Habló por primera vez después de haber tenido coronavirus. Un repaso por la enfermedad, los proyectos de gestión paralizados por la pandemia y el cimbronazo con Emilio Maldonado.
El 18 de agosto, Pablo Grasso se hisopó luego de sentir una molestia en la garganta y ese mismo día, lo diagnosticaron Covid positivo. Cinco días más tarde, manejó hacia el Hospital Regional y se internó, cuando notó dificultades para respirar.
Desde entonces, el intendente no hacía declaraciones a los medios y sólo emitió un mensaje a través de sus redes sociales, llevando tranquilidad.
Pero el silencio del intendente podría decirse que comenzó semanas antes, con el escándalo desatado tras las denuncias de abuso sexual infantil contra el expresidente del Concejo Deliberante, Emilio Maldonado.
En el marco de la programación especial que realizó este domingo LU12 AM680, en dúplex con FM Láser, a propósito de los seis meses del aislamiento, el intendente hizo declaraciones en las que habló de todo e incluso hizo un importante anuncio sobre el Centro de Salud Dr. Fernando Peliche.
“El primero de octubre vamos a hacer asumir a la secretaria de Salud, la primera secretaria de Salud en la historia del Municipio”, dijo, en relación a la jerarquización del área.
“Ese mismo día vamos a hacer funcionar el Peliche. Ya fueron los médicos, el equipo que va a hacer el seguimiento y vamos a brindar la atención primaria de la salud con especialistas”, adelantó.
La idea de Grasso es “reactivar la salud pública del municipio que estaba abandonada. El Peliche estaba totalmente destruido, abandonado y había que ponerlo en funcionamiento: pisos, entretechos, goteras, vidrios, el bienestar general del lugar para que funcione”, añadió el intendente.
La enfermedad
“No quiero que se muera nadie, pero no puedo estar atrás de los 140 mil habitantes”, dijo Grasso en relación al brote que vive la ciudad capital, que ya se cobró 42 vidas. “Yo la pasé muy mal”, advirtió, mencionando que “quiero ir a donar plasma, pero la doctora me dijo que tengo que esperar a evolucionar bien”.
Quiero donar plasma, pero la doctora me dijo que espere
“Todavía no sé cómo me contagié”, aseguró luego, recordando que “me dolió mucho la cabeza, levanté fiebre y empecé a sentirme mal. Me encontraron una mancha en el pulmón cuando me hicieron una placa. Me dieron un corticoide para que vaya diluyéndose, pero no desapareció” y sostuvo que “a los dos días, 40 y pico de fiebre, me internaron y me pusieron la máscara y me dijeron si la cosa no reacciona, iremos para dormir”.
Grasso dijo que su estado de salud, no fumar o no tener patologías previas tampoco le previno el mal momento. “El virus no hace distinción. Uno puede sentirse al principio asintomático y después las cosas se van complicando”, advirtió, admitiendo que no tuvo miedo, sino “preocupación” porque “mi señora cayó internada y mis hijas quedaron solas en casa”, a la vez que sus padres tampoco podían estar. “Yo a mi viejo no lo veo hace muchísimo tiempo, a mi sobrino tampoco”, contó.
Por otro lado, el intendente dijo haber conocido “a la mayoría de los que fallecieron” y se lamentó por “todas las cosas que podríamos haber hecho y no las hicimos”.
La gestión, más lenta
Al ser consultado sobre aquellos proyectos vinculados a la gestión que no pudieron llevarse a cabo por la pandemia, mencionó que lo que mas lo incomoda fue “no poder haber acercado más el Municipio al barrio, propuestas participativas para las obras y demás”.
Lo que sí hicieron, según contó, fue “aprovechar a poner áreas municipales en funcionamiento”, aun cuando la oposición ponga palos en al rueda, con críticas a algunas iniciativas, entre las que mencionó el Centro de Monitoreo en la costanera.
Sin embargo, esa oposición hoy no es nadie en particular porque “hay muchos dirigentes que son potenciables, pero se tienen que rearmar y buscar un discurso político” y decir “qué posicionamiento van a tener con el crecimiento de la ciudad, cuáles son las ideas que tienen. Hay que discutirlo políticamente y que vea, debata y compre, porque es lindo ir a prometer cosas en los barrios, pero hay que cumplirlas”, opinó.
La gestión continúa, en la medida de lo posible, limitada por la falta de recursos, con un fuerte rojo financiero, y por las restricciones a la circulación a las que obliga el brote.
Aun así, está previsto que esta semana se lleve adelante una serie de licitaciones para la adquisición de maquinaria y ejecución de obras por administración.
Un duro golpe
A dos meses de que se conocieran los presuntos casos de abuso sexual perpetrados por el exconcejal Emilio Maldonado contra dos nenas de nueve y doce años, el intendente rompió el silencio para hablar del tema.
Lo de Maldonado me afectó… uno nunca termina de conocer a las personas
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Si bien fue el propio Grasso el que le pidió su salida luego de que se conocieran las denuncias, nunca hasta ayer había hablado con un medio del tema. No es para menos, Maldonado no sólo era el presidente del Deliberante, sino un militante de su espacio y colaborador cercano.
“Lo que pasó con Emilio Maldonado me afectó mucho. Es algo que uno nunca espera de una persona que conoce de toda la vida”, reflexionó. “Ojalá que la Justicia actúe rápidamentepara tranquilidad de las familias.Hicimos lo que teníamos que hacer”, aseguró.
“Acá todos te apuntan con el dedo, pero vos tenés toda la vida al lado sentado a alguien y de repente nunca te pudiste haber enterado. Uno nunca termina de conocer a las personas”, se lamentó.
En todo momento, Grasso dejó entender que él cree en las víctimas, dio por sentado que las acusaciones son reales y contó que “sigo muchas historias de este tipo, y hay una que se llama me casé con un monstruo, que se trata de una persona que un día se entera que su marido está en una red de pedofilia. Nunca se había dado cuenta”, señaló, marcando así que nunca tuvo intenciones de proteger al exconcejal
– LA OPINIÓN AUSTRAL