Es uno de los hombres clave del gabinete del Presidente Macri. Maneja recursos y es el encargado del vínculo con los gobernadores. Ratifica la decisión de impulsar Portezuelo del Viento, destaca la devolución de fondos de la coparticipación y reivindica “como obligación” el camino gradualista.
Rogelio Frigerio, ministro del Interior, Obra Pública y Vivienda | Mariana Villa
El ministro del Interior, Obras Públicas y Vivienda Rogelio Frigerio, volvía de recorrer obras que lo tienen como protagonista en Mendoza, el proyecto plan Hábitat en los barrios Flores y Olivares y el Procrear en los terrenos del Ferrocarril General San Martín en la Sexta Sección.
Se sienta a hablar con Los Andes y dice que los primeros departamentos de las enormes torres se empezarán a entregar en el mes de junio.
Una buena noticia cuando la Ciudad empezaba a acostumbrarse a esas moles de cemento que empezaron a levantarse en el gobierno de Cristina Fernández y que estaban sin avance desde hace tiempo.
“Es una obra muy importante, que beneficia a casi 1.200 familias; hay unidades de distintos tamaños, muy buenas terminaciones. Una inversión de más de dos mil millones de pesos”.
Casi al pasar dice que la semana que viene relanzan Procrear. “Entendemos el problema de la vivienda, que lo sufren 12 millones de compatriotas, no se puede solucionar solo desde los institutos de viviendas provinciales. Tenemos que usar todas las herramientas y sobre todo pasar del subsidio de la oferta a subsidiar la demanda”.
Frigerio es un todo terreno del gobierno de Mauricio Macri y tiene una de las carteras más grandes, en la que agrupa la relación con las provincias y buena parte de la obra pública nacional.
-¿Cómo viene Portezuelo del Viento?
– Los mendocinos saben bien que es una obra compleja que requiere discusión en el marco del comité de cuenca. Frente a la imposibilidad de ponernos de acuerdo, dejamos pasar los plazos y esperar una definición del Presidente.
Las provincias sugirieron tener el manejo del recurso del agua dentro del comité de cuenca y Mendoza estuvo de acuerdo. Evidentemente es una obra muy importante para la región.
-¿La Pampa ha pedido algo a cambio de apoyar?
-La verdad que no. Independientemente de eso, estamos dispuestos a hacer obras para amortiguar cualquier problema que se genere.
-Se han propuesto cambiar la estructura impositiva y la coparticipación, mientras que enfrenta el déficit fiscal. ¿Es un camino traumático?
– Es muy complicado. La presión impositiva es demasiado alta y la calidad de los impuestos, muy distorsivos para la actividad económica y la generación de empleo.
No puede haber una reforma tributaria del Gobierno nacional, las provincias tienen mucho para decir y para modificar en su propia estructura tributaria, no podemos seguir teniendo impuestos distorsivos como Ingresos Brutos.
-¿Y la coparticipación?
-En los últimos 20 años nos transformamos en un país unitario. El gobierno anterior concentraba recursos y poder para someter al que pensara distinto. Nosotros hemos empezado a descentralizar recursos a partir de la devolución del 15% de la coparticipación.
Y además, entendemos que las provincias tienen bajo su responsabilidad los servicios públicos más sensibles, educación, la salud, la justicia, la seguridad. Sin adecuado financiamiento para estos servicios, terminan generando una mala calidad de vida.
-Hay un ambicioso plan de obra y, otra vez, está el fantasma del déficit…
-Argentina tiene un enorme déficit de infraestructura: hay 7 millones de argentinos sin agua potable, hay 20 millones sin cloacas, más de 20 millones sin acceso a la red de gas. También tenemos que hacer un montón de rutas, no sólo para mejorar competitividad, sino también para evitar la tremenda cantidad de muertes.
No sólo tenemos que destinar recursos a la infraestructura, sino también al cuidado de los sectores más vulnerables. La Argentina tiene un tercio de su población bajo la línea de pobreza y un 40% está en situación de pobreza estructural cuando contabilizamos los servicios básicos.
-¿Adoptaron el gradualismo?
– El gradualismo no es una opción, es una obligación. Tenemos que ser muy persistentes y responsables en el camino de ordenamiento de la economía, un camino hacia el equilibrio fiscal, pero también tenemos que ser conscientes que tenemos una situación social muy compleja.
Daniel Peralta – dperalta@losandes.com.ar – Los Andes