Podrían anticipar su retiro dos intendentes con mandatos récord

Pereyra y Descalzo, los de más antigüedad en el conurbano, se irían a la Legislatura bonaerense

El intendente de Florencio Varela Julio Pereyra, en el cargo desde 1992. Foto: Archivo / Gentileza

Cuando Julio Pereyra asumió por primera vez como intendente de Florencio Varela, en 1992, Néstor Kirchner acababa de hacerse cargo de la gobernación de Santa Cruz y, en la pantalla de Telefé, Carlos Calvo y Pablo Rago brillaban con Amigos son los amigos.

Tres años después, mientras en las radios empezaba a sonar Aquí no podemos hacerlo, el hit de Los Rodríguez, y Carlos Menem era reelegido como presidente con el 51,8 por ciento, Alberto Descalzo debutaba como intendente de Ituzaingó.

Con mandato hasta diciembre de 2019, los dos jefes comunales récord del Gran Buenos Aires podrían anticipar su retiro. Los nombres de Pereyra, con 25 años en el municipio, y Descalzo, con 22, se mencionan con insistencia para las listas provinciales de Unidad Ciudadana, el frente electoral de Cristina Kirchner.

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Pereyra sería candidato a diputado provincial por la tercera sección de la provincia de Buenos Aires. Descalzo iría en la lista para el Senado bonaerense, por la primera sección. Eso cuentan en el campamento kirchnerista, aunque enseguida aclaran que todo terminará de definirse hoy.

Si los dos se mudaran a la Legislatura, en diciembre el récord de permanencia pasaría a Alejandro Granados, intendente de Ezeiza desde 1995, aunque con un período de licencia en el que ejerció como ministro de Seguridad de Daniel Scioli. El segundo lugar quedaría para un radical, Gustavo Posse, de San Isidro, en el cargo desde 1999.

«No hay nada confirmado», se limitan a decir cerca de Pereyra y Descalzo. El primero llegó a la intendencia en mayo de 1992, en reemplazo de Julio Carpinetti, convocado para integrar la gestión del entonces gobernador Eduardo Duhalde. Durante los doce años de kirchnerismo ejerció como presifente de la Federación Argentina de Municipios (FAM). Descalzo ocupó la presidencia de ese organismo en la provincia de Buenos Aires.

Pese a que la Legislatura bonaerense sancionó el año pasado una ley que limita las reelecciones ilimitadas para los intendentes de la provincia, todos los jefes comunales en ejercicio quedaron habilitados para buscar una única reelección en 2019. Es decir, si quisieran, Pereyra y Descalzo podrían intentar quedarse hasta 2023.

Sin embargo, los dos parecen entender, cuentan dirigentes del armado kirchnerista, que les conviene anticipar el retiro para asegurar una transición ordenada.

Si dejaran sus cargos en diciembre, asumirían en su reemplazo los concejales que los acompañaron como primeros candidatos en las elecciones de 2015. En Florencio Varela, ese lugar lo ocupó el actual secretario de gobierno de la municipalidad, Andrés Watson. En Ituzaingó, el hijo del intendente, Pablo Descalzo.

Las eventuales estrategias de sucesión son diferentes en cada caso. Descalzo pretende que su hijo continúe su obra, como Posse, en San Isidro, y Patricio Mussi, en Berazategui.

En Florencio Varela, en cambio, Pereyra parece no querer manejar con mano de hierro. Una muestra de eso es que está casi decidido que en ese municipio habrá competencia interna en las PASO.

Esa disputa es una excepción, dado que los armadores de UC dispusieron que no habrá enfrentamiento interno en los municipios gobernados por intendentes propios.

Gabriel Sued – LA NACION