Una marca ciudad no es un logo ni un eslogan. Es mucho más que eso. Toda ciudad es una marca. Algunas desconocidas, otras famosas como Nueva York, Los Ángeles o Tokio.
Las ciudades compiten por atraer a turistas e inversores, y por más influencia política y económica. Sin una estrategia de construcción de marca ciudad, todos son esfuerzos sin coordinación.
Una marca ciudad no es un logo ni un eslogan. Es mucho más que eso. Toda ciudad es una marca. Algunas desconocidas, otras famosas como Nueva York, Los Ángeles o Tokio.
Es una estrategia de gestión de imagen y una política pública con gestión privada o mixta que busca diferenciar esa ciudad remarcando lo positivo, tanto hacia afuera como hacia adentro.
La marca ciudad busca el posicionamiento del lugar, potenciar sus características y diferenciarse del resto. Villa General Belgrano es una demostración de que el concepto de marca ciudad es válido en Argentina. También lo que hizo Tandil es muy interesante, o Villa La Angostura.
Activo estratégico
Si un municipio construye su marca ciudad, está generando un activo estratégico que luego es muy difícil de erosionar e implica una ventaja competitiva. Villa General Belgrano, con su marca, tiene un activo diferencial.
¿Qué tiene una ciudad para que tenga una marca? Pueden ser muchos elementos: infraestructura, educación, calidad de vida, historia, espacios públicos, íconos y actividades culturales. El británico Simon Anholt, uno de los mayores expertos en este tema, enumera: potencial, pulso, presencia, lugar, historia y gente.
Las etapas de creación son diagnóstico, análisis de grupos de interés, determinar la visión y el objetivo. Lo esencial es tener o generar un elemento diferenciador. Y luego comunicarlo.
Para cada ciudad, ese elemento es particular. Para Las Vegas es el juego; para Villa General Belgrano su relación con Alemania; para Río de Janeiro, las playas y la diversión. ¿Cuál sería el elemento diferenciador de Córdoba?
Puedo ser la mejor ciudad del mundo, pero si nadie me conoce, de nada sirve.
* Magíster y docente de la UNC
Por Gustavo Scarpetta * – La Voz del Interior