El hermetismo de Fernández y la situación de la macro generan dudas en la industria. Las empresas de servicios enviaron más de 500 telegramas de despidos. El gremio anunció un paro.
Mientras Vaca Muerta espera que el equipo de Alberto Fernández de señales concretas sobre el camino que recorrerá la industria petrolera dentro de su gobierno, los telegramas de despidos comenzaron a circular entre las empresas de servicio.
Lo que parecía que iba a ser temporal era apenas el comienzo. Las empresas del sector vinculaban la baja de actividad en la formación con el congelamiento del barril y los combustibles, pero el decreto caducó y las proyecciones 2020 anticipan una importante merma en la actividad. Además, proyectan que la herencia económica de la gestión de Mauricio Macri será lo más difícil de sortear.
Akros NQN OCT
Ante este contexto las compañías proveedoras saben que no van a necesitar ni la misma cantidad de herramientas que a comienzos de año ni el mismo número de personal. Lo cierto es que el congelamiento dejó de ser la primera preocupación de la industria, entendieron que los 90 días fueron coyunturales y confían que el desfase de precios se arreglará con la rampa de convergencia que ya comenzó.
En números
1.200
sería el número total entre retiros voluntarios y despidos que se registraron en Vaca Muerta en los últimos meses.
La preocupación ahora pasa por otro lado. Lo que piden todas las empresas de la industria a Nación son planes concretos y saber qué va a pasar con la macroeconomía. Si bien el propio presidente electo destacó en varias oportunidades la importancia de Vaca Muerta para su gestión, desde la industria piden precisiones.
“La incertidumbre del gabinete, de las políticas vinculadas con energía y sobre todo macroeconómicas es donde realmente está el eje de la incertidumbre en Vaca Muerta”, le dijo a Energía On una fuente de una de las operadoras de con desarrollos masivos.
El sector esperará señales de Fernández antes de invertir. (Foto: Juan Thomes)
En este escenario, las políticas específicas para energía como la ley de blindaje de Vaca Muerta pasan a segundo plano. El reperfilamiento de la deuda con el Fondo Monetario Internacional, el cepo al dólar y el Riesgo País son las principales dudas que hay hoy en la industria y son realmente las que condicionan el futuro en Vaca Muerta.
El hermetismo con el que se manejó el Frente de Todos desde que se hizo con las elecciones en octubre dio lugar a una danza de nombres y especulaciones para áreas claves para la industria como lo son la cartera de Energía y de Hacienda.
Las empresas y los despidos
El número final de trabajadores desvinculados será difícil de definir en el corto plazo y es que hay un gran número de operarios que aceptó el retiro voluntario con sumas abultadas.
La empresa de servicios más grande del mundo, Schlumberger, implementó un programa de retiros voluntarios que duró 14 días en la Cuenca Neuquina. La oferta era un 30% adicional en base a la antigüedad del empleado, más la garantía de que cuando retornara la actividad en la formación serían los primeros en ser contactados.
Schlumberger ofreció retiros voluntarios y envió telegramas.
Acorde las fuentes que consultó este medio el número de operarios que aceptó el retiro voluntario fue superior a los 500 que se sumó a los más de 300 a los que se les envió la desvinculación.
Según trascendió la empresa recibió pedidos que superaron las proyecciones y en algunos casos las indemnizaciones fueron millonarias.
Hace una semana la compañía de servicios especiales Helmerich & Payne (H&P) reconoció que antes de fin de año bajarán dos de las torres que posee en actividad en Vaca Muerta y el año que viene seguirán con el plan de reducción. Hasta esta semana la empresa envió más de 50 telegramas de despido en Neuquén.
Por su parte San Antonio y Halliburton envió cerca de 100 telegramas de despido y se espera que Weatherford siga el mismo camino.
La postura del gremio
Desde que comenzó a cobrar fuerza el rumor de despidos en Vaca Muerta el gremio petrolero que lidera el emepenista Guillermo Pereyra tomó una postura reactiva que no se acostumbra a ver. “No vamos a convocar asambleas hasta que no haya alguna novedad. Sino qué vamos a decir en las asambleas”, se preguntó Pereyra el lunes -antes del paro- en diálogo con Energía On.
Los hechos han mostrado que el sindicato petrolero más importante del país no necesitó más que rumores para desplazar toda su fuerza y hasta paralizar Vaca Muerta. Claro que ahora hay un cambio de gobierno en curso.
Todas las operadoras ven una baja de actividad en el 2020.
Esta vez Petroleros Privados reaccionó casi como con un protocolo de rutina. Incluso cuando se confirmó que tanto Schlumberger, Weatherford y San Antonio habían enviado cerca de 500 telegramas, anunciaron un paro sin afectación recién al mediodía.
Por el lado de Jerárquicos se intentó levantar las alarmas con el anuncio de asambleas y reuniones, pero no tuvo el efecto deseado.
Como ya pasó en otras oportunidades el gremio presionó, el gobierno intervino y se dictó la conciliación obligatoria por 15 días. Hasta ayer a la tarde el gremio aún evaluaba la acatación.
De esta manera seguramente la situación terminará con un porcentaje de retiros acordados y el resto con turnos especiales, menos carga y menos sueldos. Un escenario donde son las operadoras las que ponen el colchón debajo del derrame.
Análisis
Por Matias del Pozzi
Vaca Muerta está más sólida que hace cinco años
No es la primera vez que en Vaca Muerta y sobre todo en la Cuenca Neuquina circulan telegramas de despido. Las crisis nacionales e internacionales han puesto más de una vez al sector hidrocarburífero en la misma situación.
La diferencia es que ahora Vaca Muerta está más sólida. Desde la recuperación de YPF y el acuerdo entre Chevron y la petrolera nacional se logró empujar el arranque de los convencionales y a través de regulaciones y subsidios se allanó el camino para el desarrollo.
Hoy la formación puede caminar sola, se creó un mercado a nivel local, desembarcaron tanto operadoras de primer nivel como empresas de servicio y se creó una competencia que no existía hace unos años. Hay personal capacitado, infraestructura y herramientas.
La dependencia de las operadoras para con las principales empresas de servicio ya no es la de antes y la eficiencia lograda permite prescindir de servicios de alto nivel.
Hace unos años si venían meses de baja actividad para las operadoras era más rentable retener equipos en el campo que tener que afrontar los gastos de importación de nuevo. Ahora para las operadoras es más rentable pagar cláusulas o no renovar contratos y volver a hacerlo cuando el escenario sea el deseado.
La industria es dinámica y cualquier análisis queda corto. Si el presidente electo muestra algunas de las señales que esperan desde el sector, Vaca Muerta puede tomar vuelo de nuevo
POR MATÍAS DEL POZZI – Diario Rìo Negro