Guanaco: Un lento avance hacia un desarrollo sustentable

Este viernes la noticia de que se autorizó el tránsito y comercialización de la carne de guanaco a modo experimental de Santa Cruz hacia el resto del país, e incluso con la posibilidad de realizar una experiencia internacional, renovó las expectativas de un final positivo a un trabajo que comenzó hace más de una década.
Desde que la superpoblación del guanaco, especie autóctona que, como tal, se encuentra protegida, comenzó primero a ser una amenaza a los campos productivos de la provincia y luego a la vida humana misma a causa de los cientos de accidentes que han provocado ya que, al revés de muchos otros animales, los guanacos no se asustan del paso de vehículos en las rutas y su cruce intempestivo ha provocado la pérdida de numerosas vidas en estos años, se comenzó a trabajar en un plan sustentable de la especie a nivel provincial.
Pero su impacto no sólo costó vidas, sino también ha provocado una degradación del suelo que volvió imperativo su control. “Hace 20 años que deberíamos haber comenzado a tomar medidas” indicó en su momento el presidente de la FIAS, Miguel O’Byrne, dando cuenta del tiempo que pasó y las consecuencias que tuvo la tardanza en accionar.
Costó ponerlo en la práctica. Previo a ello, con impulso del INTA surgió el Plan Nacional, en el año 2006, que lanzó la realización del censo para conocer el número de individuos, pero también permitió sólo la esquila y comercialización de la lana del camélido.
Esto no ayudó al objetivo fundamental, controlar el crecimiento poblacional del guanaco y al mismo tiempo realizar un aprovechamiento sustentable del mismo.
Durante cuatro años se trabajó para dar cuerpo lo que se presentó en diciembre de 2014: el Plan de Manejo del Guanaco de la Provincia de Santa Cruz. De su elaboración participaron representantes del Consejo Agrario, como autoridad de aplicación, la UNPA, el INTA y la FIAS.
Pero también hicieron aportes profesionales de Chubut, del Ministerio de Agricultura de Nación, del SENASA, de Medio Ambiente y del CONICET, como así también la Asociación Ambiente Sur de Río Gallegos.
La homologación del mismo por parte de las autoridades pertinentes de Nación, que permitiese levantar las restricciones a la comercialización y entre otras cosas la exportación del guanaco tomó casi un año y fue de manera gradual.
Así fue durante el 2016, donde se comenzaron a profundizar las experiencias de esquilas controladas y verificadas con la participación de investigadores para determinar puntos de desarrollo en este sentido. También se avanzó con la determinación de una temporada de caza “comercial”, igualmente con un número controlado de extracción de individuos que permitió la colocación de la carne en restaurantes y carnicerías de la provincia.
El paso siguiente es avanzar en la exploración de mercados fuera de las fronteras santacruceñas, y por eso era vital la autorización que se conoció este viernes.
La misma también demandó su tiempo, ya que comenzó a ser gestionada a principios de este año y llegó a menos de 30 días de que inicie la veda de caza del guanaco.
Cuando comenzó a realizarse el censo, allá por el año 2013, se estimó en un millón de guanacos la población. A hoy se cree que supera el 1,8 millones.
La velocidad con la que se reproduce la especie es casi inversamente proporcional al tiempo que demandan los avances de este plan de desarrollo sustentable, y eso marca la necesidad de que se logre imprimir mayor energía en las concreciones.
La explotación del guanaco no es algo impredecible, por el contrario, no sólo hay mercados ciertos en el resto del país, sino que se estima que hay numerosos países en los que tanto la carne como su piel podrían ser muy bien aceptadas.
Ya en 2013, cuando aún no se sabía que lograr un Plan llevaría tanto tiempo, dos empresas plantearon la posibilidad de conformar una alianza estratégica con el fin de poder exportar productos del guanaco. Así, presentaron su proyecto al entonces intendente de Puerto San Julián. Una de las empresas era Viser SA, de Carlos Cazenave, quien consideraba factible la incorporación de la carne de guanaco dentro de un circuito de 20 países donde se está desarrollando esta actividad comercial y estimó un mínimo a exportar de 50 mil animales anuales dada la infraestructura instalada, con posibilidad de crecimiento futuro si el plan de manejo sustentable lo permite.
A cuatro años de aquella propuesta, aún esa factibilidad no ha sido aprobada y se está, todavía, en etapa experimental.
Pero aun cuando esto lleva tanto tiempo, lo cierto es que cada paso que se da se lo hace en firme, por lo que las expectativas siguen siendo altamente positivas.
Para los productores y autoridades, la autorización lograda es un paso muy importante, ya que abre las puertas a lograr una comercialización sostenida a partir del 2018.

– La Opinión Austral