El poder del Litio en la Argentina

En primer lugar con la mayor producción de Litio y asegurar las producciones futuras de baterías a gran escala, de cara a la revolución de las energías renovables y el desarrollo sustentable. Este panorama pone a los países que poseen reservas de Litio como foco de millonarias inversiones. Y Argentina afortunadamente es uno de ellos.

En base a esto, los ahora Ingenieros de la carrera de Ingeniería Industrial de la Universidad de Mendoza, elaboraron su trabajo final sobre la Producción de Carbonato de Litio a partir de salmueras en el Noroeste Argentino (NOA), tutelado por Ingenieros, Docentes e Investigadores Marcos Bajuk y Patricio Gonzalez Viescas de la FI-UM.
¿Pero qué es el Litio y qué lo convierte en esencial para las baterías? El Litio es el metal con mayor potencial electroquímico, característica que lo posiciona como el elemento más atractivo para almacenamiento de energía, en términos de costos y eficiencia. Este metal tan codiciado se encuentra en la naturaleza de varias formas. Principalmente en salmueras concentradas en depósitos subterráneos y en menor medida en granitos asociados y arcillas enriquecidas.
Como se expone en el trabajo, las mayores reservas a nivel mundial de este elemento se encuentran en el denominado “Triángulo del Litio”, compuesto por Argentina, Bolivia y Chile. En esta región las reservas se encuentran en salares y depósitos de salmuera, lo que proporciona una gran ventaja para su explotación ya que la extracción y refinamiento del mineral en esta condición presenta costos significativamente menores que las demás fuentes.
Argentina ocupa el cuarto lugar en lo que respecta a reservas comprobadas del mineral, además de poseer características muy ventajosas para la explotación en comparación con sus vecinos competidores del triángulo del Litio. Esto genera una oportunidad única para posicionarse como uno de los principales actores en este pujante mercado. Las principales reservas están en la región NOA, más precisamente en la Puna, conformada por las provincias de Catamarca, Jujuy y Salta, donde se ubican los salares de mayor concentración del denominado “oro blanco”.
La demanda interna de carbonato de litio en Argentina, es decir, la producción que permanece en el país se reserva casi exclusivamente para la posterior producción de otros compuestos derivados como hidróxido de litio y cloruro de litio, que luego, de igual forma que el carbonato, son exportados a los países donde se producen, principalmente, las baterías de Litio. El carbonato remanente, que no se exporta y tampoco se utiliza en posteriores procesos de refinación, se vende en el mercado local, para su uso como aditivos en distintas industrias.
Una oportunidad a largo plazo
Los estudiantes detectaron que el consumo local de Litio no era significativo en relación a las exportaciones, pero se esperan nuevos proyectos que demanden carbonato de litio para producciones locales. En cuanto al abastecimiento para el mercado argentino, su disponibilidad es abundante: tanto la producción actual como las reservas podrían satisfacer suficientemente las necesidades actuales o futuras.
La mayor parte de la energía empleada actualmente en el mundo proviene de los combustibles fósiles. La característica no renovable de estas fuentes y su negativo impacto ambiental, colocan a la humanidad ante la urgente necesidad de buscar fuentes de energía alternativa y renovable que garanticen servicios energéticos confiables, no contaminantes y sostenibles a todos los habitantes del planeta.
Acorde a esta situación, se ha generado un gran aumento en el consumo de vehículos eléctricos impulsado por mayor conciencia ambiental, regulaciones más estrictas de los gobiernos para limitar la utilización de combustibles fósiles y por los subsidios a la compra de este tipo de vehículos de diversos países, especialmente de China y Europa.

Las baterías son el componente clave de los automóviles eléctricos, ya que determinan la autonomía y el éxito de este tipo de vehículos. Las baterías de ion-litio se diferencian de las de níquel-cadmio en que tienen mayor densidad energética y son mucho más pequeñas. En la actualidad, se posicionan como la mejor solución para un vehículo eléctrico. Además, se utilizan también en computadoras, celulares, tabletsy un sinfín de dispositivos eléctricos. Por ello, el Litio se ha convertido en un elemento clave para sustituir a los combustibles fósiles, tomando gran protagonismo en la fabricación de baterías y desplazando su tradicional aplicación como aditivo para las industrias del vidrio, cerámicas, farmacéutica, entre otras. En los próximos años, se espera que las baterías demanden las dos terceras partes de la producción de Litio, con un crecimiento considerable para el uso en movilidad urbana. Además, el siguiente paso será el almacenamiento a gran escala para abastecer las necesidades energéticas de la población y la industria, a partir de fuentes renovables, así como las baterías de uso doméstico. Está claro que estamos ante un cambio de paradigma en cuanto a la conciencia ambiental y las nuevas fuentes de energía son esenciales para continuar este camino. De esta forma, los países como Argentina, que cuentan con recursos para enfrentar estos desafíos, serán actores claves frente a la nueva revolución energética.
*Autores: Ing. Danilo Benaroya, Ing. Franco Bernasconi, Ing. Giuliano Fornetti, Ing. Lucas Salguero.
Docentes: Ing. Patricio Gonzalez Viescas e Ing. Marcos Bajuk

– Diario UNO Mendoza