Junto al gobernador de San Juan, Sergio Uñac, Alberto Fernández dio un apoyo explícito a la actividad. Dólares frescos de una de las patas del desarrollo. “La Vaca Muerta sanjuanina”, la llaman a la actividad. Un guiño a un aliado del Interior.
Desde los comienzos mismos de la civilización, los humanos hemos estado ligados a piedras o metales, un vínculo con la minería del que ni siquiera éramos conscientes. El desarrollo de esta actividad productiva fue determinante para la economía de muchos países a lo largo del planeta, aunque nunca pareció ser una prioridad para quienes rigieron los destinos políticos y económicos de la Argentina.
Convencido de que hay que ampliar el espectro de potencialidades para conseguir “dólares frescos”, además de generar trabajo, el candidato presidencial del Frente de Todos, Alberto Fernández, llegó a San Juan para escenificar un apoyo fuerte hacia el sector minero en esa provincia.
En el flamante edificio de la Secretaría de Gestión Ambiental y Control Minero, el exjefe de Gabinete participó del “Encuentro Sectorial de la Industria Minera”, acompañado por el gobernador Sergio Uñac, ministros, representantes de empresas y cámaras del sector, sindicalistas y trabajadores mineros.
La decisión de Fernández, arriesgada por lo polémica de la actividad, apunta a transformar a la minería en la tercera pata de una ingeniería que aporte los “verdes” suficientes para compensar la balanza de pagos y hacer frente a la deuda que el gobierno de Macri dejará estampada. Junto con Vaca Muerta y el campo deberán exprimirse al máximo para ser el motor de la salida de la crisis.
Con apenas doce proyectos metalíferos en producción, de más de 450 posibles, Argentina alcanzó en 2018 los 4.000 millones de dólares en valor de producción. La minería contribuyó 0,6% al PBI y representó el 20% de la Inversión Extranjera Directa (IED).
En un documento elaborado tras el cónclave, los participantes señalaron que estas cifras se vinculan con la ex-tracción de oro, plata, cobre y litio provenientes de la cordillera. Al otro lado, la minería de Chile representa el 12% de su PBI, sus exportaciones mineras superan en más de diez veces a las de Argentina y triplican el porcentaje argentino de IED.
En San Juan, al igual que en Santa Cruz y Catamarca, la minería es la principal industria exportadora, gravitando en la balanza de pagos de nuestro país: representa entre el 25% y el 40% del PBI de las economías regionales.
Las perspectivas son alentadoras, ya que Argentina, considerando solo diez proyectos en estado de prefactibilidad/factibilidad, tiene un potencial de inversión por miles de millones de dólares, que podrían generar innumerables puestos de trabajo. La producción potencial podría alcanzar los 14.000 millones de dólares anuales.
A esto debe sumarse el rol del sector no metalífero, verdaderas Pymes que sostienen el trabajo de contratistas, empresarios, proveedores y comunidades, además del Estado.
“La minería tiene ahí un papel relevante, porque puede exportar mucho de lo que se produce, y la única forma que tenemos nosotros de hacernos de dólares para pagar nuestras obligaciones es exportando, no hay otro modo”, aseguró Alberto Fernández. El candidato del Frente de Todos añadió que “como todos nos damos cuenta de que Vaca Muerta es una gran oportunidad -alguien me decía ‘hay un Vaca Muerta acá en San Juan, que es la minería’-, yo creo que todavía hay muchos recursos no explotados por la Argentina en la materia minera”.
En este marco, la mirada está puesta en el litio, además del oro y el cobre, que “ofrecen tantas oportunidades; por lo que es un enorme desafío para nuestro país”, dijo el exjefe de Gabinete de Nación. La apuesta es también geopolítica: “Quiero una Argentina que deje de mirar al puerto de Buenos Aires, y no puedo entender que no sea política de estado. El Túnel de Agua Negra (por donde saldría la producción) es un proyecto central para un desarrollo equilibrado de la Argentina”, enfatizó Fernández.
– La Tecla Patagonia