Santa Cruz. Las maniobras en los Concejos en la mira de la opinión y la Justicia

El oficialismo buscará un acuerdo político antes que lo dirima la Justicia.

En los últimos días hubo una seguidilla de jugadas en tres Concejos Deliberantes de la provincia que se pusieron al tope de la agenda política. Como nunca había sucedido, esas maniobras van a ser analizadas por la Justicia que evaluará la autonomía de las comunas que desde 1994 pueden dictar su propia carta orgánica, pero permanecieron bajo reglamentación provincial. Hubo antecedentes similares, pero nunca llegaron tan lejos.

Análisis

Una interna radical, otra peronista y una puja entre partidos pusieron en el centro del debate político las maniobras de los concejales para obtener o conservar el poder, la caja del parlamento local y hasta la Intendencia. Los más avezados sostienen que legalmente no hay gollete para las jugadas, pero los ejecutores afirman que son cuestiones que se dirimen en la política y con el uso de las mayorías que votó la gente.

Sin embargo, hay algo que admiten desde ambos lados. Hubo cambios de autoridades sin tener en cuenta la Ley Provincial 55 y hasta ahora nadie había ido a la Justicia a quejarse. Y esto fue porque siempre se resolvió “habiendo acuerdo de voluntades”.

Es más, en el caso de Río Turbio lo mismo que ahora llevará a la Justicia el concejal Nicolás Brizuela hicieron meses atrás para desplazar a la concejal Claudia Pavez antes del año en el cargo. Y es un “uso y costumbre”. En marzo de 2014 reeligieron a la concejal Lilian García en la Presidencia y en agosto de ese mismo año por mayoría quedó desplazada del cargo.

Nadie piensa en las elecciones, aseguran, pero todos se posicionan frente al próximo año electoral; si no es en la Justicia será ante la opinión pública.

Río Gallegos

El principal tema que debatían los concejales de la capital provincial era la cesión, gratuita o no, de un terreno a la provincia para que ésta construya consultorios externos y pueda abrir más camas de internación en el edificio central de Hospital de Río Gallegos.

Había un aparente desacuerdo entre los ediles oficialistas y el propio intendente Roberto Giubetich, que había acordado con la gobernadora Alicia Kirchner donar el terreno. Los concejales querían trocarlo por camiones para levantar la basura y la imagen de la gestión radical.

Los cuatro concejales radicales votaron un proyecto que tasó el terreno en 900 mil dólares, pero Giubetich lo vetó. Los concejales del Frente para la Victoria olieron sangre.

La sesión siguiente, con acuerdo del concejal de la UCR Evaristo Ruiz, los tres concejales peronistas aceptaron el veto y aprobaron su proyecto para transferir a título gratuito el terreno a la provincia.

La estocada fue más profunda. Minutos después, con los mismos votos el concejal Martín Medvedovsky pidió apartarse del reglamento interno y cambiar a las autoridades del Concejo. La mayoría de 4 se impuso, mientras que los tres radicales restantes optaron por levantarse de sus bancas. El quórum estaba vigente y los concejales continuaron con la sesión para proclamar a Evaristo Ruiz como nuevo presidente del Concejo, y a Eloy Echazú como vicepresidente.

Mientras la cuestión se dirime en la Justicia y a través de declaraciones públicas, en el Municipio suponen que habrá un acuerdo político para resolverla, y eso implicaría mantener sin resolver la cesión del terreno que prendió la mecha del escándalo.

Las diferencias entre Evaristo Ruiz y el resto de los concejales radicales no son nuevas. Su espacio político Proyecto Alternativo, que conduce Jorge Cruz, compitió en 2015 con lista propia en contra de la que encabezó Giubetich y, a pesar de que fue convocado a la gestión local, duró poco más de un año.

“Es hora de dar un paso al costado, para que usted pueda consolidar su proyecto y nosotros el nuestro”, le dijo al momento de su renuncia a la Secretaría de Gobierno. “Por integrar espacios diferentes políticamente, nuestra visión a la hora de gestionar no siempre es coincidente” agregó.

Las diferencias con Giubetich llevaron a Ruiz a ocupar la presidencia del Concejo Deliberante por un año, gracias a un acuerdo interno con Leguizamón que incluyó el reingreso de personal despedido por Daniel Roquel meses atrás. Pero para las internas del Partido Radical el sector de Pablo Fadul acordó con el de Giubetich y Leguizamón limó asperezas con Roquel. Ruiz volvió a quedar fuera del eje, pero como garantía de la mayoría radical, hasta la última sesión.

Déjà vu

Había un acuerdo interno dentro del FpV para que primero sea presidente del Concejo Deliberante Adriana Reyes de Los Muchachos Peronistas, luego Mauricio Gómez Bull de La Cámpora, luego Pablo Grasso y el último año volvía a ser Reyes por ser la edil más votada.

Sin embargo, los dirigentes de cada sector Máximo Kirchner y Rudy Ulloa acordaron mantener a Adriana Reyes en la presidencia, algo que no gustó a Grasso ni a un sector del radicalismo que veían que la edil “usaba el Concejo como una Unidad Básica”.

