Sin saber cuánto tiempo se prolongará la crisis, los operadores dan casi por perdida la temporada de invierno en la cordillera.
Con la incertidumbre de no saber hasta cuándo durarán las medidas de aislamiento por el COVID-19, los operadores turísticos de la provincia ya dan a la temporada de invierno casi por perdida. Lo seguro es que no habrá visitantes extranjeros, algo de lo que se nutre mucho San Martín de los Andes y Villa La Angostura, y que a lo sumo podrán contar con turismo local, si es que las medidas de restricción así lo permiten.
Todo dependerá también de lo rentable que resulte, en caso de que se habilite, la apertura de los centros de esquí. Una actividad con costos altos que requiere de una fuerte demanda para su funcionamiento.
A eso debe agregarse la situación límite por la que atraviesa el sector gastronómico y hotelero, que en algunas localidades, como La Angostura, ya comenzó a prescindir de personal.
«La esperanza es lo último que se pierde, pero la realidad es que hoy solo algunos restaurantes trabajan con el modo delivery y con facturaciones que cayeron en un 70 por ciento. Y el resto de los comercios también dependen del turismo para estar abiertos. Vivimos de eso», señaló Alejandro Apaolaza, secretario de Turismo de San Martín de los Andes.
«La crisis es muy profunda. No hay manera de salir de esto si no se trabaja. Es muy critica la situación de los hoteleros y gastronómicos pero también la de los transportistas, porque al no haber vuelos hasta septiembre uno de los fuertes del rubro, que son los traslados, se cae», apuntó Apaolaza.
«De abrirse la temporada será sólo para turismo interno, es lo más viable, y con una manera diferente de trabajar. No tenemos pensado recibir a gente del extranjero, con lo cual perderemos dos mercados importantes como el brasileño y el chileno, y la llegada de turistas de otras provincias será un tema a analizar», explicó.
No obstante, todo estará supeditado a la habilitación del transporte y la circulación de vehículos particulares. «Nos seguiremos preparando para cuando esto sea posible y vamos a seguir siendo respetuosos de las decisiones nacionales y provinciales respecto a las políticas de salud», advirtió el secretario de Turismo de la ciudad cordillerana.
Gestiones
Los funcionarios y las cámaras de los municipios turísticos de la provincia mantuvieron reuniones con la ministra Marisa Focarazzo, pero aseguran que todo está supeditado a que la actividad, de a poco, y siguiendo los protocolos sanitarios, se pueda volver a poner en marcha
«Pedimos quita de impuestos, cargas sociales y patronales pero va a ser muy difícil evitar el quiebre de algunas empresas y pymes», advirtió Apaolaza.
En Villa La Angostura, un reciente relevamiento que la Cámara de Comercio hizo entre los socios arrojó que el 61 por ciento de los locales de la ciudad tuvo «facturación cero» en lo que va de la cuarentena porque no pudo abrir.
Se encuestaron 215 comercios para tener un diagnóstico de la situación que enfrentan a partir de la implementación de la cuarentena obligatoria desde el 20 de marzo pasado.
El 83 por ciento respondió que sus ventas disminuyeron entre un 70 y un 100 por ciento. Además, la mayoría dijo que no pudo renegociar el valor de sus alquileres.
A su vez, el 65 por ciento aseguró que, en caso de que se mantenga esta situación económica y social en la localidad, sólo podrá sostener su comercio por 30 días más.
Federico Soto
Pehuenia pide ayuda y ofrece servicios a cambio
Villa Pehuenia es otra de las localidades turísticas de la provincia afectadas por el parate económico generado por la cuarentena, y tanto los funcionarios como los representes de las Cámaras de Turismo están haciendo gestiones para evitar el cierre de comercios y alojamientos. Una de las propuestas que hicieron a la provincia es que el Estado cree una especie de fondo para ayudar a estos emprendedores y que, como contraprestación, estos paguen con servicios, una vez que la actividad se reactive.
“Lo que proponemos es que se devuelva esa ayuda con noches cama, comida u otros servicios que brinda la villa, para que la asistencia no quede solo en créditos o diferimiento en el pago de impuestos”, explicó Walter Rodegher, empresario hotelero y miembro de la comisión directiva de la Cámara de Turismo de Pehuenia.
“Nos preocupa que tenemos prácticamente ya internalizado de que no va a haber temporada de invierno. Si los centros de esquí abren será de manera acotada, o sea, la temporada va a ser mala o no va a existir”, advirtió, al recordar que la actividad se paralizó a mediados de marzo y, como consecuencia de ello, se perdió el feriado largo de ese mes y Semana Santa. “Todo eso nos da 15 días de temporada alta, si se confirma que no vamos a trabajar en invierno, al verano van a llegar pocos”, señaló.
“Pehuenia es particular porque son casi todos emprendimientos familiares en un 80% de los casos y los que tienen empleados quieren mantener personal porque es un activo muy valioso al tener tanta poca cantidad de población”, explicó.
“Lo más crítico es que si Nación modifica el ciclo lectivo de manera de no tener la mitad del verano con inicio en febrero, significaría un tiro en la nunca a la actividad”, indicó.
Villa Pehuenia es una aldea de montaña ubicada al pie de la cordillera, con una población estable de alrededor de 1500 habitantes, donde todos viven directa e indirectamente del turismo
Federico Soto – La Mañana de Neuquén.