Un edil oficialista propone crear un registro y establecer exigencias por el uso lucrativo del espacio público en la ciudad de Córdoba.

Una concejala opositora sugirió al municipio que antes arreglara esos sitios. Profesores y deportistas, con miradas diversas sobre el tema.

El proyecto de ordenanza para regular la actividad de los entrenadores personales o grupales que utilizan parques y paseos de la ciudad de Córdoba desató un intenso debate.

Como publicó este diario, el concejal Abelardo Losano, del bloque oficialista, propuso la creación de un “registro municipal” en el que deberían inscribirse los que quieran desarrollar esta práctica deportiva, cada vez más habitual, pero que no está regulada en Córdoba, pero sí en ciudades como Buenos Aires y Rosario.

Aunque el texto de la iniciativa no llegó aún a todos los ediles, ya se conocieron opiniones en contra. Desde el Poder Ejecutivo municipal, en cambio, no hicieron comentarios, a pesar de que la idea de Losano atribuye a la Dirección de Deportes y Recreación de la gestión mestrista como autoridad de aplicación. “Por ahora es un tema legislativo”, respondió un vocero del municipio.

La difusión de la iniciativa generó repercusiones en los medios de comunicación tradicionales y en las redes sociales.
No todos están de acuerdo con que los profesores que utilizan los parques para entrenar a personas de distintas edades y condiciones deban pagar por registrarse, ofrecer cobertura de servicios de emergencia y pedir autorización formal por el uso del espacio público.

Sí hubo más coincidencias en la necesidad de que los personal trainers exigieran a sus entrenados certificados de salud o aptos físicos para prevenir ataques cardíacos o lesiones graves.

Sugerencia opositora

La concejala Victoria Flores, del bloque Pensando Córdoba, criticó la perspectiva del proyecto y, de paso, la gestión de Mestre. “Algunos concejales no están viendo y viviendo lo que nos pasa en esta ciudad. ¿Registrar a los personal trainers porque usan el espacio público? El espacio público es ‘público’ para que todos podamos usarlo y disfrutarlo. Antes, el oficialismo debería ocuparse en mejorar esos espacios, como por ejemplo, hacer del lago del parque Sarmiento un lugar que se pueda disfrutar y que no esté invadido por aguas servidas”, señaló.

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Flores manifestó que la medida puede ser producto “del lobby de los gimnasios”, y acusó al Ejecutivo de no controlar como debe a estos establecimientos. “Antes de crear un nuevo registro le sugiero al oficialismo municipal que exija el cumplimiento de la ordenanza 11.852 para gimnasios que, entre otras cosas, plantea que deben contar con un médico deportólogo, que deben hacerse chequeos médicos a cada uno de los clientes antes de admitirlos, que deben estar adaptados para personas con capacidades diferentes, requisitos que en su gran mayoría no se controlan ni se cumplen”.

Losano dijo que su idea no tenía que ver con un pedido de los propietarios de los gimnasios. Y destacó que en Buenos Aires y en Rosario hay normas similares.

Daniel Cámara, profesor de Educación Física que ha trabajado en varios clubes de fútbol, está a favor de establecer exigencias que ayuden a prevenir y a atender problemas de salud de las personas que hacen ejercicios en espacios públicos. Aunque, dijo que la regulación del uso de estos espacios implica el riesgo de ser injusta: “No sólo los entrenadores personales o de grupos reducidos utilizan los parques; también lo hacen varios clubes, escuelas y equipos de ligas amateurs que, por lo que se dice, no estarían comprendidos en la normativa”.

En las redes sociales, en tanto, hubo cruces de opiniones. Como Julián, profesor de Educación Física: “El parque te da ganas de hacer actividad física, sobre todo a las personas que trabajan en lugares cerrados que no quieren encerrarse en un gimnasio. Se pueden plantear requisitos de salud, pero si quieren cobrar para inscribirse en un registro, si exigen inscripción en la Afip, hay ‘profes’ que no tienen para eso. En Córdoba hay 10 profesorados de Educación Física, muchísimos egresados y poca salida laboral. Muchos compañeros se dedican a esto, pero en general no cobran más de 300 pesos por persona. No es un gran negocio (…)”.

Otro usuario, Eze Rodríguez, opinó distinto: “Me parece muy bien. ¿Quién sabe realmente si son profesionales los que dan las clases? Lo mismo haría con los gimnasios, que muy pocos piden apto físico y los empleados muchas veces son apenas estudiantes con poco conocimiento. Después pasan las tragedias y decimos que el Estado está ausente”.

Discusión “on line”

Las redes ardieron. Los usuarios opinaron a favor y en contra de la iniciativa.

Carlos Diego Roque. “Quizás con la plata que recauden de lo que les cobrarán de impuestos a los entrenadores personales pongan más luminarias, baños, mayor vegetación”.

Miguel Zárate. “Me parece perfecto. Además deberían regular a los gimnasios que cobran (y mucho) y hacen correr a los chicos a la vuelta de la manzana, sin importarles que hay personas mayores y peatones que tienen el derecho de caminar sin correr riesgo de que las golpeen o las tiren al piso”.

– La Voz del Interior