Son los pabellones, en el parque Independencia, y el Centro de Iniciación Deportiva, en el parque Yrigoyen, sus únicas realizaciones públicas
Sus producciones son referencias en la arquitectura latinoamericana.
El rafa. Sus producciones son referencias en la arquitectura latinoamericana.
Mañana se cumplen dos años de la muerte de Rafael Iglesia, el arquitecto rosarino más reconocido y premiado internacionalmente en las últimas décadas. Un auténtico referente de esta disciplina a nivel local, nacional y latinoamericano. Siempre vigente a través de lo rotundo de sus conceptos, sus reflexiones y sus obras. En muestra de reconocimiento colectivo a su importante legado, distinguidos profesionales de la ciudad, colegas que quieren honrar su huella, elevaron un pedido al Concejo Municipal para que se declaren de valor patrimonial municipal sus obras en los parques Independencia e Yrigoyen.
La intención es que a través de la intervención de las secretarías de Planeamiento y Obras Públicas, se puedan preservar y conservar en su estado original los pabellones de eventos y sanitarios del ex International Park en el parque Independencia, y el Centro de Iniciación Deportiva Municipal en el parque Hipólito Yrigoyen, las dos únicas obras que desarrolló en el ámbito público y que pueden contar con este tipo de normativa de protección.
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La iniciativa cuenta con el apoyo de la Facultad de Arquitectura de Rosario (UNR) y del Colegio de Arquitectos de Rosario (CAD 2), y ya se encuentra en proceso de análisis dentro de la comisión de Planeamiento del Concejo.
«La ciudad y sus habitantes necesitamos la certeza de que podremos seguir disfrutando de la obra que este enorme arquitecto nos dejó como legado», resalta el envío.
El escrito cuenta con el guiño de aceptación y la valoración de esta iniciativa de importantes arquitectos de Latinoamérica como Angelo Bucci (Brasil), Solano Benítez (Paraguay), Ana De Brea (Estados Unidos), Ricardo Sargiotti (Córdoba), Tomás Dagnino y Jorge Francisco Liernur (Buenos Aires), entre otros.
También se remarca el caudaloso significado de la producción y del pensamiento de Iglesia en el hacer de la arquitectura, sobre todo en la formación de jóvenes. «Declarar estas obras de valor patrimonial municipal sería un justo acto de reconocimiento hacia Rafael Iglesia y la arquitectura que nos legó», subraya el pedido.
El Rafa, como lo conocían todos, nació en Concordia pero se formó académicamente en la Facultad de Arquitectura de la UNR, y se reconocía como muy rosarino, sin serlo. Fue un intuitivo buceador de metáforas. Un rebelde con causas. Amante de la literatura y la experimentación. Un ocurrente malabarista en la cornisa de los riesgos. Una visita imprescindible por la mejor versión de la arquitectura rosarina contemporánea. Siempre actual por su inteligente ironía, por su solvente capacidad de elaboración de respuestas y por su extraordinario don de forzar nuevas miradas y dar vuelta preceptos establecidos.
Fue un inquieto luchador en la vida, y sólo su pasión y sus ganas de vivir lo llevaron a reponerse, casi milagrosamente en 2010, de una grave enfermedad; y recurriendo a su épico, «cuando el problema es la solución», regaló 5 años más de su talento.
Falleció a los 63 años, demasiado temprano. Pero dejó obras que reclaman un marco normativo formal para estar debidamente protegidas.
Un gesto necesario
El pedido formal al Concejo ingresó el 16 de junio de este año, hace tres meses, y sería oportuno, cuando se cumplen mañana dos años de su muerte, entregar este merecido gesto de reconocimiento. «Hemos recibido esa inquietud de muchos colegas de Rafael, así que lo vamos a poner nuevamente en agenda dentro de la comisión y lo analizaremos para tratar de viabilizarlo. No creo que haya inconvenientes, porque hay grandes coincidencias sobre el valor del trabajo de Iglesia», señaló ayer Horacio Ghirardi, presidente de la comisión de Planeamiento del Concejo.
«Estudiantes de todo el mundo pasaban por su
estudio para aprender una manera diferente de producir arquitectura»
Aníbal Fucaraccio – La Capital