Durante noviembre concretará el envío por mar del embarque de este insumo producido en Vaca Muerta a través de un buque que partirá desde Bahía Blanca.
Buenos Aires.- Mientras un grupo de referentes políticos y técnicos designados por Alberto Fernández estudia la estructura gerencial y de negocios que tendrá la YPF en la era del Frente de Todos, Miguel Gutiérrez prepara el que será la última operación de la petrolera estatal bajo el paraguas del actual gobierno de Mauricio Macri.
El todavía presidente del directorio de la empresa avanza en el proyecto de exportar gas natural licuado (GNL) a través de un buque alquilado a una naviera internacional que partirá con la carga este mes desde el puerto de Bahía Blanca.
Si bien la fecha del anuncio y el destino de la exportación se mantienen bajo llave, iProfesional pudo saber que se trata de la operación con la cual el alto mando de YPF tiene pensado despedirse si es que, como se supone, el gobierno entrante desembarca con una nueva conducción en la principal compañía de hidrocarburos de la Argentina.
La idea es hacer un anuncio oficial para destacar la venta de la primera carga comercial de GNL producida en la Argentina como parte de un proyecto más ambicioso que supone convertir a YPF en un importante player en el mercado mundial de producción de este combustible.
El primer paso será cuando, durante este mes, zarpe el buque Excalibur desde el muelle que la empresa Mega, donde la petrolera controla el 38% del capital, opera en la zona portuaria de Bahía Blanca.
Mega es una de las principales empresas del sector petroquímico local que también tiene como accionista a Dow con el 28% y a Petrobras con otro 34% y en su planta se dedica al fraccionamiento de gas, con una capacidad para procesar cinco millones de metros cúbicos por día de gas natural. Además, opera otro establecimiento para la separación de gas en un campo en Loma La Lata con capacidad para producir hasta 40 millones de metros cúbicos por día del fluído.
Ambas plantas están unidas por un ducto de 600 kilómetros que une las provincias de Neuquén, Río Negro, Buenos Aires y La Pampa y su plan es aprovechar el gas de Vaca Muerta para aumentar la capacidad de sus dos plantas y en ese marco YPF quiere sumar las exportaciones de GNL al proyecto que comanda el propio Miguel Gutiérrez.
El objetivo es cerrar el primer acuerdo de venta estos días para poder realizar el anuncio completo antes de reducir la producción de gas para poder suministrar el combustible durante el próximo invierno, época de mayor uso en el mercado doméstico.
El paso inicial es la partida de la nave flotante Tango FLNG, que fue fabricada en China, tiene una capacidad de producción de 500.000 toneladas anuales y fue contratada por YPF a la empresa Excelerate Energy.
Pero la barcaza es una parte del plan más ambicioso que se completa con el envío de excedente de gas a países limítrofes como Chile, el sur de Brasil y Uruguay y que finaliza con la construcción de una mega planta de industrialización de GNL que permita abastecer la demanda interna y exportar el excedente.
En julio del año pasado, la petrolera realizó una prueba piloto con un embarque con rumbo a los Estados Unidos para aceitar la estrategia global. El buque amarrado en el puerto de la planta bahiense de Mega, recibe gas proveniente de Vaca Muerta, lo procesa y lo traslada al exterior en una operación de mercado spot, por lo cual todavía no hay destino ni precio para esa primera partida de GNL de YPF. La operación dura aproximadamente 45 días y tiene en cuenta que la barcaza posee una capacidad de exportar GNL por u$s200 millones anuales.
«Una máquina de dólares»
En la empresa destacan los beneficios de este proyecto, argumentando que las ventas de GNL al exterior «son una máquina impresora de dólares», por las divisas que ingresarían a país a partir de esas operaciones.
Pero la iniciativa va más allá y plantea un programa a largo plazo con inversiones por cerca de u$s10.000 millones para industrializar el gas natural que proviene de Vaca Muerta y convertirlo en GNL para luego venderlo a los principales mercados internacionales.
Es decir, agregarle valor al gas surgido de Vaca Muerta para vender al mundo los excedentes en meses de bajo consumo local y así aprovechar el potencial productor y exportador del país.
El foco es industrializar el gas de esa región para aprovechar mercados extranjeros que vienen aumentando sus necesidades de GNL en un sector que hoy demanda 300 millones de toneladas métricas por año y en el que compiten 18 países como productores y 39 países importadores, entre los que se destacan China y Japón.
Por eso, entre los ejecutivos de YPF están convencidos de que la iniciativa se mantendrá durante el próximo gobierno ya que, aseguran, se trata de una estrategia de negocios a muy largo plazo que debe exceder la coyuntura que plantean la política y la economía del país.
Esto es, proveer de gas a los hogares argentinos durante los picos estacionales de demanda que se generan en el invierno sin la necesidad de tener que importar gas del exterior, tal como se hizo durante muchos de los años de gobierno kirchnerista.
De manera aleatoria, YPF sigue desarrollando la venta de gas natural a los países del Mercosur y, en especial a Chile, mostrando también un cambio en las políticas kirchneristas que optaron por comprar a Bolivia en el marco de contratos que luego dispararon varias causas de corrupción involucrando a altos referentes del gobierno de Cristina Kirchner.
En este caso, la idea es comercializar lo que no se usa en el mercado doméstico, ni para los usos que se le da en la planta de Profértil, también ubicada en el polo de Bahía Blanca y en la cual YPF participa.
Tampoco en el sistema de red domiciliario ni en la operatoria de Mega, donde se lo separa, lo procesa y lo convierte en propano, butano, etano, etileno y poliestileno que se vende al exterior o se usa en varias industrias locales.
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