Disminución del apoyo al sistema democrático

Tanto en nuestro país como en Latinoamérica y el mundo, el apoyo a la democracia está perdiendo terreno, al no proporcionar respuestas a los problemas cotidianos.

Hace apenas 8 años, en 2010, el sistema democrático tenía en América latina un aval que superaba el 61 por ciento. Una amplia mayoría de la población estaba convencida hasta ese momento que la democracia era la mejor forma de gobierno para dar respuesta a la mayoría de los problemas que afrontan las distintas comunidades. Pero la presencia de liderazgos autoritarios y redes mediáticas que alientan los extremos hicieron que ese apoyo fuera disminuyendo considerablemente, a tal punto que en la actualidad sólo el 48% sigue creyendo que la democracia es la mejor alternativa a la hora de gobernar un país.

En el caso de la Argentina, los números son un poco diferentes, en el marco de un panorama que tampoco se muestra alentador. De acuerdo a un estudio realizado por Latinbarómetro, sólo el 27% de los argentinos está satisfecho con la democracia, mientras que a un 22% le da lo mismo un régimen democrático que uno no democrático.

Aunque hay una variable que cuenta con el aval de más de la mitad de los encuestados. Es la que se refiere a que la democracia es preferible a cualquier otra forma de gobierno, lo que es compartido por el 59% de la gente. Lo preocupante de esto es que en los últimos 23 años ese porcentaje disminuyó 17 puntos, lo que demuestra que esa forma de pensar va en franco retroceso.

A nivel mundial, un centro de investigación norteamericano difundió un estudio realizado en diversos países de los cinco continentes que reveló la escasa predisposición de la gente a ejercer su rol cívico, como una forma de fortalecer el sistema democrático. Entre los países más afectados figuraron Túnez, Sudáfrica, Polonia, Filipinas, Nigeria, México, Italia, Israel, Gracia, Brasil y Argentina.

Las causas por las que el sistema democrático está perdiendo paulatinamente el apoyo, es que no sólo se percibe ineficaz a la hora de dar respuestas frente a reclamos fundamentales como la desigualdad o la inseguridad. Sino que también transmite incertidumbre en temas cruciales como el cambio climático o los efectos colaterales del avance tecnológico en el mundo.

Es deber de todos los que forman parte de las instituciones de la democracia revertir este fenómeno de disminución del apoyo, para recuperar un espacio que se ha perdido en manos de simpatizantes de gobiernos totalitarios, un destino que decididamente la mayoría de la gente rechaza, a pesar de que no lo expresen abiertamente.

– Diario de Cuyo