Creció la cantidad de puesteros en la provincia. La actividad ilegal registra ventas anuales cercanas a los $ 71.500 millones, según un informe de una cámara.
Los puestos informales no sólo venden mercaderías usadas, sino también confeccionadas en talleres textiles clandestinos, denuncian los empresarios.
La baja en la actividad económica obligó a que los puesteros busquen nuevos puntos de venta para mitigar sus efectos. En los últimos meses, muchos de ellos tuvieron que abandonar las grandes ciudades para radicarse en otras zonas, donde haya menos controles y más probabilidades de mejorar el negocio. Eso se desprende del último relevamiento efectuado por la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) en todo el país.
Según ese reporte, en mayo se detectaron 86.728 puestos irregulares entre saladitas y manteros en la vía pública en 465 ciudades relevadas, con ventas en el mes por $ 5.958 millones, que a precios actuales equivaldrían a $ 71.500 millones anuales.
La suma no sólo significa un enorme perjuicio para el comercio formal, sino también para las arcas del Estado, que sólo por IVA, se pierde de recaudar casi $15.015 millones al año. A eso hay que agregarle el resto de los impuestos nacionales y locales que paga cualquier comercio, indica la entidad nacional.
“Se encontraron en total 662 saladitas en 110 localidades, 6 más que en la última medición (agosto 2016), mientras que la cantidad de vendedores informales (manteros y en saladitas) cayó 2,3 % en ese período”, indica el diagnóstico. Pero con un movimiento particular: por el incremento de los alquileres de las tiendas en ferias y los mayores controles en la vía pública, en las ciudades que tienen esos formatos de venta, muchos puesteros se desplazaron a lugares donde había menos presencia de comercio antirreglamentario.
Además, la confederación empresaria aclara que algunas saladitas se formalizaron.
Pese a ese movimiento del comercio ilegal en menos de un año, San Miguel de Tucumán ha mostrado un incremento en la cantidad de puestos: de los 1.620 registrados en agosto del año pasado se incrementó a 1.947 puesteros. Esa variación ha significado el ascenso del décimo al octavo lugar entre las ciudades argentinas con mayor cantidad de saladitas, de acuerdo con el relevamiento de CAME.
En la comparación, la confederación detectó que hay tres saladitas más que el año pasado en la capital provincial.
La Ciudad Autónoma de Buenos Aires, el partido bonaerense de Lomas de Zamora, San Salvador de Jujuy, La Matanza, La Plata y Florencio Varela fueron en mayo las seis localidades del país con mayor cantidad de vendedores ilegales. Pero si en agosto pasado, en esas seis ciudades, estaba concentrado la mitad de los puestos clandestinos relevados, en mayo ahí se agrupó el 38,3%, reflejando así la mayor dispersión de esos mercaderes por el país en la búsqueda de mejores oportunidades, advierte el informe.
Desplazamientos
Las autoridades municipales, provinciales y la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) de diversas ciudades comenzaron a incrementar los controles, eso derivó en el desplazamiento del comercio informal en algunos casos y en su regularización en otros.
En mayo último, según CAME, el 74,4% de las localidades relevadas señalaron que las supervisiones que se aplican en el municipio son “insuficientes o muy insuficientes”, reduciéndose en 5% el número de ciudades que responden de esa forma. De todos modos, la percepción de que no hay inspecciones es todavía muy alta. “Esto ocurre tanto en las urbes con saladitas como en aquellas que no tienen ese formato de comercio, pero donde la modalidad de comercio irregular como manteros, vendedores ambulantes, venta domiciliaria o por redes sociales, viene creciendo”, puntualiza el reporte.
Solo el 25,6% de las ciudades sondeadas sostienen que los controles que se aplican son “suficientes o satisfactorios”, generando condiciones de mercado más transparentes y saludables.
– LA GACETA