Monumentos históricos nacionales: no todos están en buen estado ni abiertos al público

Capilla de Tegua. Está en el departamento Río Cuarto. Permanece en estado de abandono desde hace décadas, con serio riesgo de derrumbe y sin apertura al público. (Gentileza David Ress)

Son 19 los inmuebles del interior cordobés con la máxima declaración patrimonial. Algunos se mantienen bien y otros presentan deterioros. Uno de ellos, en realidad, no existe.

En el interior de Córdoba, hay 19 monumentos históricos nacionales. Se trata de edificios o instalaciones inmuebles que por su relevancia para el pasado o su valor arquitectónico y cultural han merecido la más alta consideración legal para asegurar su conservación hacia el futuro. En la ciudad de Córdoba, hay otros 21 con esa calificación.

Pero que exista una ley nacional que les reconoce ese estatus no implica que realmente se les garantice el mínimo mantenimiento para su preservación. El relevamiento de La Voz entre los 19 del interior de Córdoba permite comprobar que hay varios en estado de deterioro e incluso alguno se encuentra en riesgo de perderse como patrimonio histórico.

Para que un inmueble sea decla­rado monumento histórico na­cio­nal, debe existir una ley del Congreso que lo incorpore al listado oficial de la Comisión Nacional de Monumentos, que depende del Ministerio de Cultura de la Nación. La lista abre interrogantes acerca de si todos los casos están justificados y sobre si otros que no están debieran ser incorporados.

Aquí están, estos son los 19 del interior cordobés. Además de describirlos, se consigna el año en que se sumaron a ese listado y su califica su estado como deficiente, regular o bueno. También se aclara, en cada caso, si se encuentran abiertos y disponibles para que el público los visite.
Estancia Jesuítica de Alta Gracia

Desde 1941. En el lugar funciona el Museo Nacional Estancia Jesuítica de Alta Gracia y Casa del Virrey Liniers, con instalaciones cuidadas y buena afluencia de público, abierto todo el año.

La iglesia ha sido remodelada recien­temente, no sin polémicas. Entre 1642 y 1767, los jesuitas levantaron la iglesia, la residencia, el obraje, el mirador, el molino y el tajamar. En 1773 fue vendida. Tuvo sucesivos propietarios, entre ellos Santiago de Liniers, hasta que el último, José Manuel Solares, dispuso a su muerte, en 1868, el parcelamiento de la estancia. A partir de esto, nació la villa de Alta Gracia.

Estancia Jesuítica de La Candelaria

Desde 1941. La iglesia y lo que que­dó de la estancia están en acep­table estado. Se ubica en una zona rural del departamento Cruz del Eje, a la que sólo se llega por un largo tramo de tierra bien mantenido. Está abierta al público para visitas.

Fue la más extensa de las estancias jesuíticas. Fue erigida hace más de 300 años. La iglesia, cuya silueta se destaca del resto del conjunto, tiene grandes muros de piedra con un altar que conserva parte de la decoración original, así como varias tallas en madera de relevancia histórica.

Estancia Jesuítica de La Candelaria.

Estancia Jesuítica de La Candelaria.
Estancia Jesuítica de Caroya

Desde 1941. En buen estado de conservación y con acceso abierto a visitantes. En 1618, la Compañía de Jesús adquirió la propiedad. Tras la salida de los jesuitas, en 1814 se instaló la primera fábrica de armas blancas de Argentina. Belgrano, San Martín y Rondeau la utilizaron como posta. En 1878, fue loteada para instalar una colonia de inmigrantes friulanos (hoy Colonia Caroya). La casona mantiene sus características arquitectónicas originales.

Estancia Jesuítica de Jesús María

Desde 1941. Su estado general es bueno y tiene numerosos servicios que contribuyen a una buena visita. Actualmente, funciona el Museo Jesuítico Nacional. En 1618, los jesuitas compraron las tierras y levantaron la iglesia, la residencia, el claustro, el cementerio, los talleres, las bodegas y los depósitos. Las galerías con arcadas de medio punto tienen gran valor arquitectónico.

Estancia Jesuítica de Santa Catalina

Desde 1941. En aceptable estado. Abierto al público todo el año. Se accede desde Ascochinga o desde Jesús María: conviene consultar qué camino está mejor según la época.

