El turismo arqueológico es una de las opciones que ofrece Tucumán en el verano

Los viajantes pueden conocer la historia de las culturas precolombinas que habitaron la provincia a través de ruinas y monumentos.

La Reserva Arqueológica Los Menhires, ubicada en El Mollar. ARCHIVO LA GACETA

Uno de los principales atractivos para el turismo arqueológico de Tucumán se encuentra en los Valles Calchaquíes, con ruinas y monumentos que permiten a los viajantes conocer la historia de las culturas precolombinas que habitaron la provincia.

En El Mollar se puede visitar la Reserva Arqueológica Los Menhires, que consiste en medio centenar de piedras de más de 2000 años que llegan a medir hasta tres metros y pesan hasta cuatro toneladas.

Estos monumentos fueron construidos en roca metamórfica, con inclusiones de cuarzo y granito que representan rostros humanos o animales, especialmente felinos, formas geométricas o combinaciones de los distintos tipos y en algunos casos está muy insinuada la forma fálica.

Los documentos más antiguos del área andina los asocian con representación de carácter mágico de la cultura Tafi, una de las primeras tribus alfareras del noroeste argentino, que simbolizan la fertilidad y la fecundidad.

Ruinas de Quilmes

Siguiendo por la ruta nacional 40, en el cruce con la ruta provincial 307 y avanzando 3 kilómetros hacía el norte, nos encontramos con la Ciudad Sagrada de Quilmes, lugar donde estuvieron asentados desde el año 800 D.C. uno de los pueblos prehispánicos más importantes de los Valles Calchaquíes.

Los Quilmes alcanzaron un inmenso desarrollo social y económico, por lo que en el siglo XVII esa ruinas llegaron a tener 3.000 habitantes en el área urbana y 10.000 en los alrededores.

Las ruinas cuentan con reconstrucciones de la zona residencial, rematada por una fortaleza situada en la cima y dos fortines a ambos costados, sobre la cornisa.

La arquitectura de esta comunidad originaria permite conocer el último bastión de la resistencia indígena ante el avance español, que claudicó recién en 1667, cuando 1.700 sobrevivientes fueron trasladados a pie hasta la actual ciudad de Quilmes, en la provincia de Buenos Aires, adonde solo lograron llegar 400.

Condorhuasi

Otro atractivo para visitar son Las Ruinas de Condorhuasi, ubicadas en El Pichao, a ocho kilómetros de Colalao del Valle, lugar donde, entre los años 1000 y 1500, habitaron grupos indígenas de agricultores y pastores.

Además, este fue el sitio elegido por algunas comunidades para refugiarse después de la caída de los Quilmes a manos de los españoles.

Los visitantes puede recorrer la parte central, que posee una superficie cubierta con terrazas de cultivo, las obras de irrigación y estructuras habitacionales realizadas en piedra, similares a las de los Quilmes.

Un lugar interesante son los cementerios, donde los entierros de adultos eran realizados en cestas de piedra cubiertos por una piedra plana, y los de niños inhumados en urnas de alfarería.

Los Alisos

Hacía el sur de Tucumán, entre los 4.400 y los 5.000 metros de altura, se extiende el Parque Nacional Campo de los Alisos, donde se encuentran Las Ruinas de La Ciudacita o Pueblo Viejo.

La Ciudacita formó parte del extremo sur del Imperio Inca y en ella se pueden observar pircas, que son muros de construcción rústica, de un metro de altura y elaborados con piedras lajas de color gris dispuestas de forma escalonada sobre el filo de la montaña, a partir de un campo ceremonial de forma rectangular de 40 metros de ancho por 60 metros de largo.

Para el este, se accede hacia otro grupo de pircas y luego el camino continúa ascendiendo, hacia el oeste, hasta Portezuelo de Los Campos Colorados, que tiene casi la misma altura de las ruinas.

Luego de traspasarlo, el camino desciende en dirección de Ampajango, provincia de Catamarca.

Las poblaciones que habitaron en La Ciudacita fueron desocupadas hacia mitad del siglo XVII, al terminar la segunda guerra calchaquí, cuando los conquistadores españoles asesinaron a cientos de indígenas y esclavizaron a otros miles

– La Gaceta