Hay 587 saladitas en el país y 91.530 vendedores ilegales

La venta ilegal en la vía pública y en saladitas ascendió a 6.527 millones de pesos en noviembre y cerrará el año en 78.595 millones de pesos. Se detectaron 91.530 puestos ilegales entre saladitas y manteros en la vía pública en 500 ciudades, el hecho expone una creciente realidad económica y sus derivaciones sociales. Sólo de IVA el Estado habrá perdido de recaudar casi $17 mil millones este año. A eso hay que sumarle el resto de los impuestos nacionales y locales como Ingresos Brutos, que paga cualquier comercio.

Un negocio millonario

Los controles al comercio ilegal se incrementaron en muchas ciudades, pero sigue creciendo la cantidad de vendedores clandestinos. En noviembre se detectaron 91.530 puestos ilegales entre saladitas y manteros en la vía pública en 500 ciudades, 3,1% más que en la medición anterior, con ventas por $6.527 millones. En todo 2017, la venta ilegal visible realizada mediante esas dos modalidades (manteros y saladitas) alcanzará los $78.595 millones.
En noviembre hubo 75 menos saladitas que en meses anteriores, pero más vendedores ilegales. Especialmente creció la modalidad manteros. Según surge del relevamiento de CAME en las 24 jurisdicciones: Mientras que la cantidad de puestos en saladitas se redujo 13,2% frente a la medición de mayo pasado, la cantidad de manteros en la vía pública creció 45,5% en las ciudades con saladitas y 63,5% en aquellas sin saladitas.
Por los mayores controles, la regularización de algunas ferias y las subas de alquileres en esos puestos, muchos puesteros saltaron a la modalidad manteros.
En las 587 saladitas relevadas funcionaron un total de 54.061 puestos, mientras que en la vía pública se encontraron 37.469 manteros (19.749 en las ciudades con saladitas y 17.720 en las ciudades sin saladitas). Las saladitas vendieron $3.892 millones en noviembre y los manteros, cuyos promedios diarios de ventas suelen ser inferiores, $2.634 millones.

Sin pagar impuestos

El monto que suman las ventas realizadas en la ilegalidad, de una forma visible ya que ocurren a la vista de todos, no sólo significa un enorme perjuicio para el comercio formal, sino también para las arcas del Estado, que sólo por IVA habrá perdido de recaudar $16.530 millones este año. A eso hay que sumarle el resto de los impuestos nacionales y locales como Ingresos Brutos, que paga cualquier comercio.
En la cantidad de vendedores relevados no se computa el hecho de que muchos puestos son compartidos por dos o tres personas.
Un dato a tener en cuenta: en noviembre se encontraron 75 saladitas menos que en la medición de mayo. Esa caída tiene aspectos positivos y negativos. A saber:
a) En los últimos meses, el Estado Nacional trabajó junto a provincias, municipios y cámaras empresariales en la regularización de muchos predios, donde se fueron formalizando las condiciones de venta. Así, las Saladitas devinieron en formatos Ferias Urbanas Formales o Ferias Internadas, como se las está denominando. Son predios con condiciones de ventas precarios, pero donde los vendedores están formalizados. Los que no se legalizaron, pasaron a la modalidad manteros o se trasladaron a otros predios con menos regulaciones.
b) Hay diversas Ferias Internadas o Ferias Urbanas Formalizadas donde si bien los vendedores están en la economía formal, se venden productos truchos, traídos de contrabando y no se entregan facturas por las ventas.
c) En provincias cercanas a Paraguay y Bolivia muchos vendedores se instalaron en esos países, donde los costos les resultan más convenientes y captan a la inmensa cantidad de público argentino que cruza a comprar a esos mercados. Eso redujo la cantidad de saladitas y puestos en algunas ciudades. Un ejemplo fue la ciudad de Clorinda, en Formosa, que pasó de 6 saladitas a 2. Lo mismo sucede en Jujuy y Misiones.
d) Por las subas de costos de alquileres, se dieron casos de saladitas más chicas que cerraron y los vendedores pasaron a ferias públicas o a modalidad mantero.
e) Según informan las cámaras y federaciones regionales consultadas, una forma de comercio ilegal invisible que está creciendo son los locales comerciales tipo ‘outlet’ que venden mercadería de primeras marcas a precios bajísimos, a menos de la mitad de la mercadería de alta calidad. Se especula con que se trataría en realidad de lavado de dinero.

El reclamo por mayores controles

En el 67,8% de las 500 ciudades relevadas, los centros comerciales, federaciones o cámaras de comercio e industria consultados sostuvieron que los controles a la venta informal son ‘insuficientes’ o ‘muy insuficientes’. Continúa reduciéndose la proporción de municipios que afirman que los controles no alcanzan, aunque todavía son muchos.
Una de las mayores críticas en torno a la venta ilegal es la falta de controles y sanciones de las autoridades responsables. Hay ciudades donde la actividad ilegal ocurre con la complicidad de funcionarios y autoridades, cuando al mismo tiempo se controla en exceso al comercio formal.
En noviembre, el 67,8% de las ciudades relevadas señalaron que los controles que se aplican en el municipio son insuficientes o muy insuficientes, reduciéndose en casi 7,0 puntos porcentuales la cantidad de ciudades que responden de esa forma. De todos modos, la percepción de que no hay controles es todavía muy alta, y ocurre tanto en las ciudades con Saladitas como en aquellas que no tienen ese formato de venta pero donde la comercialización en la modalidad manteros, vendedores ambulantes, venta domiciliaria, o por redes sociales, viene creciendo.
Sólo el 32,4% de las ciudades relevadas sostienen que los controles que se aplican a la venta ilegal son suficientes o satisfactorios, generando condiciones de mercado más transparentes y saludables.

Ventas por Facebook y Whatsapp

Todas las ciudades relevadas, tengan o no manteros y Saladitas, mostraron en noviembre su fuerte preocupación por el incremento de la venta particular, aprovechando la difusión que se puede lograr a través de las redes sociales.
Si bien las dos modalidades más frecuentes de venta ilegal son los manteros y puesteros en Saladitas, hay otros formatos que preocupan por el impacto que tienen sobre el comercio. Al tradicional vendedor ambulante, que fue posiblemente una de las primeras formas de venta ilegal callejera, se suman en forma creciente los vendedores que aprovechan las redes sociales como Facebook o WhatsApp para concretar ventas en negro.
Ya no se trata sólo de la venta ambulante, casa por casa o en oficinas, sino de vendedores que van armando su cartera de clientes a través de Internet. Lo hacen, en general, con mercadería que compran en Saladas, Saladitas, o que traen de contrabando desde Chile, Paraguay, Bolivia, China o Estados Unidos. Lo mismo ocurre con las ferias garaje, las tradicionales ferias americanas, o la venta de ropa usada que se convirtió también en una modalidad frecuente