Las chances de nuevos mercados para el shale neuquino siguen vigentes. El petróleo puede salir rápido. Obstáculos para el gas.
El «próximo Permian». Así se conocía a Vaca Muerta en Estados Unidos, haciendo analogía con la cuenca de petróleo y gas de esquisto más grande del mundo ubicada en América del Norte. Corría el 2018 y la formación argentina producía unos 80 mil barriles por día -a fines de 2019 llegó a 100 mil- y un pronóstico de Rystad Energy esperaba 200. Estos enormes recursos le permiten a la Argentina pensarse como exportadora neta de hidrocarburos, aunque en marzo impactó de lleno la pandemia del COVID-19 y los siguientes pasos están por verse todavía.
«La demanda de apuntalante está aumentando rápidamente en Vaca Muerta y Rystad Energy espera ver tasas de crecimiento de alrededor del 34% por año en 2019-2021, llegando a 2 millones de toneladas de apuntalante en 2021», informaba esa consultora noruega hace dos años. ¿Cuáles eran los desafíos? Desplegar una infraestructura de transporte que facilite la transformación hacia un países exportador de hidrocarburos. El otro desafío, y quizás el más importante, una macroeconomía confiable para concretar las inversiones.
«El potencial para convertir a la Argentina en un país exportador de hidrocarburo existe. Está bajo tierra, donde no cambió nada. Desde el punto de vista técnico, los recursos de Vaca Muerta se pueden explotar de manera tan competitiva como cualquiera de las rocas de Estados Unidos», indicó Daniel Dreizzen, consultor asociado para Ecolatina, ante la consulta de +e.
Repasemos: las operadoras han desembolsado millones en midstream. Tecpetrol acondicionó Fortín de Piedra, atentos a que llegaron a producir 17,5 MMm3 por día gracias al shale gas. Vista Oil & Gas desplegó una serie de obras en Borde Montuoso, un yacimiento dentro del área Bajada del Palo Oeste. Además, YPF sigue liderando la producción con Loma Campana, La Amarga Chica y Bandurria Sur.
«Ahora depende mucho de lo que pase ‘arriba de la tierra’. El petróleo necesita inversiones: para cuando se recupere la demanda, en la pospandemia, hay que esperar un precio que le permita rentabilidad a los proyectos. El barril criollo a 45 dólares habilita muchos de ellos. Tenés una buena infraestructura para 500 mil barriles por día y adicionarle otros 200 mil, saliendo tanto por el Atlántico como por el Pacífico”, explicó el consultor para temas de energía de Ecolatina.
El gas tiene algunas dificultades, en la consideración de Dreizzen. Con la infraestructura actual, el mercado más aprovechable es Chile, que necesita recambiar su cuota de carbón, algo a Uruguay y pensar en una alianza con Brasil, que ya mostró interés en el shale gas de Vaca Muerta.
«Asia es un cliente para el GNL, pero tener que asegurar el abastecimiento interno y contractualizar con nuevos compradores. La demanda de China va a seguir creciendo después de la pandemia, tiene que reemplazar el carbón por gas para producir electricidad, pero eso es algo a muy largo plazo», describió.
A entender de Dreizzen, la oportunidad exportadora más rápida y factible en la actualidad es el petróleo. Con la perforación, ya se puede contar con recurso para abastecer el mercado interno y comercializar los excedentes, los proyectos nuevos necesitan facilities pero la Argentina es un país con 100 años de historia petrolera que puede hacerlo posible en un corto plazo si se le presentan las oportunidades
David Mottura – motturad@lmneuquen.com.ar – La Mañana de Neuquén / Más Energía