Contaba con talleres, viviendas, noviciado, cementerio, un tajamar construido en 1656 y la iglesia, levantada entre 1754 y 1760. En 1774, expulsados los jesuitas, se le vendió la estancia a Francisco Antonio Díaz. Hoy pertenece a su larga descendencia: es una propiedad privada. En el templo conviven volúmenes típicos de la arquitectura castellana y las líneas del barroco bávaro, representado en la magnífica fachada.

Estancia Jesuítica de Santa Catalina.

Estancia Jesuítica de Santa Catalina.
Capilla de Candonga (Punilla)

Desde 1941. Se mantiene en aceptable estado. Abierta al público todo el año. Se llega por un camino serrano de tierra, no siempre en buenas condiciones.

La construcción se remonta a 1730. De armoniosa arquitectura, se destaca por su techo abovedado, que forma un arco cobijo apoyado en dos contrafuertes, ejemplo único entre las capillas coloniales argentinas.

En su austero y sencillo interior se destaca una antigua imagen de la Virgen del Rosario. Es notable la integración y la armonía de la capilla con el paisaje serrano, de majestuosa belleza y serenidad

Posta de Sinsacate

Desde 1941. En aceptable estado, depende del Museo Jesuítico de Jesús María y está abierta a visitas todo el año, con guías. Del circuito de postas del Camino Real es la más significativa y la que presenta mejor estado de conservación.

Juan Francisco Figueroa construyó casa, molino y barraca, plantó una huerta y ofreció el servicio de posta: tenía caballos, mulas, bueyes y carretas. Se convirtió en un centro de comercio y de comunicaciones en la época colonial, en el camino de Córdoba al Alto Perú. Por la posta pasaron personajes históricos como Manuel Belgrano y Juan Lavalle. A pocos kilómetros, en Barranca Yaco, fue asesinado Facundo Quiroga, cuyos restos fueron velados en esta posta. Es sede de un Museo Rural.

Restos del molino de Deza, en Jesús María

Desde 1963. Inexistente. Nadie se explica por qué sigue figurando como tal, habiendo documentos que determinaron que donde se supone que hubo un molino del encomendero español Pedro de Deza, a quien se entregó Jesús María en merced, en realidad hay ruinas que corresponden a la posterior época jesuítica, y no española. También se situó el molino original en una ubicación diferente a la que se creyó durante décadas. El sitio del falso histórico no es accesible al público ni se puede visitar.

Casa natal de Leopoldo Lugones, en Río Seco

Desde 1957. En buenas condiciones, y como museo, abierto a visitantes todo el año.

Leopoldo Lugones nació el 13 de junio de 1874 en la casa de su abuela materna, en el casco urbano de Villa María del Río Seco. Se trata de una típica casa entre medianeras, de fachada simple, a la que se accede a través de un zaguán. En el patio, se conservan el pozo de agua y un antiguo algarrobo.

Casa natal de Leopoldo Lugones.

Casa natal de Leopoldo Lugones.
Capilla de Pilar

Desde 1969. Está en buen estado de conservación y abierta a los visitantes.

A orillas del río Segundo, en la ciudad de Pilar, fue erigida entre 1698 y 1711. Allí, en 1819, el general Manuel Belgrano, enfermo, debió resignar el mando del Ejército del Norte. Aunque sufrió algunas modificaciones, conserva su tipología colonial.

Casa natal del cura Brochero, en Santa Rosa de Río Primero

Desde 1976. En aceptable estado y abierta al público, como casa-museo. José Gabriel del Rosario Brochero nació el 16 de mayo de 1840. En esa casa pasó su infancia y parte de su adolescencia, ya que en 1856 ingresó en el seminario de Loreto. Su casa natal no se distinguía de las otras viviendas del pueblo: zaguán con habitaciones a derecha e izquierda, y al final la cocina comedor, con un pequeño depósito de víveres y útiles de labranza. Más allá, el patio y la huerta con árboles frutales, canteros de flores y verduras.

El Instituto Brocheriano compró la casa con el apoyo de la Provincia para transformarla en museo.

Casa natal de San Gabriel Brochero.

Casa natal de San Gabriel Brochero.
Yacimiento Arqueológico Cerro Colorado

Desde 1961. Está en regular estado de conservación, con pinturas que se han perdido y otras que corren riesgo por falta de control, investigación y mantenimiento. El lugar es de acceso al público (decenas de miles de visitantes llegan por año), pero hay aleros públicos y otros privados. No todos están abiertos a los visitantes. Funciona un museo arqueológico diariamente.

