Los desafíos del petróleo y la “nueva normalidad” pos pandemia

Empresas, gremios y provincias comienzan a definir el escenario de la actividad, pasada la cuarentena. La misma impone desafíos fuertes que entrelazan la necesidad de mayor inversión, sostenimiento de empleo y mejora de ingresos para las provincias.

El escenario de “nueva normalidad” que empieza a vislumbrarse tras la salida de la pandemia impone desafíos fuertes para la industria petrolera, tanto a nivel global como a nivel de nuestro país, a fin de recuperar una senda vinculada al autoabastecimiento energético. En Santa Cruz ya se empiezan a delinear decisiones que apuntan a un recupero de actividad, lo que urge para recomponer ingresos por regalías, que en mayo reflejaron uno de los valores más bajos en lo que va de este siglo.
La cuarentena exceptuó a la actividad petrolera, y sólo se mantuvieron las actividades indispensables para no cerrar totalmente la producción. Esto paralizó todo lo vinculado a equipos de perforación y provocó una inevitable baja en los volúmenes extraídos de petróleo. Pese a eso, en Santa Cruz, el impacto negativo fue bastante menor que en el promedio del país. En abril, la baja de producción, fue algo más del 6%. Lo que significa una caída de 25.300 m3 en todo el mes (promedió los 12.500 m3 diarios). En todo el mes implicó una pérdida de unos 159.000 barriles.
En abril la baja de la producción en Santa Cruz fue de unos 25.300 m3 en el mes.
En cambio, a nivel nacional, las mermas fueron más notables. En el conjunto del país, la producción se retrajo un 13%, mientras que Neuquén tuvo la caída más notoria en volumen de petróleo, con un 22% menos, en la comparación abril contra marzo. Un millón de barriles menos producidos en el epicentro de Vaca Muerta.
Chubut, la otra provincia que comparte el podio productivo de petróleo, disminuyó durante abril un 4 por ciento respecto de marzo, lo que representa algo más de 172.000 barriles perdidos entre un mes y otro.
A la espera del recupero
Es evidente que la recuperación dependerá del incremento de la demanda, lo cual está vinculado a dos factores. En el plano global, la evolución positiva de la cotización del petróleo, a partir de la salida paulatina de la cuarentena en países como China y otros de Europa. Con valores que oscilan en 40 dólares por barril, una consultora internacional pronosticó la semana pasada que la escalada podría seguir hasta los 50. Sin embargo, la extrema volatilidad del mercado y las señales de que la pandemia no está del todo superada, hacen mirar con prudencia cualquier indicio de optimismo.
En nuestro país, el paso a una nueva fase de distanciamiento en provincias del interior marca una señal favorable para una economía que lentamente puede comenzar a moverse, aunque la gran duda sigue centrada en el epicentro de contagios que se mantiene en Capital y Gran Buenos Aires, donde se concentra el mayor movimiento económico y los altos consumos de combustible y energía.
Mientras tanto, las provincias petroleras comienzan los preparativos para reiniciar actividad. En Santa Cruz, la expectativa favorable por un nuevo plan de incentivos para el gas revitaliza proyectos para la cuenca Austral, mientras que el flanco norte se conoció la decisión de Sinopec, de activar 4 equipos de reparación de pozos, a fin de recuperar un volumen de producción, que inicialmente sería de unos 80 m3 diarios.
Paralelamente, se aguardan definiciones de la nueva conducción de YPF, cuyo CEO, Sergio Afrontti, conoce la región. Se espera que el nuevo titular revalorice a la Cuenca San Jorge, en la que es conocido y bien referenciado por muchos actores de la industria.
En especial, en ámbitos gremiales y empresarios aguardan conocer si reemplazarán los 2 equipos perforadores y 2 de terminación que la principal operadora del país desafectó en Zona Norte, a partir de la finalización del contrato con San Antonio Internacional. Es probable que la decisión sea atribuible a la serie de problemas que atraviesa la empresa de servicios, que es uno de los reflejos más claro del impacto de la cuarentena, más allá de que atravesaba circunstancias críticas previos a la situación sanitaria.
Las regalías de abril fueron de unos USD 6,5 millones. Un tercio que febrero y poco menos de la mitad de marzo.
El caso de esa empresa, integrante de la CEOPE (Cámara de Empresas de Operaciones Petroleras Especiales) podría ser testigo de los reacomodos que tendrá la industria en la etapa post pandemia. Con 3.700 trabajadores en todo el país, ocupa alrededor de 700 operarios en Santa Cruz y otros 1.000 en Chubut, además de alrededor de 200 empresas subcontratistas que en la región trabajan con esa compañía. Esas vinculaciones no deberían correr riesgos, siempre que la actividad tenga decisión de continuidad, independientemente de los vaivenes empresarios y el eventual cambio de prestadores de servicios.
Regalías
El mes de mayo quedará marcado como el segundo mes de ingresos de regalías más bajas de los últimos 20 años en la historia de Santa Cruz, a partir de una liquidación efectuada el 15 de ese mes que, sobre la actividad de abril, osciló en torno a los 6,3 millones de dólares, según el registro de la Secretaría de Energía de la Nación. El más bajo en los últimos 9 años. Ese dato negativo tiene una explicación lógica en la menor actividad que se verificó durante el cuarto mes del año, cuando la producción cayó en más de 159.000 barriles, en comparación al mes de marzo.
De igual modo, el impacto negativo pareció obedecer en mayor medida a los precios históricamente bajos que se registraron durante abril en el mercado internacional. Vale recordar que el crudo tipo Brent, promedió los 20 dólares por barril durante ese mes. De hecho, mientras las regalías que corresponden a abril, fueron de unos USD 6,5 millones, en marzo fueron de USD 15.6 millones. Mientras que en enero llegaron a USD 20,2 millones y en febrero a USD 18,2 millones

Por Raúl Figueroa – La Opinión Austral