Transformación digital: el “tsunami” que trae la cuarta revolución industrial

La tecnología está modificando las estructuras de la economía global y rompiendo los moldes de las organizaciones tradicionales. ¿Qué sucederá con las empresas que no asuman que deben subirse a la ola?. El “Darwinismo digital” y el desafío de la educación.

Un principio básico del surf es que cuando la ola viene hay que «atacarla». Si el surfista se queda sobre su tabla, el agua lo golpea y cae. Tomado como una metáfora, lo mismo les ocurrirá, inexorablemente, a las empresas que no asuman que deben subirse al «tsunami» de la transformación digital, que ya es irreversible, está mutando a todas las industrias, y según especialistas lo hará aún más profundamente en los próximos 5 años.

Algunos casos ya materializados son Airbnb, líder en el sector del turismo sin contar con una sola habitación de hotel, o Uber, que más allá de sus problemas legales logró irrumpir en el transporte público. Pero el fenómeno va más allá y tiene cada vez más peso en las industrias tradicionales. Ejemplo de esto son el arribo de los bancos digitales, la atención al cliente mediante inteligencia artificial, el uso de realidad aumentada para mejorar la productividad de operarios, robots automotizados para hacer tareas de distribución o cuidar a personas enfermas, o aplicaciones para el armado de rutinas deportivas, entre otros. Incluso, en una rama tan «humana» como la del derecho, ya hay tecnología que realiza búsqueda de jurisprudencia en muchísimo tiempo menos que un profesional, y hasta para efectuar contratos inteligentes.

Un dato que refleja cabalmente esta nueva era de la economía global es que 4 de las 5 marcas de mayor valor son tecnológicas. Según la revista Forbes en la cima del ranking está Apple (u$s154.000 M), seguida de Google (u$s82.000 M), Microsoft (u$s75.000 M), y en quinto lugar Facebook (u$s52.600 M). Un poco más atrás están IBM (u$s41.400 M), Samsung (u$s36.000 M), Amazon (u$s32.000 M), Cisco (u$s28.400 M), Oracle (u$s28.000 M), e Intel (u$s27.700 M). Por su parte, el fabricante de autos Tesla ya superó a la emblemática Ford. «Apple no vale por el iPhone, sino por su capacidad de desarrollo», dijo al respecto Carlos Palotti, subsecretario de Servicios Tecnológicos y Productivos del Ministerio de Producción de la Nación.

«Estamos ante un proceso de transformación digital impresionante. Cambios de modelos y en las empresas», comentó Daniel Laco, de la comisión de RR.HH. y Educación de la Cámara de la Industria Argentina del Software (CESSI), durante un evento organizado por esa institución donde se analizó este fenómeno y su impacto en el presente y futuro del empleo. Durante su exposición detalló que en 15 años entre un 30% y 39% de las tareas laborales estarán automotizadas.

Los especialistas coinciden en que «la cuarta revolución industrial ya empezó» y que la actualidad es apenas «la punta del iceberg» de lo que será un cambio radical en el mundo. Se pueden identificar tres impactos: hay sustitución de puestos de trabajo, pero también se están creando otros vinculados al software; existe una complementariedad entre la tecnología y las personas, por lo que hay que adaptarse; y el conocimiento está avanzando más rápido en el mercado que en la educación.

Ese último punto fue abordado por varios de los expositores. Por caso, Laco señaló que el 65% de los niños que hoy están en la escuela primaria trabajarán en algo que aún no existe. «El sistema educativo no está dando respuestas a los jóvenes», analizó a su turno Javier Tarulla, subsecretario de Carrera Docente y Formación Técnica Profesional del Ministerio de Educación de la Ciudad. En tanto, el ministro de Ciencia y Tecnología, Lino Barañao, remarcó que se deben analizar qué contenidos incluir en el sistema educativo porque «hay un mercado laboral creciente en áreas que antes no existían». «Encontrar preguntas sin solución debería ser el objetivo de la educación, y eso no está ocurriendo», insistió.

«No estamos viviendo una época de cambios, sino un cambio de época. Un cambio donde tecnología y capacidades humanas se tienen que dar la mano, para poder luchar contra el avance exponencial de esa tecnología que va a provocar una transformación del empleo que si no hacemos el trabajo adecuado puede provocar grandes crisis», sintetizó el presidente de CESSI, Aníbal Carmona, quien destacó que en el industria del software en la

Argentina se espera que este año se creen 13.000 puestos de trabajo.

Una reflexión «Ray» Wang, fundador y gurú digital de Constellation Research, basada en Silicon Valley, resume lo que vendrá: «El Darwinismo digital no es bueno con aquellos que esperan».

Matías Ortega – Ámbito