Sobre unos 120 aleros y grutas, los pueblos originarios pintaron durante siglos figuras humanas, de animales y motivos geométricos. Se estima que tienen entre 400 y dos mil años de antigüedad. Son varios cerros ubicados en el punto en que confluyen tres departamentos: Sobremonte, Río Seco y Tulumba. La mayor parte está aún en manos privadas: aunque la Provincia los expropió en 2014, se demora la toma de posesión.

Capilla San José, entre Cosquín y Tanti

Desde 1971. Está en regular estado de mantenimiento. Es poco accesible al público, sin guías ni servicios. Del oratorio se desconoce la fecha, pero se sabe que ya existía en 1745. De esta época datan tres cabreadas de algarrobo y las ménsulas policromadas, alternando lazos y círculos a los que se añade en cada viga la figura de una cabeza humana como motivo central. Es la única capilla cordobesa del período hispánico con esa decoración, de indudable factura indígena. Conserva, además, muebles y tallas de gran calidad.

Comandancia de Frontera del Ejército, en Río Cuarto

Desde 1975. Está en muy buen estado y con tareas de refacción actualmente. Recibe visitas diariamente y funciona allí el Museo Histórico Regional de Río Cuarto.

Sirvió como sede de la Comandancia de las Fronteras Sur y Sudoeste, en las Campañas del Desierto. La ocuparon los generales Roca, Racedo, Villegas y Mansilla en esos tiempos. El edificio, de mediados del siglo XIX, presenta líneas italianizantes. Conserva el gran patio central con galería de columnas de hierro fundido.

Colegio y capilla de Villa Cura Brochero

Desde 1974. En buen estado general. El colegio sigue funcionando como tal, el templo ha sido restaurado y en la casa de ejercicios espirituales funciona el Museo Brocheriano, abierto al público.

José Gabriel del Rosario Brochero, el cura que acaba de ser declarado santo, los fundó a fines del siglo XIX, cuando el pueblo se llamaba Villa del Tránsito. El colegio con internado se culminó en 1879.

El conjunto posee características regionales expresadas en materiales y formas constructivas de la época.

Capilla de Tegua, departamento Río Cuarto

Desde 1976. En estado de abandono desde hace décadas, con serio riesgo de derrumbe y sin apertura al público. Por estos días, se iniciaron finalmente algunos trabajos de restauración, a cargo de la Provincia. El precario camino rural por el que se accedía está desde hace unos meses en mejor estado. Se construyó en 1696, en honor a la Virgen del Rosario, en una zona rural entre las actuales Elena y Gigena. El paso del tiempo deterioró gravemente el primitivo edificio de adobe, y a mediados del siglo XVIII se la reemplazó por una capilla de piedra, también de alto valor patrimonial, pero que sufrió deterioros por falta de mantenimiento.

Iglesia Nuestra Señora del Rosario, de Ischilín

Desde 1983. En aceptable estado, aunque requeriría inversiones para asegurar su preservación. El acceso es libre, pero no permanente: la visita debe gestionarse ante la oficina de turismo de Ischilín.

Comenzó a levantarse en 1706 y se habilitó en 1731. En su interior, sobresalen tallados en madera de estilo indoamericano. Todo el entorno fue restaurado por el nieto del pintor Fernando Fader, afincado en el sitio, lo que realzó la imagen del templo histórico.

Escuela Normal Superior de Río Cuarto

Desde 2015. En deficiente estado, requiere obras urgentes de restauración. Sigue siendo utilizado como colegio de intenso movimiento con tres mil alumnos. El edificio de la Escuela Normal Superior Justo José de Urquiza acumula 129 años. De impronta majestuosa, se inscribe en el estilo neorrenacentista con influencia barroca. La escuela se fundó en 1888 y fue la segunda en su tipo en la Provincia, luego del Colegio Alejandro Carbó, de Córdoba.

Escuela Normal Superior de Río Cuarto.

Escuela Normal Superior de Río Cuarto.
Casa de Arturo Illia, en Cruz del Eje

Desde 2001. Se conserva en buen estado, con ayuda de una comisión de vecinos. Abierta al público todos los días.

Arturo Illia, de profesión médico, ocupó la presidencia de la Nación entre 1963 y 1966. La casa donde vivió y ejerció como médico, alejada de todo lujo, revela su vida austera. Funciona como museo que recuerda su actividad como médico de pueblo y su gestión como presidente de Argentina.

Por Fernando Colautti y corresponsalías – La Voz del Interior