empresas inviertan y contractualizar la oferta y la demanda por cuatro años a un precio de mercado atractivo.
«Pero también hay que decir que en junio se batió el récord de importación de gas licuado, con 30 MMm3d de GNL en promedio, más los 14 MMm3d de Bolivia y líquidos equivalentes por otros 8 MMm3d. Es decir casi un 43% de la producción local, lo que explica el motivo por el cual hay que construir infraestructura ya», afirmó.
Dreizzen usa en su reciente informe mensual la figura del Monstruo bajo la Tierra en Vaca Muerta, a partir de relevar que la producción de shale creció en junio 23% respecto de mayo tan sólo al percibir el incentivo de plan oficial, pero paradójicamente fue el mes en que el país volvió a tener balanza comercial energética negativa por el peso del gas.
Dreizzen: «en junio se batió el récord de importación de GNL, con 30 MMm3d, más los 14 MMm3d de Bolivia y líquidos equivalentes por otros 8 MMm3d. Es decir casi un 43% de la producción local.
Se manifiesta así la viabilidad de construir una nueva infraestructura que tendría repago en el ahorro de divisas por importaciones, más el beneficio del incremento de producción local, la consolidación de la venta de exportaciones regionales en corto y mediano plazo y la recaudación fiscal asociada, entre los aspectos principales de la ecuación.
Jorge Niemetz, hoy consultor energético tras 25 años de experiencia en regulación y tarifas de una de las mayores empresas distribuidoras, destacó que en este invierno esos 50 Mmm3d que no logró cubrir la producción local fueron disimulado por una importación a niveles históricos de los líquidos consumidos para generación eléctrica, “una forma de esconder detrás del telón el gran faltante de gas para reducir al mínimo los cortes en la industria que siempre son mucho mas visibles” en un escenario de año electoral.
Pero ya nadie discute que la actual situación que se está atravesando este invierno se se puede revertir rápidamente con el potencial de Vaca Muerta, paso mediante el desarrollo de un sistema de transporte adicional que debe acompañar modularmente tanto el desempeño de la oferta como de la demanda.
Para el especialista, ese rediseño deberá contemplar lo que ocurrirá con el contrato que vence en diciembre de 2026 para el de gas de Bolivia cuya producción viene en franco declive (con días incluso debajo de los 14 Mmm3d comprometidos en diciembre muy por debajo de los 27 Mmm3d originalmente pactados), la contractualización en firme de las ventas en firme a Chile, la ampliación del complejo petroquímico bahiense y el progresivo reemplazo del aporte de los dos barcos regasificadores.
Así Niemetz señaló que las inversiones millonarias que demandará la ampliación del sistema, que de acuerdo a los proyectos estaría por encima de los US$ 2.000 millones, “requiere señales de precio sostenidas en el tiempo; asegurar un buen punto de control de cumplir los compromisos asumidos, y asegurar la posibilidad de exportar volúmenes en firme”.
Un nuevo gasoducto troncal
Pero los proyectos que se manejaron en los últimos años para el desarrollo de un nuevo diseño de gasoductos por parte de las dos transportadoras troncales, podrían quedar en manos del consorcio de empresas chinas conformado por las contratistas Powerchina y Shanghai Electric Power Construction para estudiar la viabilidad de la construcción y el financiamiento del Sistema de Gasoductos Transport.Ar de Producción Nacional.
Desde la Secretaría de Energía se asegura que la puesta en marcha de esta obra permitirá sustituir las actuales importaciones de GNL, la declinante producción del gas boliviano y la importación de combustibles líquidos que hoy queman las usinas térmicas, ahorrando US$ 1.150 millones anuales en divisas al país.
Los desafíos que propone el desarrollo masivo de Vaca Muerta no se pueden encarar por completo sin una adecuación del midstream y con la viabilización de obras y negocios que potencien toda la cadena.
El proyecto consta de distintas obras asociadas que potencian la red de gasoductos existente y de nuevos gasoductos desde Vaca Muerta hasta el sur de la provincia de Santa Fe, una obra que se reitera vital para que las regiones productoras puedan incrementar y colocar la producción de gas, lo que hoy se ve limitado por la capacidad de transporte del actual sistema troncal de gasoductos.
Será el momento de volver a repasar las capacidades ociosas que aún tiene el sistema en particular en lo qua las transportistas denominan los tramos finales que conducen a los grandes centros de demanda del parea metropolitana bonaerense y del sur del litoral, como el trazado más adecuado a partir de Tratayén, ya sea en el famoso tercer gasoducto diagonal o en un proyecto modular que incorpore en Saliquelló el requerimiento adicional de nuevos proyectos de GNL y petroquímicos en Bahía Blanca.
La ecuación también deberá sumar la consolidación en firme de Chile como primer destino de exportación en una infraestructura ya probada, la alimentación desde el sur del Gasoducto del Noreste Argentino (GNEA) y hasta, incluso revertir el caño que conecta con Bolivia para que el país del norte sea pasaje de exportación del gas de Vaca Muerta hacia las ciudades industriales brasileñas de Porto Alegre y San Pablo, el camino para cumplir el sueño de proveedor energético regional.
LAS OBRAS EN MIDSTREAM
Los desafíos que propone el desarrollo masivo de Vaca Muerta no se pueden encarar por completo sin una adecuación del midstream y con la viabilización de obras y negocios que potencien toda la cadena. Parte importante de ese trabajo ya se viene realizando desde 2018 con la construcción del denominado Sistema Vaca Muerta que cuenta con un gasoducto de 150 kilómetros de longitud entre sus dos tramos (Norte y Sur), a lo que se suma una planta de acondicionamiento de gas de 5,5 MMm3d en proceso de ampliación a 7,6 MMm3d en la planta Tratayén de TGS.
El tramo Norte de 115 kilómetros y capacidad de transporte de 37 MMm3d y el tramo Sur de 33 kilómetros y 23 MMm3d, permitirán una llegada de 60 Mmm3d, lo que ya obliga a la transportista a proyectar la futura ampliación y transformación de la planta de acondicionamiento de Tratayén, mediante nuevas plantas modulares de procesamiento de gas, para acompañar el crecimiento gradual de la formación
Por Ignacio Ortiz – La Mañana de Neuquén / Más Energía