Después de meses de caída, repuntó casi un punto y medio. La radicalización de la oposición tuvo un impacto positivo para Cambiemos.
Apenas unas horas después de la multitudinaria marcha del 1 de abril, en el Gobierno se animaban a asegurar que se trataba de un acontecimiento que iba a marcar un cambio en la dinámica de la gestión. «Esto es un antes y un después», repetía, sin ahorrar euforia, un estrecho colaborador del Presidente, que hasta allí había transitado los primeros meses del año a puro golpe de la oposición y en vísperas del paro del jueves 6. Dos semanas más tarde, tras endurecer su postura ante las protestas y jugar a fondo en la disputa que en la Provincia de Buenos Aires encabeza la gobernadora María Eugenia Vidal con los gremios docentes, a Mauricio Macri le sonríen los números de las encuestas por primera vez en mucho tiempo: su imagen y el nivel de aprobación de la gestión de su gobierno parecen estar recuperándose.
El dato surge de una encuesta de Management & Fit, que consultó telefónicamente entre el 7 y el 11 de abril a 2 mil personas de entre 16 y 70 años en Capital Federal, el Gran Buenos Aires, Córdoba y Santa Fe.
Después de meses en caída libre, el Presidente logró repuntar casi un punto y medio en la aprobación de su gestión: de un 40,2 % obtenido en el sondeo de marzo, realizado por la misma consultora, a un actual 41,6% que, si bien lo muestra lejos de su mayor nivel -marzo de 2016, con su asunción bien cercana- lo deja con buenas expectativas de cara a la campaña. De todos modos, todavía no logró recuperar y superar el nivel de desaprobación de gestión, que descendió levemente pero sigue siendo más alto: pasó de 44,2 % en marzo al actual 43,9 por ciento.
Según el muestreo realizado por la consultora que dirige Mariel Fornoni, la imagen positiva individual de Macri también muestra signos de recuperación: trepó de 37,2% a 38,1%. Aunque la percepción negativa pasó de 35,4 a 36 puntos.
Tal como publicó Clarín días atrás, en el Gobierno ya habían recibido buenas señales la primera semana de abril: encuestas pedidas por el jefe de Gabinete Marcos Peña, para uso interno de su equipo, daban cuenta que la imagen del Presidente se había recuperado y que su imagen negativa había caído drásticamente, luego de la marcha del 24 de marzo por el Día de la Memoria, donde se advirtieron consignas que volvieron a reclamar que no finalice su mandato. Síntoma de que, cuanto más se radicaliza la oposición, más crece el Gobierno.
Abona también esta teoría un condimento que, según los encuestadores, suele repercutir en el nivel de aprobación de una gestión: las expectativas económicas. En este mismo sondeo, se advierte que la gente es más pesimista respecto a cómo será su situación y la del país en los próximos meses (ver aparte). Por eso queda claro que el condimento político es el que tiene más peso hoy.
La encuesta también dejó otra curiosidad: la gente hace responsable de la grieta en mayor medida al gobierno kirchnerista que al de Macri: para el 35 % lo señala como el culpable «de la confrontación política entre los argentinos», frente a un 28% que la atribuye a Cambiemos.
Aunque siempre su imagen se mantuvo alta, volvió a crecer la aprobación de la gestión de Vidal -medio punto, a 47,6%- pero en sintonía con el reclamo más opositor de varios intendentes parece aumentar el grupo de quienes desaprueban su conducción: de 40,6 a 41,7%. El otro gran socio de Cambiemos, el jefe de Gobierno porteño Horacio Rodríguez Larreta, sufrió luego de un mes en el que la Ciudad de Buenos Aires estuvo virtualmente sitiada por los cortes y piquetes. Aún con niveles muy altos, su nivel de aprobación de gestión cayó de 49,6 a 49,2%, mientras que subió un punto el nivel de desaprobación 39,1 a 40,1%.
De cara a la campaña, Macri consolida su voto -el 72,8% que lo eligió para Presidente dice que lo volvería a votar- en un escenario dividido en tercios: el 35,4% dice que acompañaría con su voto al Gobierno, un 39,2% que quiere votar a la oposición y un 25% que se mantienen indecisos.
Casi la mitad es pesimista sobre la recuperación de la economía
No todas son buenas noticias para el Gobierno. Mientras la imagen presidencial se recupera, las expectativas económicas caen. Según el mismo estudio de Management & Fit, el 49% de los encuestados considera que la situación económica empeorará en los próximos meses. El 32%, en tanto, estima que será mejor.
Las expectativas personales, por su parte, no son mejores. El 42,4% prevé que su economía personal estará peor o mucho peor en el futuro cercano, mientras que un 28,8% se mantiene optimista.
Los más pesimistas son los que pertenecen a los sectores con un nivel educativo alto, un segmento que suele mirar con más simpatía al oficialismo. Los sectores con menos acceso a la educación creen que estarán mejor.
Si la segmentación es por sexo, las mujeres creen en su mayoría que su economía personal estará igual. Las proporciones se repiten cuando la visión es sobre el país. El segmento de mayor edad es el más optimista en cuanto al futuro económico del país. Hay un alto índice de encuestados (31,2%) que considera que la situación del país mejorará, pero que la economía personal se mantendrá igual.
El pesimismo sobre la suerte de la economía en general crece de manera constante desde noviembre de 2016. Desde entonces avanzó un 8%, a contramano de la perspectiva oficial, que con datos duros ya habla de recuperación económica. Paradójicamente, el segmento de quienes creen que la economía del país mejorará, creció 5 puntos desde enero. Cada vez son menos los que opinan que la economía seguirá igual. Ese segmento, que en agosto de 2015 era del 36%, hoy está en 13%. En el último mes cayó 5 puntos
– Clarín