La planta de biocombustibles que podría achicar el problema de la basura

En Huinca Renancó están a punto de poner en marcha una usina de energía renovable a base de sorgo y de desechos domiciliarios. Podría procesar la basura orgánica de todo el sur cordobés. Una alternativa al enterramiento.

¿Podría una planta que genere energía con biogás consumir la basura orgánica de un tercio de la provincia? Podría, si se alinean algunos planetas. Un proyecto está avanzado, aunque no culminado. Y si se suman la voluntad política para apostar a las energías renovables y la logística para estructurar los fletes, podría reducir a la mitad el volumen de la basura domiciliaria cuyo destino final sigue siendo un problema complejo de resolver.

En Huinca Renancó –allá abajo en el mapa cordobés, muy cerca de La Pampa–, creen ahora que, al fin, la planta de biogás será una realidad próxima. La usina se alimentará de sorgo y de los residuos que genere esa zona. Por ahora, los desechos se prevén como una parte menor del combustible necesario, porque los 10 mil habitantes de Huinca Renancó y otros tantos de la zona no generan el suficiente stock .

Pero si hubiera un esquema que permitiese trasladar los residuos orgánicos (restos de comidas, jardinería y podas) de todo el sur cordobés, la ecuación sería otra. Sobre todo, en lo ambiental.

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Desde hace años, la Cooperativa Eléctrica de Huinca Renancó se embarcó en un proyecto de generación de energía renovable. Tuvo tantos avances como paradas. La planta original resultó muy chica para que cierren los números: le faltaba volumen. Para acrecentarlo, lo que faltaba era capital. Apareció entonces la federación nacional de cooperativas agropecuarias Fecofé, que se transformó en socio principal del proyecto.
“Ya tenemos firmado el acuerdo con Cammesa para vender la energía al sistema nacional. Falta que se cierre lo de un crédito, por 7,5 millones de dólares, ya preacordado con el Banco Nación, para ampliar la planta y asegurar la generación de 1,6 megavatios, que es lo comprometido para entrar en el plan de energías renovables que diagramó el Gobierno nacional”, apuntó Juan Rivotta, gerente de la cooperativa de Huinca Renancó.

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10 millones de dólares
La planta había sido iniciada en 2013 con un subsidio de la Nación. Pero el reducido tamaño complicaba sus chances. En 2016, apareció la posibilidad de entrar en el plan de compra de energía renovable de la Nación. Pero en la primera licitación no resultó adjudicada. En la segunda, la planta de Huinca Bio quedó adentro, mientras pueda ampliar su usina, para lo que depende de ese crédito.

“Ya firmamos el contrato por el que nos pagarían 160 dólares el mega. Con ese número ya cierra el esquema”, definió Rivotta. “Si sale el crédito, en 180 días debería ponerse en marcha”, acotó.

En el país hay varias plantas 
de generación de biogás, pero ninguna que utilice residuos domiciliarios.

Uno de los equipos ya instalados es una máquina italiana que separa los desechos urbanos entre los aptos para generar energía y los que no. También están listos un biodigestor y dos motores que suman apenas 0,12 megavatios de generación. Esa capacidad deberá ser multiplicada para hacerla sustentable en lo económico: con el crédito instalarían un biodigestor mayor y tres motores de 0,50 megavatios.

El combustible

“El grueso de la generación se haría con sorgo. Necesitaríamos lo que producen unas mil hectáreas, todo el año. La basura domiciliaria tendría una proporción menor, pero porque no hay más disponible en la zona”, acotó 
Rivotta.

En Huinca Renancó funciona, con dificultades, un vertedero regional que concentra (separa y entierra) los residuos de una decena de pueblos del departamento General Roca.

En principio, se utilizaría ese volumen como parte del combustible. “Pero si se lograra hacer un sistema que hiciera llegar residuos desde muchos otros lugares de Córdoba, el volumen para usar podría ser muy superior”, marcó Rivotta. El dilema, en ese caso, sería el costo del flete para enviar los residuos orgánicos.

También la planta podrá sumar desechos de establecimientos agropecuarios cercanos (por ejemplo, lácteas y criaderos de cerdos o de pollos).

Rivotta calculó que la energía generada equivaldría a la demanda de una ciudad de unos 10 mil habitantes, como Huinca Renancó. Al iniciar el proyecto, la cooperativa lo imaginó a menor escala y para generar energía que alcanzara a abastecer el alumbrado de su ciudad. No cerraba la ecuación y la planta nunca se puso en marcha. Ahora, con un proyecto mucho mayor, la apuesta es vender energía limpia al sistema interconectado nacional.

Energía para unos 10 mil habitantes. Sería la primera planta de biogás que funcione a base de sorgo y de residuos domiciliarios del país. Uno de los desafíos es generar un esquema de transporte que permita llevar hasta la planta los desechos orgánicos de todo el sur de Córdoba: restos de poda, de fruta y verdura, y de comida.

Por Fernando Colautti – La Voz del Interior