Pacto fiscal con premios y castigos para los municipios

Lo había anticipado hace algunas semanas el ministro de Economía, Hernán Lacunza, y ayer se terminó confirmando: el gobierno provincial enviará a la Legislatura un proyecto para establecer un “pacto fiscal” con los municipios que incluye el cumplimiento de una serie de metas en materia de gastos.

Será, según trascendió, una medida similar a la que el gobierno nacional le está planteando a las provincias y que está en plena etapa de negociación.

Una de las medidas que incluye ese pacto fiscal es el control del gasto corriente, es decir, las erogaciones de funcionamiento de las comunas. Concretamente, Vidal pretende que esos gastos no crezcan por encima de la inflación.

La segunda de las metas pasa por la cantidad de personal de los municipios. En el pacto fiscal se establecerá que la planta de trabajadores no podrá ampliarse en porcentajes superiores al crecimiento poblacional del distrito.

También se establecerá que la deuda que acumulen los municipios no podrá crecer por encima de un porcentaje -que resta establecerse- de los recursos.

Finalmente, otra de las cuestiones centrales del pacto tiene que ver con evitar desmanejos en las transiciones políticas. Se establecerán “reglas de final de mandato” por las cuales en el último semestre de gestión de los intendentes y cuando haya recambio de los mismos, no se podrán incrementar los gastos corrientes en lo que respecta a la designación de personal y renegociación de contratos.

De acuerdo al proyecto oficial, las comunas podrán adherir al pacto. Las que lo hagan tendrán ciertas ventajas.

Por caso, aquellos distritos que se sumen a la iniciativa oficial y tengan superávit corriente, podrán acceder a endeudamiento para ejecutar obras públicas. También podrán recibir asistencia financiera directa de la Provincia en caso de situaciones excepcionales como por ejemplo, cuando sufran alguna inclemencia climática.

Para aquellos municipios que no adhieran habrá “castigos”. Por caso, no tendrán autorización para endeudarse -el permiso final debe otorgarlo la Provincia- ni estarán en condiciones de recibir ayuda financiera bonaerense.

En la Provincia justifican la idea del pacto fiscal en que la situación financiera de los municipios mejoró, pero existen algunas distorsiones que es necesario corregir. Es que si bien anotan que cuando asumió Vidal había 80 comunas con déficit y ahora hay 90 que se exhiben superávit, la planta de personal no ha parado de crecer en los distritos.

“En 2016 aumentó en un 2,5% anual cuando en la Provincia el crecimiento fue cero”, dicen los funcionarios bonaerenses.

“Hay que darle previsibilidad a los inversores”, dicen en la Provincia al justificar estas medidas de contención del gasto. Y le apuntan además a las tasas que cobran algunas comunas. “Por ejemplo, con Seguridad e Higiene, las desproporciones son evidentes. Uno cruza la calle y pasa a otros distrito y los valores tienen una enorme disparidad”, dicen.

– El Día