Según el Indec, la informalidad es del 45,7%. Es alto el nivel de desempleo en mujeres jóvenes. Advierten que es difícil bajar drásticamente las tasas. Sindicalistas piden más controles.
El empleo en negro sigue alto y Salta encabeza el ranking nacional
En Salta no hay avances significativos para reducir el trabajo en negro. Ayer el Indec la ubicó como la jurisdicción con más informalidad laboral. Justamente hace un año la noticia era la misma: la provincia con el más alto porcentaje de trabajadores sin aportes jubilatorios, obra social ni vacaciones.
Según el organismo estadístico, el empleo no registrado es del 45,7% en Salta. Más atrás quedaron Tucumán, con 43,7% y Santiago del Estero, con 42,7%. Todo el podio es ocupado por jurisdicciones del Noroeste argentino (NOA).
La región, caracterizada por su pobreza histórica, sigue con el indicador más fuerte, con un promedio del 41%. A nivel país, el empleo en negro se ubicó en 34,4% y afecta a 4.700.000 personas. En comparación con el tercer trimestre del año pasado, creció un 0,6%. La Patagonia es la región con mejor escenario, solo un 18,3%.
Entre julio y septiembre del año pasado, Salta alcanzó una tasa de informalidad del 47%. En ese entonces también fue la más elevada de la Argentina. Ahora, para el tercer trimestre de 2017, se marca un leve descenso, ya que quedó en 45,7%. No obstante, sigue a la cabeza.
Dura realidad
Más allá de los números, la informalidad laboral llega a situaciones extremas. La semana pasada, por ejemplo, la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) detecto 29 trabajadores no registrados en una finca de Orán. Hasta había un niño en condiciones indignas.
En otro operativo, en el paraje El Algarrobal, encontraron a tres salteños trabajando en la precariedad absoluta y dos eran menores.
En la ciudad, según denuncian los gremialistas, el empleo informal también deja a los trabajadores en situaciones de pobreza, ya que en muchos casos no llegan a cobrar un salario, mínimo, vital y móvil, que hoy está en 8.860 pesos. Ese umbral pasará a 9.500 pesos el mes que viene, un monto que también queda muy por debajo de la canasta de alimentos.
Suba y baja
En el segundo trimestre de este año, Salta tenía un 44,9% de empleo en negro. Es decir, que si se compara el tercer trimestre (45,7%) hubo un aumento. A nivel nacional se dio también esa tendencia: el registro de trabajo en negro aumentó un 0,7% en comparación con el segundo trimestre de este año, según las cifras oficiales. En Salta hay una baja si se toma en cuenta la comparación interanual, ya que para el tercer trimestre del 2016 el indicador era del 47%.
En la división por regiones, en la de Cuyo el porcentaje más alto correspondió a Mendoza, con un 39,3%, seguida de San Juan con un 38,3% y San Luis con el 33%.
En el NEA el indicador más elevado correspondió a Misiones, con 35%, y le siguieron Corrientes con un 34,4%, Chaco con 33,8 y Formosa con un 26,4%.
Los registros más bajos de informalidad se registraron en la Región Patagónica, donde las ciudades de Ushuaia y Río Grande registraron un 10,1% de trabajadores en negro, el indicador más bajo por distrito en el país.
Los datos de la Encuesta Permanente de Hogares exponen otros aspectos de la compleja realidad laboral de Salta.
La desocupación entre las mujeres menores de 29 años es del 19,1%. Se mantiene la brecha con los varones menores de esa edad, que llegan a un nivel del 14,2%. En la región, Salta es la segunda provincia con porcentaje más altos de mujeres jóvenes que buscan trabajo. Solo la supera Catamarca, que tiene un nivel del 27,2%.
Entrevista: Juan Pablo Balderrama, economista
«Salta, lamentablemente, seguirá en el podio del trabajo informal”
Plantea la incidencia que tienen los bajos niveles de educación en los círculos de pobreza. Advierte que en Salta no hay incentivos para que el sector privado pueda generar más mano de obra. Traza una realidad dura, no avizora que Salta pueda reducir fuertemente el empleo informal en el corto plazo. El economista Juan Pablo Balderrama dialogó con El Tribuno tras la publicación de los datos del Indec de trabajo informal.
¿Por qué Salta no puede bajar el nivel de informalidad laboral?
Salta, lamentablemente, seguirá estando en el podio del trabajo informal. Hay que analizar dos puntos: la oferta y la demanda del mercado laboral. La oferta es cada uno de los trabajadores, la mano de obra que quiere ser empleada. La demanda laboral viene dada por las empresas que están radicadas en la provincia. Analizando la oferta, hay una Población Económicamente Activa (PEA) que tiene una calificación baja en comparación a la media nacional. Los indicadores de formación que tiene la PEA salteña hablan de eso. La cantidad de personas con estudios universitarios completo es mínima y es alta la cantidad de salteños con secundario incompleto. Hay muchas personas que han desertado en el sistema educativo o no han podido dar más años a su capital humano por distintos motivos. La causa más fuerte es que no ven los rendimientos de los retornos a la educación. Por ejemplo, un joven de una familia que tiene ingresos bajos se va hacia el mercado laboral. Esa persona, por lo general, consigue un trabajo que no está bien remunerado o bien se queda en la informalidad. Esto demuestra que no hay incentivos para el retorno a la educación.
¿Y cuál es el problema en la generación de empleo?
Por otra parte, hay una demanda laboral que en Salta no es buena. Las empresas que generan trabajo radicadas en la provincia vienen de un amesetamiento desde hace varias años. Esto se puede constatar en los datos del Observatorio de Empleo y Dinámica Empresarial del Ministerio de Trabajo de la Nación. Las tasas de creación de nuevos emprendimientos privados que generan mano de obra en Salta es baja. Entonces tenés una casi nula absorción por parte de este mercado laboral salteño. Año a año está ingresando gente al mercado, pero la cantidad de empresas que generan empleo registrado sigue siendo la misma. Así es difícil generar nuevos puestos de trabajo decente.
¿Qué debe hacer el Estado?
El Estado provincial hace varios años que no genera incentivos, primero para la radicación de empresas. Vemos que hay varios parques industriales vacíos o galpones grandes que ocupan empresas que hacen logística. En segundo lugar, el Estado debería lograr incentivos que vuelquen a la gente a seguir su formación, un año más al menos. Una familia que es pobre, cuyo jefe tenga trabajo en negro, la próxima población activa que pertenece a su grupo termina ingresando al mercado laboral temprano. Y esa persona deja de acumular capital humano y tiene menores probabilidades de tener un trabajo en blanco
Pablo Juárez – El Tribuno