Jorge Vasconcelos, vicepresidente del Instituto de Estudios sobre la Realidad Argentina y Latinoamericana (Ieral), adelantó que este año la inflación se va a ubicar en torno al 19%, con un crecimiento del 2,8%, al tiempo que resaltó que es necesario que se trabaje en una reconversión de los sectores productivos regionales.
En diálogo con “Río Negro”, el economista del Ieral, entidad perteneciente a la Fundación Mediterránea, puntualizó que “los sectores frutícolas se vieron perjudicados por la etapa del cepo cambiario y ahora con una coyuntura complicada, es difícil encarar una necesaria reconversión”.
PREGUNTA- ¿Qué evaluación hace de la actividad económica del comienzo de este año?
RESPUESTA- Hay datos mixtos muy claros. Existe una salida de la recesión, a nivel agregado de la economía, pese a que sectores muy importantes, como la industria en general o un buen número de economías regionales, todavía siguen con signos negativos a lo largo del primer trimestre de este año. Es decir, la fuerza de la agroindustria, del empuje de la obra pública, y más recientemente de una cierta desaceleración de la inflación explican la salida de la recesión, pese a que los otros sectores siguen en terreno negativo en el primer trimestre.
P- ¿Cómo sigue todo?
R- Me parece que el arranque del segundo trimestre está pasando algo muy interesante y es que ha mejorado mucho la confianza del consumidor.
P- ¿A qué se debe ?
R- Probablemente esto tenga que ver con el fenómeno de los salarios que recuperan parte del terreno perdido frente a la inflación y también con la forma en que el Gobierno ha ido resolviendo los conflictos en los últimos meses.
P- Algunos analistas estimaban que la recuperación, a esta altura, iba a ser más rápida y más intensa…
R- La recuperación tiene mucho lastre. No es tan fácil que se pueda hacer a un ritmo tan veloz. Primero porque en realidad la caída de la recesión tampoco fue tan profunda, pese a que mucha gente sufrió intensamente. Pero estadísticamente y comparando con otras recesiones que atravesó la Argentina en los últimos 30 años, esta no fue tan profunda, por ende, el rebote tampoco va a ser con una curva tan inclinada hacia arriba.
P- ¿Y el factor externo?
R- Influye mucho que el contexto internacional ya que ha sido poco favorable para la Argentina. Nuestros socios han estado creciendo muy poco, incluso algunos con recesión, como es el caso de Brasil. La salida de esta recesión es original, no es comparable con otras situaciones anteriores porque ahora el Gobierno eligió el tipo de cambio flotante. Por ende, no sube el dólar para estabilizar la inflación, sino que sube la tasa de interés y al utilizar esto hace que el nivel de recuperación sea más lento. Por otro lado, están los temas específicos es que la industria no estaba en condiciones de salir en forma con fuerza, después de un período de casi cinco años de vigencia de los cepos, lo que generó una enorme pérdida de competitividad.
P- ¿Cómo se sale?
R- La industria se desconectó mucho de las cadenas globales de valor. Entonces, su proceso de la salida de la recesión es más complejo, agravado por el tema de la tasa de interés que recién mencionaba.
P- ¿Qué está pasando con las economías regionales?
R- Lo que se ve es que la mejora que se han obtenido algunos sectores en esta etapa poscepo ha sido mucho más acotada, más limitada, que la mejora que benefició a los granos como el maíz, el trigo, o la carne, productos más típicos de la zona pampeana. Además, a las economías regionales la caben los problemas que generó el cepo cambiario. Todos los procesos de reconversión que eran necesarios estuvieron postergados.
P- Dentro de esa situación, ¿cómo observa a los productores frutícolas del valle de Río Negro y Neuquén?
R- Precisamente, la fruticultura de la zona del Comahue, necesitaba un proceso de inversión con reconversión para ir a variedades que tienen más demanda y productividad. Pero para que ese proceso tuviera lugar hacía falta condiciones distintas a las que existieron durante los cinco años del cepo. Ahora que el tipo de cambio es libre y no hay impuesto a las exportaciones aparecen estos problemas más estructurales que pesan sobre la coyuntura actual. Ese es el mismo problema que tienen por ejemplo la economía del NEA, con el té y la yerba, y también en ciertas regiones del NOA con la caña de azúcar, o el caso del oeste del país con la olivicultura.
P- ¿Qué aconseja para estos sectores?
R- El tema de las economías regionales es que a una coyuntura difícil se suma una necesidad de reconversión para ponerse a tono con las nuevas demandas de la economía mundial, algo que no es un proceso sencillo ni rápido para el cual en este momento no existen demasiados instrumentos, ni del orden nacional, ni del orden provincial.
P- ¿No debería trabajarse ya en una baja de costos, desde el punto de vista fiscal, logístico y hasta desde el punto de vista de la rigidez de las normas laborales?
R- Sí, claramente las economías regionales tienen los mismos problemas que se observaban diez años atrás, pero ahora tiene una presión impositiva mucho mayor y una logística mucho peor. Hay problemas que se han agravado.
P- ¿La inflación sigue estando en un nivel muy elevado?
R- En abril estimamos que va a estar en el orden del 2%, pero hay que observar que en términos interanuales, vamos a estar en un 28%, contra abril del año pasado.
P- Por último, ¿cuánto estiman la inflación y la proyección de crecimiento para este año?
R- Nosotros seguimos manteniendo la meta de inflación del 19%, muy cerca de la proyección máxima del 17% del Banco Central y un crecimiento del PBI del orden del 2,8%.
Puntos clave
para la fruticultura
Además, a las economías regionales les caben los problemas que generó el cepo cambiario.
Todos los procesos de reconversión que eran necesarios estuvieron postergados.
La zona del Comahue necesitaba un proceso de inversión para ir a variedades que tienen más demanda y productividad.
FERNANDO NOLÉ – Diario Río Negro