Poco feliz fue la descripción de su distrito que hizo el intendente de Hipólito Yrigoyen, Jorge Cortés, que pertenece al kirchnerismo. Dijo: «Vemos que la gente cada día más marca la diferencia. La gente de campo, con la 4×4, mirándonos un poco más allá, arriba, y los comerciantes, las pequeñas pymes, los docentes, sufriendo cada día más».
No cierra
La máxima de que el campo no puede parar más allá de cualquier inclemencia quedó nuevamente reflejada anteayer, justo el mismo día de la medida de fuerza de la CGT. Ese día, en Elordi, en el partido bonaerense de General Villegas, desbordados por el agua y con campos sin pasto, varios productores estaban trabajando para arrear la hacienda a lugares más secos. Al respecto, Héctor Quiroga, un productor integrante de la Sociedad Rural de General Villegas, describió la dura aventura que tuvo que hacer un vecino de la zona, que durante 12 kilómetros debió pasar con 600 animales entre el agua para llevarlos hasta otro lugar.
Mar de fondo
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El paro de la CGT dejó mar de fondo en el campo. Antes de la medida de fuerza, según confían en el sector de las pymes lácteas, supuestos integrantes del gremio Atilra, movilizados en un VW Bora polarizado, estuvieron recorriendo Ranchos y Marcos Paz, entre otras localidades, con el expreso mandado de advertir a los trabajadores que debían plegarse al paro. Buscaban cerrar filas en el frente interno con palabras no muy diplomáticas. Tampoco habrían sido muy diplomáticos sindicalistas de la zona de Armstrong y Las Parejas, Santa Fe, que en audios enviados a los empleados de fabricas de maquinaria agrícola los intimaron a no trabajar .
– LA NACION