Promoción: Asunto viejo, debate nuevo

Una discusión con historia, con los mendocinos como eternos rivales del beneficio. Ahora, la Nación dice justo lo mismo que los vecinos dijeron siempre.

Quedará claro a continuación, sobre el terreno de juego, que en territorios nacionales como el nuestro, con desventajas estratégicas y geográficas evidentes, siempre fue mejor cuando existieron beneficios de estímulo promocionales que cuando no los hubo. Aún a pesar de la mano delictiva omnipresente, de galpones vacíos y cupos direccionados, que la justicia nunca pudo ni quiso ver.

Cepas Argentinas llegó a dar empleo a unas 1.000 personas en la producción de su línea de aperitivos y amargos, y cuando se extinguió el cupo levantó campamento. Quedó una coqueta mole sobre Rastreador Calívar, vacía y testigo de años mejores. Y centenares de operarios a los que ya se les extinguió el retiro en remises o maxikioskos.

Monte Verde, la planta de remedios de laboratorios Raffo, puede ser considerada su contracara. También llegó a San Juan atraída por la promoción y hoy da empleo a casi 1.000 trabajadores. Pero hace muchos años que se le extinguió la promoción, por lo que tuvo que arreglársela con los vaivenes del mercado y de la política. Luego ser acusados hace dos años de supuestas maniobras delictivas en la exportación, acaban de inaugurar otra línea de producción.

Lacoste recibió nada menos que a la ex presidenta CFK para celebrar la ampliación de producción, reasignación de cupo industrial incluido. Anduvo bien hasta que se lo permitió el mercado interno, ahora están sin cupo y sin consumo, achicando en consecuencia planteles de trabajadores.

Pepsico pegó en el palo u salió, por fortuna. Fue beneficiaria indirecta de la promoción porque compró una planta que había sido reflotada por medio de la reasignación de ese cupo a la firma Dilexis, que la endosó a la multinacional que ahora armó un desparramo en Florida dejando cesantes a 600 empleados. Es la misma planta que abandonó Sasetru hace décadas y hoy está manos de Tía Maruca, que despacha galletas al mercado interno y en cuyo ADN también está la promoción.

Vicunha, el gigante brasileño que produce telas sobre la ruta 40 también es un caso de ADN de promoción. Como tantas otras, no son empresas que recibieron el beneficio, pero sí que compraron otras que se desarrollaron gracias a la promoción, 3 textiles en este caso que dispusieron de cupos. El resto fue mérito propio: hoy ocupan a más de 500 empleados y están desarrollando el denim para del mercado local. También necesitan de la mano del Estado, en estímulo y en infraestructura, que es el motivo por el que se quedaron.

Itec es otro caso. Hoy en manos del jefe industrial Héctor Méndez, que la compró al fondo buitre de Elliot y que nació como una oportunidad de los Pescarmona cuando consiguieron un cupo de promoción y se decidieron a fabricar mazos de cable en Santa Lucía. Tienen a la promoción en el ADN porque esas plantas se desarrollaron con ese respaldo, hoy extinguido y a lo que el tembladeral del mercado interno –en su caso de las automotrices- están dando el golpe de gracia. Taranto es otro caso parecido.

Sobre este tablero, a que le faltan innumerables piezas pero que apuntalan la certeza inicial, es de donde se dispara la discusión política.

Un debate que es más viejo y que ya computa casi 40 años, cuando el gobierno nacional por entonces dirigido por la dictadura decidió ampliar a San Juan, Catamarca y San Luis los beneficios que entonces disponía solamente La Rioja. Y que acaba de ser reabierto por el jefe de Gabinete Marcos Peña la semana pasada con su negativa tajante a buscar un nuevo sistema que rescate la actividad industrial de los lugares alejados e inhóspitos del país.

Se llamó aquella vez acta de reparación histórica, justa definición para un esquema que admite como punto de partida que no todas las zonas del país tienen las mismas condiciones, que hay desventajas evidentes, diferencias notorias, casi todas en las misma dirección de condenar a las zonas menos desarrolladas. A las que justamente hay que ayudar especialmente.

El gran enemigo que tuvo desde siempre el sistema fue la provincia de Mendoza, que comenzó desde el minuto uno con una feroz ofensiva para abortar como fuera el beneficio, con la argumentación que nunca pudo fundar en datos reales de que una promoción para un vecino significa un automático perjuicio propio.

Es como si hoy San Juan reclamara furiosamente al límite del lobby más cruel contra sus vecinas del Norte porque el Plan Belgrano, creado por la Nación para desarrollar infraestructura en el Norte del país, abarca hasta el límite Sur de la Rioja, es decir justo adonde comienza el territorio sanjuanino.

Aquella ofensiva mendocina incluyó desde escenas de pugilato (entre los entonces legisladores nacionales Gabrielli y Gioja), hasta feroces operaciones políticas montadas sobre la figuración estelar de innumerables dirigentes mendocinos en todos los gobiernos nacionales (Baglini con Alfonsín, Manzano y Dromi con Menem, Genoud con De la Rúa, Cobos con Néstor Kirchner). Siempre demonizando un sistema que dejó evidentes beneficios en San Juan como los citados en esta nota, e incomprobables perjuicios en Mendoza.

Esta vez, nuevamente asoma la variable política en la inapelable definición del jefe de Gabinete Marcos Peña. Mendoza es uno de los puntales políticos de la administración Cambiemos en todo el país, y Cornejo es uno de los gobernadores aliados de mayor peso en el interior.

El tema promoción es de alta sensibilidad en la opinión pública mendocina, al punto que gobernadores y dirigentes son frecuentemente destratados y pasado por el callejón de los naranjos si no consiguen frenar las conquistas de sus vecinos.

No podrá establecerse si Mendoza hizo primar su visión histórica ahora con un gobierno nacional del palo al máximo. Sí, lo que denuncian los hechos: que el discurso histórico de los mendocinos es idéntico al que pronuncia ahora la administración nacional. Que un régimen promocional como éste es innecesario y que hay otras herramientas que también pueden servir para la generación de actividad en los rincones más desfavorecidos del país.

¿Por ejemplo, cuáles? El senador Basualdo, ahora reportando nítidamente en la escudería amarilla, citó los trenes, que la administración Cambiemos se empeña en motorizar. El asunto es que las vías del ferrocarril para las locomotoras que aterrizaron de China llegan solamente hasta Mendoza.

Materia de debate político entonces para esta campaña local. El oficialismo provincial ya hizo saber que se trata de una lucha que no se puede resignar, o en su caso hacerlo a cambio de otro beneficio que aún no aparece. Mauricio Ibarra encara por la misma visión. En Cambiemos, es un tema que ni siquiera interesa tocar. En el medio, nada menos que 15.000 empleos de los buenos, que es lo que creó el sistema en San Juan cuando funcionó.

Por Sebastián Saharrea – Tiempo de San Juan