LO MÁS IMPORTANTE
La Municipalidad invitó a vecinos y a comerciantes a una mesa de diálogo.
Adecuarán normas y controles para reducir el conflicto.
Los vecinos del Cerro de las Rosas quieren que siga siendo un barrio residencial, que vive de día y duerme de noche. Los comerciantes del polo gastronómico de la calle Luis de Tejeda aseguran que hacen lo posible para minimizar el impacto sobre el barrio, pero que no incumplen ninguna obligación municipal y tienen derecho a seguir trabajando.
Entre estas dos posiciones se paró la Municipalidad de Córdoba, que abrió una mesa de diálogo, con la idea de llegar a un original pacto de convivencia en este sector de la ciudad, que anticipa discusiones en al menos otros tres barrios tradicionales “invadidos” por comercios: Jardín Espinosa, Villa Belgrano y Rogelio Martínez.
Esta semana se reunieron con los representantes del centro vecinal del Cerro de las Rosas el secretario de Planeamiento e Infraestructura municipal, Omar Gastaldi; la subsecretaria de Planeamiento Urbano, Leticia Gómez; el secretario de Fiscalización y Control, José Olmos; el subsecretario de Tránsito, Pablo Farías; el director de Higiene Urbana, Alberto Guzmán, y el presidente de la comisión de Desarrollo Urbano del Concejo Deliberante, Juan Balastegui (Juntos por Córdoba), quien convocó e ideó la estrategia.
“La intención es plasmar los acuerdos que alcancemos en hechos concretos. Vamos a evaluar cambios en el Código de Edificación, en la habilitación de negocios y en aspectos que tienen que ver con el control y la fiscalización. Queremos bajar el conflicto entre vecinos y comerciantes. La ciudad va cambiando, pero tenemos que tener en cuenta qué hacemos con quienes están arraigados en un barrio en plena transformación”, explicó Balastegui a La Voz.
Hay dos proyectos de ordenanza de concejales aliados al oficialismo, Abelardo Losano (PRO) y Laura Sesma (Socialdemocracia), que proponen la suspensión por seis meses de nuevas habilitaciones.
El presidente del centro vecinal, Javier Farías, rescata que fueron recibidos y escuchados. Pero que esperan resultados concretos. “La intención es siempre conversar, pero no queremos que nos charlen”, resume. El planteo de fondo es el carácter patrimonial y el estilo de vida residencial del barrio. Según Farías, el boom gastronómico ataca la protección, garantizada por ordenanza, del Cerro de las Rosas. “Se habilitan negocios con capacidad para 300 personas sin hacer un estudio de factibilidad de tránsito, los comercios socializan su basura cuando deben contratar servicios privados y el estacionamiento no sólo es imposible sobre la Luis de Tejeda, sino sobre todas las calles interiores, donde se estaciona en las dos manos y ni siquiera se respetan las rampas de discapacitados”, detalla.
Leticia Gómez entiende que el problema es “por acumulación” de negocios que individualmente no violan la ordenanza patrimonial ni la que establece alturas máximas, y defiende la intención de darle una solución integral al conflicto. “Es natural y es positivo que se generen nuevas centralidades, con desarrollos comerciales y de servicios, el desafío es poder compatibilizarlo en la realidad con la convivencia en los barrios”, entiende la funcionaria.
El desarrollo del polo gastronómico avanza desde la calle Luis de Tejeda hacia Tristán Malbrán y Fernando Fader.
Unos 30 comerciantes de la Tejeda se agruparon para defender sus intereses. El próximo martes les tocará a ellos ser escuchados. Luciano Visconti, dueño de tres negocios gastronómicos sobre la Tejeda, asegura que tanto él como la mayoría de los locales “paga desde hace más de un año un servicio de recolección de residuos privado que sale muy caro” y que ninguno pone música a un volumen que afecte a los vecinos. “Mis vecinos son clientes míos, vienen a tomar café a mi local y tenemos un excelente diálogo. No todos los vecinos están en desacuerdo y muchos se han visto beneficiados porque no es lo mismo alquilar hoy una propiedad en la Tejeda que hace unos años”, señaló
Por Ary Garbovetzky – La Voz del Interior