Grasso advirtió el descontento, se quedó con la Presidencia con el apoyo del concejal peronista Amador Hidalgo y el del radical Pablo Fadul. Del otro lado habían quedado los votos de Reyes y Gómez Bull, la abstención del concejal Alberto Lozano y la ausencia de José Luis Janezak.

No hubo discusión legal acerca de la jugada porque se realizó en una sesión especial para designar a las autoridades como marca el reglamento, pero en el fondo lo que se discute son los espacios de poder.

Años más tarde hubo una especie de devolución de favores. En 2011 Grasso se votó a él mismo a sabiendas de que no iba a ganar y Fadul se hizo con la Presidencia.

Río Turbio

La seguidilla continuó en la Cuenca. El Concejo Deliberante nombró a Claudia Pavez como presidente del Cuerpo con el objetivo de desplazar a Nicolás Brizuela de su cargo como intendente interino.

La jugada fue diagramada por el jefe del Bloque del Frente para la Victoria de la Cámara de Diputados y hombre fuerte del PJ de la Cuenca Carbonífera, Matías Mazú, enfrentado fuertemente con Brizuela desde que Atanacio Pérez Osuna quedó preso.

El acuerdo se cerró con los votos de Pavez que asumió encabezando el lema de Pérez Osuna, Samir Zeidán de Cambiemos como vicepresidente primero y la kirchnerista Karina Nieto como vicepresidenta segunda. El único que votó de forma negativa fue el concejal Bacilio López del Partido de Integración Rioturbiense, quien trabajó en acuerdo con Brizuela.

No hubo repudio al “golpe institucional” por parte de Unión para Vivir Mejor ni Cambiemos Santa Cruz. Zeidán, hermano del interventor de YCRT, con una relación ambigua con el líder de Cambiemos Eduardo Costa, fue parte del acuerdo.

Pero en Río Turbio están más acostumbrados a este tipo de manejos. De hecho la concejal Pavez argumenta el “uso y costumbre” que tiene el Cuerpo en hacerlo. Ella misma fue desbancada de la presidencia por Zeidán, Brizuela y López sin haber cumplido un año a cargo del Concejo. Y no hubo reclamos judiciales, sólo cuestionamientos políticos donde reprocharon a Brizuela de “conformar el interbloque Cambiemos. Ahora se partieron y metimos cuña”, dijeron desde ese sector.

Pavez fue presidente del CD en 2015 por ser la concejal más votada. En 2016 fue ratificada en el cargo, pero su segundo período fue inconcluso. En julio de 2016 Zeidán queda como presidente. En noviembre de 2017 el trío resuelve que Brizuela quede como presidente, López vice y Zeidán vice segundo. Eso volvió a cambiar cinco meses después, cuando Pérez Osuna queda detenido, por presión del peronismo provincial que veía con malos ojos que un referente de la oposición esté en la línea sucesoria, y si bien ratifican a Brizuela como presidente le otorgan la vicepresidencia a Pavez. “En Río Turbio esto ha pasado históricamente”, sostuvo una abogada de la Cuenca que prefirió mantener en reserva su nombre.

Con la posibilidad de que el intendente electo abandone su cargo a fin de mes, Brizuela apeló a la Ley 55. Como en Río Gallegos, la cuestión se dirimirá en la Justicia, aunque en este caso el asesor letrado de la Municipalidad, Carlos Muriete, irá directo al Tribunal Superior de Justicia.

Brizuela y Mazú nunca tuvieron buena relación dentro del PJ de la Cuenca. Cuando Brizuela asumió su interinato Pérez Osuna le pidió que Mazú sea de consulta permanente y mantuvieron por poco tiempo un buen diálogo. Brizuela consideró que la experiencia y la llegada al Gobierno Provincial no rendían frutos y acusó al legislador de armar su propio juego. “La semana pasada organizó un ateneo para que lo apoyen a él todos los sectores, y parece que no le fue tan bien. Tiene que entender que hay muchos jóvenes que quieren una renovación”, dijo Brizuela a La Opinión Austral. Mazú es un incondicional de Pérez Osuna, sin embargo Brizuela consideró que “juega para él solo igual que Pavez”, y aseguró mantenerse alineado al intendente que duerme en el penal.

Por conveniencias de ambos lados nadie señaló la actitud de Zeidán. Sólo Sandro Levín, abogado de Brizuela y ex referente del PRO exiliado de esa exigua fuerza política en Santa Cruz, mencionó el caso.

Operación frustrada

En el caso de El Chaltén la maniobra quedó frustrada. Los concejales del Frente para la Victoria Ricardo Compañy y Milagro Canchi habían obtenido el aval del único edil de Unión para Vivir Mejor. Andrés Zella estuvo junto con un grupo de colaboradores un día antes en la Unidad Básica de El Chaltén. Pero la presión del partido Encuentro Vecinal y de Cambiemos a nivel provincial fue más fuerte y Zella desistió del intento. Había firmado el pedido de sesión extraordinaria para sacar a Gerardo Mirvois de la intendencia, pero finalmente no fue a la sesión especial.

*Por Juan Suarez – LA OPINIÓN AUSTRAL